El príncipe Andrés pidió ser juzgado por un jurado en Nueva York, en el marco de la causa civil que enfrenta en Estados Unidos por presuntos abusos sexuales a una adolescente, ocurrido hace más de 20 años. La respuesta oficial del duque de York se produce dos semanas después de que se denegara una moción para desestimar el caso por un tecnicismo legal a principios de enero.
El miembro de la familia real fue denunciado en agosto pasado frente a un tribunal de Manhattan por Virginia Roberts Giuffre, de 38 años, quien alegó que el príncipe abusó de ella cuando tenía 17 años. Según relató la mujer, fue víctima de la red de trata de personas orquestada por el difunto empresario Jeffrey Epstein, que se suicidó en prisión tras ser detenido en 2019.
Giuffre contó que en 2001 Epstein y su pareja, Ghislain Maxwell -a quien las denunciantes de la causa señalan como cómplice y reclutadora del millonario- la obligaron tres veces a mantener relaciones sexuales con el hijo de la reina Isabel II.
El príncipe Andrés negó categóricamente las acusaciones y trató de frenar la denuncia civil presentada por Giuffre, apelando como principal argumento a un pacto extrajudicial suscripto por la demandante y por Epstein en 2009, según el cual la víctima habría acordado no emprender ninguna acción legal contra otras personas.
Pese a los intentos del miembro de la corona británica, un juez de Nueva York rechazó archivar la denuncia y desestimó el acuerdo de confidencialidad pactado entre las partes hace más de una década. Esta decisión implica que los abogados del hijo de la Reina Isabel II deberán presentar las pruebas solicitadas por la acusación en caso de que decidan seguir haciendo frente a la denuncia y no opten por un acuerdo, lo que podría demorar meses e incluso años el proceso.
Por su parte, la Casa Real británica despojó al príncipe de sus títulos militares y anunció que el duque de York "continuará sin realizar labores públicas y llevará a cabo la defensa de su caso como un ciudadano privado".
El procedimiento pedido por el acusado es una forma de juzgar en causas penales en las que un grupo de ciudadanos del lugar, en este caso sería Nueva York, debe definir si existió el hecho que se investiga para dictaminar su culpabilidad o no.