Desde Tegucigalpa
Invitada de honor en la asunción de Xiomara Castro de Zelaya como primera presidenta mujer en la historia de Honduras, Cristina Fernández de Kirchner fue recibida con una ovación en el auditorio de la Universidad Autónoma de Honduras (UNAH). El objetivo era brindar una charla denominada “Los pueblos siempre vuelven”. CFK no sólo hizo un repaso histórico de la liberación de los pueblos latinoamericanos desde la colonia a la fecha sino que destacó cómo los poderes fácticos modificaron sus estrategias para impedir la autodeterminación de los pueblos: "De la misma manera que se financiaban golpes militares en el siglo XX, ahora se comienzan a financiar los golpes judiciales en América Latina", y advirtió que estos intentos de imponer el neoliberalismo en la región no han concluido.
En sus primeras palabras mandó “un especial saludo para Tegucigalpa, que ahora sí me dejaron llegar”, en referencia al intento frustrado que tuvo cuando el entonces derrocado y exiliado presidente Manuel Zelaya Rosales no pudo aterrizar en la capital hondureña. Como modo de resarcimiento, el nuevo alcalde de la ciudad, Jorge Aldana, la declaró “visitante distinguida” y le entregó las llaves del Distrito Central antes de que Fernández comenzara su exposición frente un público exaltado, que contaba entre sus integrantes a la expresidenta brasileña Dilma Rousseff y al exmandatario paraguayo Fernando Lugo, ambos destituidos en juicios políticos.
"Ya no hacen falta golpes militares, ahora hay que conseguir jueces educados en comisiones y foros financiados por quienes antes financiaron los golpes de Estado", diría a lo largo de la media hora que duró su exposición y que se pudo ver por sus redes sociales y por las pantallas instaladas afuera del auditorio de la UNAH para quienes no consiguieron entrar al abarrotado edificio.
El ejemplo para demostrar esta nueva forma de desestabilizaciones y destituciones presidenciales, CFK utilizó la experiencia que vivió justamente Honduras. La vicepresidenta recordó que este país centroamericano tiene una Constitución que prohíbe la reelección y que se usó como principal argumento para sacar a Manuel Zelaya del gobierno en 2009 que, en rigor había convocado a una consulta popular no vinculante para evaluar una posible reelección. Sin embargo, como destacó CFK, fueron los mismos jueces honduremos los que años más tarde permitieron al presidente saliente Juan Orlando Hernández (JOH) optara por un segundo mandato. “La Constitución se aplica y los jueces juzgan no de acuerdo a los derechos y los códigos, sino de acuerdo a los intereses que, siempre, están en contra de las mayorías populares”, disparó.
Cristina admitió sentirse muy honrada de poder compartir un momento de felicidad tan grande como el de la toma de posesión de Castro, y le pidió a sus seguidores que la ayudaran mucho, “ya que le espera una tarea doblemente difícil por ser mujer”, aunque aceptó estar “absolutamente convencida de que lo va a llevar adelante”.
"No es fácil ser presidenta mujer. Es muy difícil porque cuando una, además de pintarse, peinarse y ponerse una atuendo, piensa, y se atreve a decirlo en voz alta, se lo perdonan bastante menos que a los hombres", reflexionó a la vez que recordaba una anécdota con su pareja el expresidente Néstor Kirchner, cuando antes de fallecer, él reconoció que existía mucho machismo inclusive dentro de los compañeros del entonces Frente para la Victoria.
En su ponencia hizo un repaso histórico sobre como ante el colonialismo surgieron los movimientos emancipatorios de América y ante "sujuzgamiento económico" de la primera mitad del siglo XX, la respuesta fueron los movimientos populares nacionalistas como el peronismo. También hizo referencia a que ante el modelo neoliberal impuesto a base de dictaduras militares, “comienzan a surgir nuevos movimiento populares y nacionales con otros nombres y protagonistas, pero con el mismo objetivo de siempre: la autodeterminación de los pueblos". Recordó esos inicios de este siglo XXI como “momentos muy difíciles, pero de entrañable solidaridad latinoamericana”.
También se dedicó a hablar sobre el narcotráfico y cómo éste viene a suplir las necesidades de la gente cuando los Estados desaparecen o son reducidos según el paradigma neoliberal. “Como si a los narcos solo se lo pudiera combatir desde el Ministerio de Seguridad y no desde el acceso al trabajo, a la salud, a la educación, al progreso", ilustró desde tierras que expertos han catalogado como un NarcoEstado.
Vale recordar que el hermano del hasta hoy presidente Hernández se encuentra condenado a cadena perpetua en Estados Unidos por narcotráfico a gran escala. De igual forma, también está tras las rejas el hijo de su predecesor, Porfirio Lobo Sosa, ambos del Partido Nacionalista que gobernó desde el golpe de Estado a Zelaya.
Pensando hacia adelante, la vicepresidenta Fernández expresó que “el gran desafío que tiene nuestra región y el mundo es ver cuáles son los graves problemas que hoy acechan a todos. A nivel global, si queremos combatir el narcotráfico, vamos a tener que discutir en serio que los bancos de las grandes potencias dejen de lavar las fortunas de los narcotraficantes”, lo que ocasionó una avalancha de aplausos entre los hondureños que la escuchaban y que hoy celebran no solo un cambio de gobierno, sino de época.