El juego del calamar fue una de la series más vistas del 2021. La producción coreana muestra con una estética pop e infantil cómo personas hundidas en la miseria y en las deudas, lúmpenes desplazados del sistema, se despedazan en una isla para satisfacer el deseo sanguinario de millonarios que gozan viendo cómo se matan entre ellos. Como premio, el ganador se llevará más dinero del que podría gastar en su vida. Este título de Netflix, que fue un fenómeno cultural, puso el acento en cómo las personas más ricas del mundo descansan sobre las espaldas de sujetos que corren como hámsters en una rueda cruel de la que no tienen escapatoria, mientras les arrojan migajas desde arriba para mantenerlos con la ilusión de que son dueños de sus vidas.
No es casual que este título haya surgido y sido un éxito ahora, en un contexto donde la acumulación de riqueza es más grotesca que nunca en contraposición a una vida cada vez más precarizada para el resto de la población: ¿qué nos queda al 99%? Violencia económica neoliberal, deterioro ambiental y crisis climática, desigualdades que golpean con más fuerza a las mujeres, niñxs y a los colectivos minoritarios y racializados y claro, la pandemia, como un catalizador que profundiza la pobreza.
Según informó recientemente Oxfam Internacional, los diez hombres más ricos del mundo duplicaron sus fortunas mientras los ingresos del 99% de la población mundial se deterioraron por la crisis del COVID-19. Pero ¿de cuánta plata estamos hablando? En un informe de Cenital, el periodista Juan Manuel Telechea graficó como, si esos ricos gastaran un millón de dólares por día, agotar su riqueza les tomaría 414 años. Elon Musk, por ejemplo, pasó de tener 25 mil millones de dólares en el 2020 a 150 mil millones en 2021. ¿Cuánto es eso? “Las reservas internacionales del BCRA en la actualidad se ubican en 39 mil millones de dólares”, explica el periodista
¿Esto es legítimo? Para centenials que viven en Estados Unidos y que no pueden acceder a la universidad porque saben que jamás en su vida podrían pagar la deuda que implica, que no pueden alquilar un monoambiente porque sus sueldos mínimos no les alcanzan para una renta básica, que están a años luz de cumplir la promesa capitalista del sueño americano y que su futuro está siendo amputado por la amenaza del colapso ambiental que ya mismo está ocurriendo no, no es justo. No es justo que Kim Kardashian se vaya de vacaciones a Tahití con 40 amigos en medio de la pandemia mientras a ellos les recortan el sueldo y no, no es justo que Jeff Bezos juegue a ser astronauta mientras los pibes no llegan a fin de mes con sus trabajos en McDonald’s.
¿Y cuál es la red social que miles y miles de centenials y millenials frustradxs y sin un mango en el bolsillo están eligiendo para protestar contra esto, usando creatividad e ingenio viral? TikTok, ese paisaje ecléctico de filtros, videos graciosos, memes, challenges, vanidad, coreografías y personas que señalan cartelitos en el aire. En realidad, TikTok se trata sobre todo de consignas, por eso acá se caldean algunas de las tendencias pop más replicadas: alguien inventa un desafío y el resto de los usuarios tiene que cumplirlo, introduciendo sus propias variaciones. Una de ellas es, justamente, #EatTheRich. Esta frase es una abreviación de un dicho atribuido a Jean-Jacques Rousseau que, en un discurso que dio en 1793, exclamó: “Cuando la gente no tenga qué comer, ¡se comerán a los ricos!”.
Como dice la frase, “el medio es el mensaje”, por eso, aquí la propuesta viene con filtros pop y mucho color. #EatTheRich es hashtag con 571.3 millones de visualizaciones en esta plataforma y un challenge viral de TikTok que están usando lxs jóvenes precarizados para reírse y cuestionar la riqueza desmedida de los multimillonarios que ya está comprando sus parcelas en búnkeres de lujo para sobrevivir al colapso climático, y están fantaseando con fundar colonias en Marte y en la Luna cuando el escenario actual termine de rostizarnos.
A través de distintos videos, les usuarios están generando un contrarrelato que discute las libertades que tienen los zillonarios a la hora de no pagar impuestos ni hacerse responsables de la crisis climática que están generando, además de haber amasado su riqueza a costa de saquear recursos humanos y naturales. A través de videos de humor con filtros y usando todas las herramientas que provee esta red social que cautiva a les Gen Z, lxs pibis están protestando contra la narrativa neoliberal instalada de que los multiillonarios son "ejemplos a seguir” y merecen todos sus privilegios porque “se los ganaron" siendo “empresarios innovadores”.
“No hay tal cosa como un billonario ético. Los billonarios solo existen porque explotan y le pagan miserias a sus trabajadores. Jeff Bezos tiene 131 billones de libras, aun así, el pago de sus trabajadores promedio es de 10 libras por hora. Siento que mucha gente no sabe cuánto dinero es un millón de libras. Un millón de segundos son 11.15 días. Un billón de segundos es 31 años y medio. Es una cantidad de dinero imposible de gastar”, dijo en un video @solanathagreenfairy, en un TikTok que sumó 238,5 mil likes y más de 7 mil comentarios.
@Take.my.knife hizo un TikTok invitando a sus seguidores a dejar de seguir a los ricos en las redes. “¿Querés enloquecerlos un poco más? Yo solía trabajar en marketing. Y sé cuánto gana mucha gente como Kyle Jenner por tener una red social con los seguidores que tiene. Deja de seguirlos. Deja de seguirlos a TODOS. Sé que tal vez los amas, pero hazlo. Así es como nos comemos a los ricos. Les hacemos sentir igual de importantes que como nosotros nos sentimos. Deja de seguirlos. Deja de ver su contenido. Incluso aunque sea un par de meses. ¡Hazlo! Míralos prenderse fuego”.
Puede que TikTok sea un universo colorido de bailes divertidos, videos de gatitos graciosos y una plataforma de moda donde influencers muestran su estilo de vida cool mientras promueven tendencias pop. Pero como nos enseñó El juego del calamar, lo cruel, sanguinario e injusto también puede venir con colores brillantes y emojis. Aunque los aliados de las grandes corporaciones y del 1% trabajen en instalar la idea de que la acumulación de riqueza desmedida es legítima y un modelo a seguir, no pueden frenar la creatividad de quienes usan esta plataforma para filtrar una contranarrativa como un recreo disruptivo y con conciencia proleta, entre tantos memes virales, bailecitos y challenges con canciones de KPop. Les pibis ya no dejan pasar una.