A 18 años del femicidio político de Sandra Cabrera, la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (Ammar) realizó un acto en la plazoleta de Córdoba al 3600 que lleva el nombre de la dirigente sindical ejecutada de un tiro en la nuca en la madrugada del 27 de enero de 2004. "Seguimos exigiendo justicia, basta de impunidad. La clandestinidad mata, a Sandra Cabrera la mataron para silenciar su voz, quisieron con su mensaje amedrentar la lucha sindical de las trabajadoras sexuales", dice el documento que leyó la secretaria adjunta de Ammar Rosario Gabriela Hemela, quien también ofició de maestra de ceremonias, para presentar a las oradoras. Estuvieron la secretaria general nacional Georgina Orellano y la representante del Inadi, Ornella Infante. "Queremos todo aquello que el Estado nos debe. Nos debe reparar con políticas públicas, y nos debe reparar con derechos laborales y con derechos sociales. El día que se reconozca el trabajo sexual en la Argentina, no solamente va a ser una victoria de los feminismos populares, sino también va a ser una victoria de todas aquellas compañeras como Sandra que dejaron su vida por salir de la clandestinidad, por trabajar de manera tranquila y por no pagarle más a la policía", dijo Orellano, y recordó -para quienes no conocen la historia- que "a Sandra la mató la policía, esa policía asesina, cómplice y coimera. Y hay que seguir gritando muy fuerte, a Sandra la mató la policía, pero sigue viva en cada esquina donde las trabajadoras sexuales se organizan". 

El único detenido que hubo en la causa, quien era subjefe de la Policía Federal de Rosario, Diego Parvluczyk, estuvo poco tiempo acusado. La Cámara de Apelaciones integrada por Ernesto Pangia, Eduardo Sorrentino y Alberto Bernardini lo sobreseyó en 2007, tras desestimar los 116 testimonios que había tomado el juez Carlos Carbone, por la "vida errante" que llevaban las compañeras de Sandra, que habían contado lo que sabían. 

Miriam Auyeros recuerda perfectamente a su compañera, y así lo dijo. "Les pido que nos acompañen siempre, para seguir exigiendo nuestros derechos como trabajadoras sexuales y justicia por Sandra Cabrera. De la mano de ella empecé yo y de la mano de ella tuve voz y voto. Gracias a Sandra yo me pude plantar, levantar la cabeza y decir con orgullo que soy trabajadora sexual", expresó con la voz quebrada la actual secretaria general de Ammar Rosario. "Quiero ser reconocida, queremos ser reconocidas como trabajadoras sexuales. Las más grandes quisiéramos poder jubilarnos de lo que trabajamos durante tanto tiempo. Sandra está en las pibitas que vienen a la organización, sabiendo que ya no están más solas", siguió Auyeros, y emocionó a todas las personas presentes a la hora del crepúsculo del jueves, en la zona donde Sandra trabajó, vivió y se organizó junto a sus compañeras. 

Otro momento alto llegó en la voz de Perla, que también militó con Sandra. "Gracias a todos los que vinieron acá a visitarnos y a recordar a Sandra. Hoy hace 18 años que la mataron. Y sabemos todos quién fue, la policía, porque ella estaba defendiendo los derechos de nosotras, las trabajadoras sexuales, y de los trabajadores. Y todo el mundo sabe que donde se metía Sandra, tenía un poder muy grande. La policía tenía que terminar con ella por ese motivo, para que se terminara Ammar, pero Ammar nunca se va a terminar", expresó Perla.

"Siempre con las putas, nunca con la yuta", fue la consigna que coreó Hemela, y rápidamente prendió en el público. 

Hoy, en algunas instancias del Estado, hay más escucha para las trabajadoras sexuales. Por ejemplo, Infante transmitió el saludo de la titular del Inadi, Victoria Donda. "A 18 años del asesinato lamentamos decir que hay muchas cosas que aún no han cambiado. La compañera denunció y se enfrentó a aquellos que hacían cosas indebidas, a aquellos que llevaban adelante la complicidad del poder institucional, seguramente de alguno del poder político, seguramente, de alguno del poder judicial, y la falta de derechos, la falta de derechos que aún el sector reclama. Por eso estoy convencida de que en este día, que recordamos a Sandra, debemos también exigir los derechos laborales para los, las y les trabajadores sexuales y también por supuesto trabajar de manera mancomunada para terminar con la violencia institucional y la única manera de hacerlo es uniendo las luchas, por eso, las trabajadoras sexuales nunca más solas, siempre organizadas", planteó Infante, referente trans que hoy forma parte del Inadi.

Hemela abrió el acto: "Nos convoca seguir pidiendo justicia por Sandra y también por todas las trabajadoras sexuales que son víctimas de la mano del patriarcado", dijo esta joven referente, quien resaltó después -al leer el documento de Ammar Rosario- que habían recibido 42 adhesiones.  "Sandra denunció de manera permanente la complicidad judicial, policial, en torno a la explotación sexual de niñas y niños en la zona de la Terminal. Su asesinato refleja la impunidad con que se maneja la policía, refleja también la justicia clasista y selectiva que tenemos en nuestro país. El 98 por ciento de los femicidios hacia las trabajadoras sexuales quedan impunes, el clamor social no es tal cuando se trata de una víctima que ejercía el trabajo sexual, se indaga más sobre su vida, la familia, el entorno, le da vergüenza decir a qué se dedicaba, muchas y muchos se llaman al silencio, por el temor, por el rechazo social que genera nuestro trabajo. Las, los y les trabajadores sexuales exigimos al estado despenalizar nuestra actividad, derechos laborales y sociales para quienes decidimos ejercer el trabajo sexual de manera libre y autónoma", leyó Gabriela. El acto terminó, por supuesto, al grito de "Sandra Cabrera, presente, hoy y siempre".