Estados Unidos insiste en azuzar con la posibilidad de que Rusia abra fuego sobre Ucrania y, con ese argumento, rechazó el pedido del Kremlin de que la OTAN no se amplíe hacia Kiev. No obstante, dejó abierta la puerta a la posibilidad de iniciar nuevas negociaciones sobre otros puntos que podrían descomprimir la tensión de los últimos días.
La respuesta de Washington a una de las demandas clave de Moscú desairó al gobierno de Vladimir Putin. “No hubo respuesta positiva a la cuestión principal”, lamentó el canciller ruso Serguéi Lavrov.
Así y todo, el diplomático y principal negociador destacó que "hay una reacción que permite esperar el inicio de una discusión seria sobre cuestiones secundarias" que permiten mantener la vía diplomática abierta para evitar una conflicto armado.
Estados Unidos insiste con que Rusia atacará
El tono de Washington para dar a conocer su postura no fue el mejor. Dijo que esperaba un posible ataque de las fuerzas rusas para "mediados de febrero", cosa que no está probada y que solo apunta a depositar en el Kremlin una supuesta decisión de ir a la guerra.
"Todo indica" que el presidente Vladimir Putin "usará la fuerza militar en algún momento, quizás entre ahora y mediados de febrero", dijo la subsecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman, solo a base de hipótesis.
Subrayó sin embargo que la apertura de los Juegos Olímpicos en Pekín, previsto para el 4 de febrero y a la cual asistirá Putin, podría influir "en el calendario" para evitar ofender al presidente chino Xi Jinping durante ese acontecimiento considerado clave por su país.
Estados Unidos está "abierto al diálogo"
Los países occidentales acusan a Rusia de haber desplegado más de 100 mil soldados en la frontera con Ucrania. Moscú cuestiona a Estados Unidos por el envío de 90 toneladas de armamentos hacia esa zona ubicada a 10 mil kilómetros de su frontera, y lo acusa como una “provocación”.
Los estadounidenses y OTAN entregaron en paralelo dos cartas distintas a los rusos, que exigían una respuesta escrita a los proyectos de los tratados que habían destinado a mediados de diciembre a los occidentales.
Sin embargo, Estados Unidos dio a conocer claramente que defiende "el principio de la puerta abierta en la OTAN", según declaró el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken. Es decir, que no puede comprometerse formalmente a no permitir que Ucrania entre en la Alianza militar.
De igual forma, el secretario de Estado reiteró con contundencia las advertencias occidentales de una respuesta sin precedentes contra Rusia en caso de una invasión al país vecino.
Sin embargo, aseguró que esta misiva ofrecía "un canal diplomático serio si Rusia lo desea", y dijo que estaba dispuesto a volver a hablar "en los próximos días" con Lavrov, con quien se reunió el viernes en Ginebra.
El gobierno estadounidense propone relanzar negociaciones formales sobre el "control de armas" y discutir "la posibilidad de medidas de transparencia recíproca con respecto a (las) posturas militares, así como medidas para mejorar la confianza con respecto a los ejercicios y maniobras militares en Europa", señaló Blinken.
Siguen las reuniones en Francia
Negociadores rusos, ucranianos, franceses y alemanes se reunieron ayer miércoles en París para intentar rebajar las tensiones entre Moscú y Kiev en el llamado formato "Normandía". Las conversaciones terminaron a primera hora de la tarde.
"Es muy alentador que los rusos hayan accedido a volver a entrar en este formato diplomático, el único en el que los rusos están involucrados", estimó la presidencia francesa, juzgando que esto daría una "clara indicación del estado de ánimo" del Kremlin antes de la entrevista prevista para el viernes entre Emmanuel Macron y Putin.
Así y todo, Estados Unidos colocó este lunes en "estado de alerta" a unos 8.500 soldados, que podrían reforzar la Fuerza de Reacción Rápida de la OTAN, de 40.000 efectivos. La decisión de desplegarlos no fue tomada.
La alianza tiende la mano a Rusia pero está "preparada para lo peor", dijo su secretario general, Jens Stoltenberg.
Lavrov prometió "medidas de respuesta necesarias" si Occidente continúa en esta "vía beligerante" y denunció la "histeria" occidental sobre la supuesta inminencia de una intervención militar rusa en Ucrania.