Una pregunta recorrió la movilización que anteayer -apenas terminó el sepelio de Marina del Carmen Espíndola- llegó hasta la subcomisaría 10° de Murphy. ¿Por qué le devolvieron el arma reglamentaria a Gabriel Robles? Fue la que usó el agente policial para cometer el femicidio el lunes a la noche y luego suicidarse. Los por qué son muchos: por qué no se aplicó el protocolo vigente para la actuación ante denuncias de violencia de género en la policía provincial, por qué las actuaciones policiales y judiciales fueron deficientes ante la denuncia realizada por la víctima. Son algunas de los reclamos que se pudieron escuchar en la movilización.
"Lo que nosotros reclamamos es que el entorno y la institución, que debe tener una organización para contener a sus policías, no actuó en pos de eso. Sentimos que se lavaron las manos", planteó Nancy Velázquez, una de las manifestantes, y subrayó su pregunta: "¿Cómo le van a devolver el arma?". La mujer fue más allá y consideró que la policía "avaló la violencia que ejercía Robles", no sólo contra sus parejas. Durante la manifestación del martes, algunas jóvenes manifestaron que efectivos policiales ejercían acoso callejero, un tema que también será investigado por las autoridades.
"Nosotros sentimos que no es solamente el arma que él dispara contra Marina, sino que la institución no se hizo cargo", expresó Velázquez, quien recordó que el femicida "sabía que tenía autoridad y cuando la podía usar la usaba". También relató que tenía antecedentes de violencia machista contra su anterior parejas. "Todos lo sabemos acá, porque es un pueblo", subrayó. Y así recordó que "Marina empieza la relación con él hará dos años y hace unos cinco meses le dice que no quiere seguir la relación. Él no aceptó el no, y empezó a acosarla, a perseguirla. No la dejaba de molestar, se presentaba en la casa, la vigilaba, usando su poder de policía. Él estaba bajo tratamiento psiquiátrico, supuestamente una psiquiatra lo trataba, que debe haber sido puesta por la institución pero no sabemos por qué causa... Le hacen la perimetral, no podía acercarse a la chica, le quitan el arma, porque la había amenazado con el arma. En varias ocasiones había dicho que la iba a matar, las frases típicas de cualquier machirulo", siguió el relato. El fiscal Horacio Pueyrredón tiene a su cargo las actuaciones de este femicidio.
El lunes a la noche, Marina estaba en su casa, con el hijo menor, de once años, y el femicida entró por la fuerza. El nene corrió para pedir ayuda, pero en ese interín se escucharon los dos disparos.
El martes, funcionarixs del Ministerio de Seguridad y del Ministerio de Igualdad y Género de la provincia llegaron a Murphy, donde se investigará lo ocurrido, ya que la falta de actuaciones acordes al protocolo tuvieron un efecto muy palpable: el femicidio de una mujer de 42 años, que además del niño de 11, tenía dos hijas de 18 y 23 años.
En la última semana se sucedieron tres femicidios en el sur de la provincia de Santa Fe: Melanie Juárez, de 21 años, fue hallada muerta en la pensión donde vivía, en 9 de julio al 500, en Rosario. Celia Acosta fue asesinada en su casa de Carcarañá, tras haber realizado denuncias por violencia machista contra su pareja, lo que derivó en una restricción de acercamiento que no se cumplió. En estos dos crímenes, los responsables aún continúan prófugos.