Si bien todo el arco político, oficialista y opositor, aguarda expectante a conocer la letra chica del acuerdo con el FMI, son varias las figuras que ya comienzan a sentar posición de cara al futuro debate parlamentario. En el Frente de Todos, el albertismo salió en bloque a respaldar el anuncio del presidente, al que consideran "el mejor acuerdo posible", en línea con el massismo y los gobernadores. La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner aún no se expresó. Además, un grupo de diputados oficialistas que responden a los movimientos sociales lo criticó. En la vereda de enfrente, Juntos Por el Cambio destacó como "positivo" haber eludido el default, pero pateó para más adelante las definiciones (aunque algunos no se privaron de hacer de comentaristas de una situación de la que ninguno, aún, se hizo cargo). La izquierda y los libertarios, por su parte, rechazaron el acuerdo (aunque por motivos muy distintos). Las fuerzas provinciales piden esperar hasta leer el proyecto que enviará el Ministerio de Economía, aunque la mayoría coincidió en que "no obstaculizaría el debate".
Hace un año, la Cámara de Diputados sancionó la ley de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública, que establece que todos los futuros acuerdos con organismos internacionales debían ser aprobados sí o sí por el Congreso. En el marco de esta normativa - que será puesta en práctica por primera vez para hacer frente a la situación que motivó su sanción: el millonario endeudamiento de la gestión macrista -, el Ministerio de Economía deberá mandar un proyecto con la letra del memorándum de entendimiento que, según precisaron en el gobierno, tardará algunas semanas. La expectativa del Ejecutivo, sin embargo, es poder tener el proyecto aprobado antes del 21 de marzo (fecha en la que el país tendrá que pagar un vencimiento de 2,8 mil millones de dólares). Diputados del oficialismo calculan que, para finales de febrero (es decir durante la sesiones extraordinarias) y principios de marzo, comenzará el tratamiento.
Las posturas dentro del FdT
Las primeras reacciones al anuncio del presidente Alberto Fernández fueron un vendaval de gestos de apoyo. Al día siguiente, esta catarata aprobatoria volvió a repetirse, con expresiones de respaldo por parte de los y las principales referentes del espacio. "Nos estamos haciendo cargo de una deuda que contrajo el gobierno anterior, que no está ni en rutas, hospitales o viviendas. Se hizo un acuerdo serio y razonable para que la Argentina siga creciendo. No había posibilidad de consolidar un rumbo con una mochila como esta. Se desarmó una bomba. Es un paso, no para festejar", declaró el ministro Gabriel Katopodis en línea con lo que siempre fue la postura oficial: es el mejor acuerdo posible, pero ningún acuerdo es un buen acuerdo.
"El acuerdo ahora va a tener que ingresar al Congreso y creo que, más allá de los matices, se va a aprobar. Va a ser una discusión intensa con mucha pirotecnia verbal, pero lo importante es que se apruebe porque, si no, habrá que pagar 19 mil millones de dólares este año. Y nosotros tenemos un proyecto de país, no somos una fuerza testimonial", sostuvo a Página 12 el diputado del FdT, Marcelo Casaretto, que integra la Comisión de Presupuesto. La "pirotecnia verbal", sin embargo, no será exclusividad de la oposición, ya que algunos sectores del oficialismo empezaron ya a deslizar que no acompañarán el acuerdo. Más allá de las críticas de figuras como el director del Banco Nación, Claudio Lozano, o sectores más marginales como el grupo "Soberanxs", existe un grupo de diputados referenciades en los movimientos sociales que denuncian que la deuda es una "estafa" y que pide que se atienda "la otra deuda que es con el pueblo".
"Deberle 45 mil millones de dólares al FMI es una estafa. Hay una deuda con el pueblo argentino frente a la que construir un acuerdo con el Fondo, sea de las características que sea, no va a ser bueno para la Argentina. Macri nos puso en una situación muy complicada y tener al FMI cada tres meses revisando tus cuentas pone en juego la soberanía", explicó el diputado Federico Fagioli, referente de Patria Grande, destacanado que había que "cumplir el contrato electoral del 2019" e impulsar políticas como el salario universal. Patria Grande cuenta con tres diputados - Fagioli, Itai Hagman y Natalia Zaracho - que, en principio, tienen planeado abstenerse en la votación. Juan Carlos Alderete y Verónica Caliva, también representantes de organizaciones sociales, sostuvieron una postura similar.
Mientras tanto, desde el kirchnerismo los gobernadores Axel Kicillof y Alicia Kirchner manifestaron su apoyo a través de las redes sociales. Hasta el momento, no hubo más expresiones de sus máximos referentes. Se aguarda la palabra de la vicepresidenta.
El tablero opositor
Desde un principio, Alberto Fernández fue muy claro: para que el acuerdo pudiera ser aprobado necesitaba contar también con el respaldo político de la oposición. En el caso de Juntos Por el Cambio, la más grande de las coaliciones opositoras, la primera reacción fue la cautela. En un comunicado escueto, la mesa nacional advirtió que se pronunciaría recién cuando conocieran la letra chica. "Estamos hablando sobre una carta de intención y líneas generales de un acuerdo que todavía se está negociando y que deberemos evaluar en el Congreso. Lo bueno es que se evitó el default y hay una hoja de ruta. Lo malo es que falta el plan de vuelo, es decir las medidas para alcanzar las metas fiscales y monetarias que se impuso", destacó a Página 12 el presidente del Pro en Diputados, Cristian Ritondo, y agregó que el interbloque acompañaría "un acuerdo razonable que no hipoteque el futuro del país ni le genere condiciones negativas al gobierno que asuma en 2023, que será de JxC".
JxC no es, sin embargo, el único sector con el que el oficialismo deberá negociar. En la Cámara de Diputados, por fuera de la tensa paridad entre el FdT y JxC, hay un total de 25 bancas que pertenecen a fuerzas provinciales y bloques minoritarios. Por un lado, Provincias Unidas - un interbloque que en el pasado ha funcionado como aliado clave del oficialismo - celebró el entendimiento: "Me parece bien el acuerdo porque es lo que la Argentina puede cumplir sin dejar de crecer y de atender las cuestiones internas que tenemos que resolver", declaró el diputado Diego Sartori a este diario. En el caso del interbloque Federal, su presidente, el "Topo" Rodríguez, sostuvo que "todavía no hay nada escrito" y que había esperar a conocer la letra del proyecto antes de opinar. Los tres cordobeses que responden a Juan Schiaretti, sin embargo, ya salieron a aclarar que darían quórum para "no obstaculizar el debate" pero que se abstendrían en la votación.
La izquierda y los libertarios, mientras tanto, anunciaron que votarán en contra del acuerdo. En el caso del FIT, sus principales referentes denunciaron que el entendimiento era un "pacto colonial" y llamaron a movilizarse en contra este lunes. Los libertarios de ultraderecha, por otro lado, también se pronunciaron en contra, pero en su caso fue porque consideraban que el ajuste no era lo suficientemente brutal. "El acuerdo con el FMI es una burla al ciudadano porque la baja del déficit es insignificante lo cual implica estar 5 años conviviendo con emisión de dinero y endeudamiento", sostuvo ayer José Luis Espert. Entre la izquierda y la extrema derecha, sin embargo, son ya ocho votos negativos seguros en la votación en Diputados.