Marina Espíndola trabajaba como empleada doméstica y era madre de tres hijos: dos mujeres de 23 y 18 años y un nene de once, que fue quien salió a pedir ayuda. Hace un tiempo había iniciado una relación con Robles, también padre de dos mujeres, pero ese vínculo había terminado, aunque el policía no lo aceptaba. Por eso las amigas de Marina aseguran que era perseguida y hostigada.
“Ella hizo varias denuncias y Robles tenía una restricción para acercarse a su domicilio, porque nunca la dejó tranquila desde que se separaron. La seguía por todos lados, siempre hubo maltrato verbal, aunque nunca me contó que existiera violencia física”, contó Mercedes durante la manifestación para pedir justicia, según relató el portal venado24.com.ar.