Envalentonada por las políticas del Gobierno que marcaron un retroceso en materia de memoria, verdad y justicia y por el 2x1 de la Corte Suprema, la lobbista castrense Cecilia Pando llegó ayer por la mañana al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos junto a un grupo de defensores y familiares de condenados por delitos de lesa humanidad, para entregar un petitorio exigiendo la liberación de los genocidas. En la puerta del edificio, se encontraron con una asamblea de la Asociación de Trabajadores del Estado, que repudiaba a la paritaria del sector, firmada a la baja. Los apologistas de la dictadura cruzaron insultos con los trabajadores; “terroristas, los vamos a matar”, les gritaron. La policía intervino. Armó un cordón con sus escudos y, de espaldas al grupo de Pando, la emprendió a los palos y con gas pimienta contra los estatales.
“Nos encontramos con esta desgraciada sorpresa. Nos insultaron, nos amenazaron de muerte, nos dijeron que éramos todos terroristas”, expresó a PáginaI12 Daniel Catalano, secretario general de ATE-Capital. El dirigente detalló que los trabajadores quedaron “recluidos atrás de la Policía”, que defendió a los negacionistas.
El gremio había organizado la medida de fuerza con los trabajadores de maestranza, que tienen un conflicto particular. Pero además, la asamblea se enmarcó en una jornada de protesta de todo ATE Capital contra la paritaria firmada por el macrismo con UPCN: ayer hubo protestas simultáneas en 16 ministerios del Estado nacional. El acuerdo repudiado fijó el aumento de este año en un 20 por ciento en tres cuotas, lo que implicará para los estatales una nueva pérdida de su poder adquisitivo frente a la suba de los precios. Incluyó además, como viene pasando en muchas otras actividades, una cláusula que condiciona una parte del sueldo al presentismo e implica que aquellos que falten -aunque sea por razones de enfermedad y con justificación médica- perderán una parte de su salario. Según denuncia ATE, el acuerdo también incluye una plus de productividad que abre la puerta a arbitrariedades; nadie tiene idea de cómo va a ser medida.
Frente a la sede del ministerio, los estatales hacían uso de un micrófono para plantear estos reclamos cuando notaron la presencia de Pando y los defensores de los genocidas. Sumaron entonces a sus consignas otras contra Macri y el ministro de Justicia, Germán Garavano.
“El Gobierno es responsable de la situación que se está generando en relación con los retrocesos en los derechos humanos. Garavano, hacete cargo”, señalaron, por ejemplo.
Los defensores de los represores reaccionaron con hostilidad, escudados tras el cordón de la policía. “Si Garavano quiere recibir a los responsables del genocidio y de la desaparición de los 30 mil, lo va a tener que hacer en la calle”, advirtieron los estatales. La policía no demoró en reprimirlos y Pando ingresó al ministerio, donde dejó a un asesor del ministro su pliego de reclamos en favor de los represores.
En las redes sociales, Pando publicó varias fotos de los forcejeos previos a la represión. En una se ve a los estatales discutiendo a los gritos con el jefe del operativo y los tildó de “inadaptados”.