Ismael y Merlina son hermanos, se quieren, se pelean, pero coinciden en la afición por lo sobrenatural. Un lote de elementos y curiosidades místicas cae en sus manos, y abre puertas a aventuras de cariz fantástico y verosímil cercano. Tal es la premisa de Spectro S.A., el libro de historieta que editó el sello rosarino Rabdomantes, con guion de la dupla conformada por el bonaerense Diego Arandojo y el catamarqueño/cordobés Luis Santamarina, junto a los dibujos del entrerriano/tandilense Alfredo Retamar.
“El punto de partida estuvo en la versión de Los Cazafantasmas de 2016, una película que tanto a Luis (Santamarina) como a mí no nos gustó, y no precisamente por el casting, son todas muy buenas actrices, sino porque el guion era malo, había algo en la historia que la volvía una remake y no una reimaginación. Con Luis nos preguntamos qué pasaría si a nosotros nos tocara la oportunidad de hacer una continuación, y surgió la idea sobre el destino del material de investigación que tenían los Cazafantasmas. Ésa fue la génesis de Spectro: dos hermanos compran por internet un lote de objetos metafísicos, reales, que desencadenan distintos eventos. Lo loco de esto es que en la nueva Cazafantasmas: El Legado, la nieta de Egon hereda las cosas de su abuelo; si bien la historia de Spectro es otra, la pegamos bastante”, explica Diego Arandojo a Rosario/12. De acuerdo con Luis Santamarina, “había un trasfondo oscuro en la Cazafantamas original que, al verla de chico, me daba miedo; y creo que eso es algo que retomaron con la nueva película. Fue por eso que en su momento pensamos en una versión propia, sin saber que iba a ser un guion de historieta sino sólo por divertirnos. Así llegamos a armar un esqueleto de lo que sería el arco argumental y pensamos en estos objetos de poder”.
-¿Cómo es el proceso de escritura entre los dos?
Arandojo: -La colaboración con Luis siempre es fluida, nos complementamos perfectamente. Por mi trabajo en televisión estoy acostumbrado a los equipos autorales, donde una o dos personas dirigen al grupo, así que para mí es bastante normal colaborar con otros autores. En este caso, con Luis trazamos una estructura general, con la idea de obtener la mejor historia, ése fue el horizonte. Luego empezamos a hacer el guion, que fue muy peculiar. Yo armaba una cantidad de páginas y se las mandaba, el seguía o corregía, o yo lo seguía a él. Así se fue escribiendo. La idea fue la de armar cuatro capítulos.
Santamarina: -Desarrollamos un método de “ping pong”, de correcciones mutuas, pero siempre hacia adelante. Como confiamos mutuamente, no hay juego de egos sino que vamos en pos de la mejor historieta posible. De esa forma armamos el arco primero, ya editado en Estados Unidos, Puerto Rico y México, gracias a Pánico Press, y en Chile por Acción Comics. Ahora se publica en Argentina por Rabdomantes.
Arandojo: -Originalmente pero con la mitad del primer arco argumental, hicimos una pequeña autoedición con nuestros tres sellos editoriales en 2017. Cuando surgió la posibilidad con Pánico Press, Alfredo (Retamar) terminó de dibujar los dos capítulos restantes. Después agregamos con Luis dos historias autoconclusivas, una se dibujó y es la que está en la edición argentina.
Arandojo no sólo reúne experiencia en escritura literaria, teatral, de historieta y televisiva, sino también en realización cinematográfica: su trabajo más inmediato y en posproducción es El Hemisferio Nocturno de la Tierra, documental que dirige y dedica al escritor Marco Denevi.
Santamarina, conocido alguna vez como Ziul Mitomante, es también dibujante, con muchos trabajos en el exterior y autor de un título reciente que editó Rabdomantes: Deathwest.
Por su parte, el dibujante Alfredo Retamar colaboró con guionistas como Damián Connelly y Guido Barsi, y páginas suyas –así como de Santamarina– figuran en la extraordinaria compilación HOY: Historieta Argentina Independiente. Para el dibujante, lograr “el tono adecuado para Spectro no fue tan fácil. Lo fantástico, el terror, el barrio, son elementos atractivos, pero había que dosificarlos para que convivieran de manera armónica, de lo contrario pasa como en esas películas donde hay tiburones con tres o cuatro cabezas y el problema no son los efectos especiales o el presupuesto sino que los personajes no nos dicen nada y no nos importa qué les pasa. Para mí, el barrio era el ancla necesaria para que la historia fuese creíble y más humana. Si bien no hay muchos indicios, usé lo que tenía más a mano, muchas locaciones están basadas en lugares reales de la ciudad de Tandil, que es donde vivo. En mi muy subjetiva opinión, lo que sucede en Spectro nos interesa porque los personajes son creíbles y hasta familiares. Creo que el lector se puede meter en código y suspender la realidad para disfrutar de la historia y los acontecimientos”.
Como refiere Retamar, Spectro reúne costumbrismo y desmesura fantástica, una relación que Arandojo y Santamarina particularmente disfrutan. “Hay algo importante, nosotros abordamos estos temas con mucha seriedad. Si bien hay humor, todos los elementos enunciados en el cómic tienen un viso de realidad, como el bastón de mando de los comechingones, que surge de una investigación que hice con uno de sus custodios, así como lo referido a las profecías de Parravicini e incluso la calavera de cristal, todo tiene que ver con algún elemento de la realidad. Además, es una historieta muy argentina”, destaca Arandojo. La buena nueva la adelanta Santamarina: “ya empezamos a escribir un segundo arco de 4 capítulos y terminamos una novela gráfica que transcurre en el mismo mundo de Spectro: Juan Manantial Arsénico; ¡no se pueden imaginar hasta dónde explota esa obra!”.
El corolario lo ofrece el dibujante: “fue una buena decisión de los guionistas ir de menor a mayor: la primera historia es, por decirlo de alguna manera, la más real; pero a medida que los personajes se van metiendo más en este mundo de lo paranormal, las situaciones se vuelven más complejas y surreales. Que fuese en blanco y negro ayudó a que todo compartiera un mismo registro. Si bien tenemos personajes deformes, fusiones extrañas y demonios, el blanco y negro nivela y hace que todo parezca posible”.