Desde Brasilia

Poco antes de morir Olavo de Carvalho, el gurú de la extrema derecha brasileña, vaticinó la derrota del mandatario Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales del 2 de octubre en las que, de acuerdo con las encuestas, Luiz Inácio Lula da Silva se perfila como claro favorito.

Miles de internautas asistieron a una de las últimas transmisiones en vivo de Olavo de Carvalho por las redes sociales, realizada a fines de diciembre desde Estados Unidos, cuando vaticinó la no reelección del presidente: "esta pelea ya está perdida, no me vengan con esperanzas sonzas".

En la transmisión estuvieron los exministros Ernesto Araújo, de Relaciones Exteriores, y Abraham Weintraub, de Educación, dos conocidos olavistas.

"Existe una sola chance de que Bolsonaro se recupere, pero es remota, él solo se va a recuperar si se despierta a tiempo, pero yo ya no sé como hacerlo despertar", concluyó De Carvalho, de 74 años, fallecido el lunes a la noche en un hospital de Richmond, estado de Virginia, donde llevaba varios días internado.

Aunque sus familiares mantienen en secreto la causa del deceso ésta pudo haber sido el coronavirus que le fue diagnosticado el 16 de enero.

Heloísa, una hija disidente de su padre y distanciada de la mayoría familiar, aseguró que el coronavirus mató al influenciador bolsonarista.

El atraso en la compra de vacunas contra el coronavirus por parte del gobierno "se debe a mi padre, a sus ideas negacionistas que siempre defendió y a las fake news que diseminó", ,afirmó Heloísa la hija mayor del escritor.

Por cierto sería bochornoso para la imagen del gobierno brasileño reconocer que el deceso de su ideólogo de cabecera ocurrió a raíz de la enfermedad cuya gravedad fue negada por él y por el presidente, que decretó un día de duelo nacional.

En 2020 cuando el gobierno de Bolsonaro designaba al frente del ministerio de Salud al general Eduardo Pazuello, contrario a la vacunación y defensor de la inmunidad de rebaño para combatir la Covid-19, desde Virginia De Carvalho recomendaba no temer a ese "supuesto virus mortal".

La Covid-19 no pasa de una "historia de terror para acobardar a la población y hacer que acepte la esclavitud como si fuera un regalo de Papá Noel", predicaba el profesor fallecido en su canal de Youtube con cerca de un millón de inscriptos y poco menos de setenta millones de visitas.

Desde esa red social impartía cursos en línea por los que embolsó una buena cantidad de dinero que le permitió ofrecer algunos seminarios gratis para policías como parte de la política de adoctrinamiento bolsonarista.

La salud del escritor, un fumador de toda la vida, se había deteriorado desde mediados del año pasado cuando viajó de urgencia a Brasil donde fue internado y sometido a una cirugía en el Instituto del Corazón del Hospital de Clínicas de la Universidad de San Pablo.

Luego de recibir el alta volvió a ser hospitalizado en un centro médico privado.

Cuando aún no había terminado su convalecencia en la primera quincena de noviembre del año pasado, De Carvalho huyó hacia Paraguay tras recibir una citación del Supremo Tribunal Federal para declarar en la causa de las "milicias digitales" que investiga el accionar y el financiamiento de grupos acusados de respaldar un golpe de Estado.

El activista reapareció en las redes sociales el 16 de noviembre realizando una transmisión desde Estados Unidos, a donde habría llegado en un avión privado o de la Fuerza Aérea Brasileña, según especulaciones de la prensa.

"Un gran pensador"

Fóbico a los intelectuales el capitán retirado Bolsonaro escogió como referente ideológico a De Carvalho, alguien que presumía de ser filósofo pese a que ganó fama hace cuatro décadas con sus consejos astrológicos.

A partir de allí, y gracias a un buen sentido de la oportunidad , conquistó espacios en el grupo Globo,, la revista Veja, y otros medios dominantes donde se destacó gracias a un anticomunismo de mamut. Y el odio al Partido de los Trabajadores que luego decantaría en golpismo.

"Nos deja uno de los mayores pensadores de la historia de nuestro país, el Filósofo y Pensador (con mayúsculas) Olavo Luiz Pimentel de Carvalho. Olavo fue un gigante en la lucha por la libertad, un faro para millones de brasileños", destacó Bolsonaro.

"Su ejemplo y sus enseñanzas nos marcarán para siempre. Qué Dios lo reciba en sus bondad y misericordia", dice el tuit presidencial, que generalmente es escrito por su hijo Carlos.

De Carvalho estaba radicado desde hace años en Estados Unidos desde donde enviaba consejos a encumbrados miembros del Clan Bolsonaro, especialmente a dos de los hijos presidenciales, el diputado federal Eduardo y el consejal por Río de Janeiro, Carlos.

Batalla cultural

De Carvalho junto a los hijos presidenciales Eduardo y Carlos fueron las piezas importantes de un grupo de poder instalado en el Palacio del Planalto en enero de 2019 junto con la llegada del nuevo gobierno donde otra de las alas era la formada por los generales designados en puestos clave.

Los "olavistas" Ingresaron al Planalto llevando como bandera librar una "batalla" contra el "marxismo cultural" al que suponían controlando los hilos de las universidades públicas, los medios de comunicación, el movimiento LBGT, el ambientalismo y los defensores de los derechos de los afrodescendientes.

De allí que la cartera de Educación fue una de que quedaron bajo control del "olavismo", primero con el ministro Ricardo Vélez tras cuya renuncia asumió Abraham Weintraub.

De Carvalho sufría una suerte de paranoia sobre la presencia "gramsciana" (del teórico italiano Antonio Gramsci) enquistada fundamentalmente en las universidades. Algo que lo llevó a escribir: "si en las universidades brasileñas hay un 50 por ciento de alumnos analfabetos funcionales no se debe a la mala calidad de la enseñanza sino a que desde hace años se propala el discurso comunista en la mente de los estudiantes".