En España, una enfermera argentina fue detenida acusada de integrar una banda que vendía pasaportes covid y tests PCR falsos, por lo que podría recibir una pena de entre dos y seis años de prisión. El grupo habría comercializado más de 1500 documentos apócrifos.
La mujer, de 38 años, trabajaba en un hospital público y fue capturada junto a otras seis personas, con quienes fue acusada de los delitos de falsificación de documentos y atentados contra la salud pública. De acuerdo con la investigación, la enfermera se encargaba de modificar los datos de personas que sí habían sido vacunadas para crear certificados apócrifos que luego vendían.
"En el transcurso de la investigación se detectó que la organización criminal, por un lado, habría captado a personal sanitario que introducía en el registro a quienes requerían las certificaciones falsas", informó la Policía Nacional española.
La banda que operaba en red y por redes
La banda estaba conformada por siete personas, que fueron detenidas en operativos realizados en Madrid y Barcelona. Además, la Justicia estableció que los líderes de la organización criminal operaban desde Francia: hasta el momento se registraron 1.600 pasaportes covid falsos.
"Se anunciaban en aplicaciones de mensajería instantánea aprovechando grupos de temática negacionista en los que ofrecían tanto pruebas PCR falsas como pasaportes COVID falsificados", explicó la Policía Nacional.
La banda cobraba alrededor de 50 euros a cambio de una prueba PCR con resultado negativo, mientras que los pases sanitarios podían oscilar entre los 200 y los mil euros, de acuerdo con el tipo de defraudación que requirieran. Para minimizar las posibilidades de ser rastreados, pedían el pago en criptomonedas.
"La organización había creado dos tipos de redes clientelares, una a la que cobraban alrededor de 200 euros para que pudieran obtener el documento fraudulento, y otra, con mayor poder adquisitivo, a la que se exigía un pago de 1000 euros por introducirlas en el registro con la pauta de vacunación completa", indicó el parte.
Una vez que recibía el dinero, la banda enviaba a los clientes un código QR que contenía el falso certificado. Entre quienes obtuvieron de este modo fraudulento sus documentos apócrifos habría los músicos y delincuentes de renombre, indicaron los investigadores.