La Reserva Federal de Estados Unidos aseguró que “sería apropiado” volver a subir “pronto” las tasas de interés y avanzar en un plan para reducir gradualmente la hoja de balance de la entidad. Esta estrategia suma un nuevo elemento de presión para las finanzas locales. Se trata de una política monetaria que incentiva a los capitales extranjeros que invierten en Latinoamérica a volver a Estados Unidos. Los anuncios de la Reserva Federal potencian la incertidumbre provocada en los últimos días por la crisis política de Brasil. El Banco Central perdió ayer 703 millones de dólares en reservas por un nuevo pago de la deuda al Club de París y acumula una baja de 4393 millones en el último mes y medio. El presidente de la entidad, Federico Sturzenegger, anuncio a inicios de mayo que había una decisión de la entidad de acelerar la acumulación de divisas para alcanzar un stock del 15 por ciento del PIB. Pero las reservas descendieron a 46.715 millones de dólares, el nivel más bajo en cinco meses.
Los mercados estiman en más del 99 por ciento la probabilidad de que la Reserva Federal anuncie una nueva suba de tasas a mitad de junio. La propuesta monetaria más contractiva de Estados Unidos, según economistas de distintas corrientes, no sólo puede impactar cambiando la dirección en que se mueven los capitales del mundo, saliendo de países emergentes para ir hacia economías desarrolladas, sino que puede acelerar la baja de los precios de las materias primas.
La Argentina, tras la desregulación del mercado financiero en 2016, quedó expuesta a la volatilidad de los capitales especulativos y el mundo empieza a volverse una amenaza para el mercado interno. La autoridad monetaria que en las primeras semanas de mayo había conseguido comprar reservas a un ritmo de 100 millones de dólares diarios ya no participa en la plaza cambiaria y pierde divisas por el pago de deudas y la salida de los capitales especulativos que buscan asegurar las ganancias. En el mercado aseguran que si la licitación de Lebac de casi 450 mil millones de pesos de la semana pasada hubiera sido este martes, el organismo a cargo de Sturzenegger hubiera tenido serios problemas para renovar los vencimientos y evitar una fuerte dolarización de carteras.
El dólar minorista cerró ayer a 15,35 pesos. No tuvo cambios respecto de anteayer y acumula una suba de 61 centavos en lo que va de mayo. Estos aumentos se dieron en línea con los movimientos cambiarios de la región, donde se destacó la devaluación del real, la moneda brasileña, que quedó a 3,28 por dólar. En lo que refiere a la Bolsa porteña, se registró una suba del 0,8 por ciento.
La empresa Byma, en la cual se fusionaron todas las bolsas del país, volvió a marcar ayer una suba del 14 por ciento. Fue su segundo día de operaciones. En la inauguración, que se realizó en el recinto de la bolsa de valores porteña, había conseguido un alza del 50 por ciento. Las autoridades del mercado financiero adelantaron que buscan avanzar en una normativa para habilitar a los agentes a ofrecer acciones y activos del exterior. La regulación actual prohíbe a los agentes de bolsa y operadores ofrecer títulos que no se coticen en el mercado interno. La apuesta del mercado es poder gestionar localmente los fondos blanqueados que no ingresaron al país.