“El sol del 25 viene asomando”, según los carteles con el rostro de Cristina Fernández de Kirchner que empapelaron la ciudad de Buenos Aires desde ayer a la madrugada. 25 de mayo, fecha cara al imaginario kirchnerista, donde no sólo remite a la gesta patriótica de 1810 sino al comienzo de la presidencia de Néstor Kirchner en 2003, será también el día elegido para la reaparición pública de la ex presidenta, que esta noche dará una entrevista televisiva donde sentará posición sobre la incipiente campaña y buscará volver a mostrarse como figura central de la oposición al gobierno de Mauricio Macri. La expectativa estará puesta en su decisión sobre si será o no parte de la oferta electoral del peronismo bonaerense en este turno. “No esperen definiciones sobre candidaturas”, asegura uno de los hombres más cercanos a CFK, aunque tampoco descarta que pueda haber “sorpresas” en ese sentido.
Los carteles en las paredes, las pantallas de los televisores y las redes sociales son las plataformas en las que se monta el lanzamiento de esta campaña que Fernández de Kirchner se comprometió a protagonizar, sea como candidata o como principal referente del espacio opositor, tal como les prometió el martes a los intendentes que se reunieron con ella en el Instituto Patria. Por primera vez desde que se despidió de su presidencia ante una Plaza de Mayo llena, el 9 de diciembre de 2015, la ex mandataria está dispuesta a asumir la centralidad de su rol político. Se acabaron las especulaciones: “CFK está trabajando 24 horas por día para conseguir la unidad de toda la oposición”, aseguran en su entorno.
Ese será el eje de la nota de esta noche: un diagnóstico sobre la situación del país desde la asunción de Mauricio Macri, comparado con el trabajo hecho por el peronismo en el gobierno entre 2003 y 2015, pero con énfasis en las consecuencias de las decisiones políticas en la vida cotidiana de la gente. Además, hará una lectura de la situación política global y, particularmente, de América Latina, donde la ex presidenta caracteriza los procesos que tienen lugar en Venezuela y Brasil como distintas facetas de una “restauración neoliberal” que en la Argentina se ve reflejada en la agenda de Cambiemos, que sólo puede ser frenada en el Congreso con un buen resultado electoral y la unidad del campo popular.
En paralelo a los preparativos para la reaparición de CFK, por abajo continúan las conversaciones para hacer efectiva esa unidad. Ayer, en Lomas de Zamora, el diputado Máximo Kirchner estuvo reunido largamente con el intendente Martín Insaurralde, referente entre los jefes comunales de la populosa tercera sección electoral y pieza clave en el armado bonaerense. Allí, coincidieron en que “la única forma de ganarle al gobierno” es “construir un espacio capaz de contener a todos los sectores de la oposición”. También coincidieron en que la campaña debe centrarse en torno a “cuestiones que preocupan” en los barrios y no de “cuitas” entre dirigentes. “Nuestro eje tiene que ser la calle, con la gente”, se acordó en ese mitin.
A la misma hora, pero en Moreno, el anfitrión Walter Festa recibía a otros intendentes de la primera sección: allí estuvieron Gustavo Menéndez (Merlo), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Ariel Sujarchuk (Escobar), Santiago Maggiotti (Navarro), Juan Ignacio Ustarroz (Mercedes), Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Ricardo Curutchet (Marcos Paz). En el marco de la “convocatoria a la unidad” que pidió Fernández de Kirchner, todos se comprometieron a trabajar para avanzar en la conformación de una lista única. Su rol es importante, porque son los interlocutores naturales de Gabriel Katopodis (San Martín) y Juan Zabaleta (Hurlingham), otros dos jefes comunales de la primera y que hoy apoyan la precandidatura de Florencio Randazzo en las primarias.
Otros intendentes salieron ayer a respaldar a la ex presidenta y a manifestar su deseo de que encabece las listas: desde San Antonio de Areco, Francisco Durañona dijo que CFK “está absolutamente dispuesta a afrontar la responsabilidad” de ser candidata si eso facilita la unidad. Además, tendió una mano a sumar a Florencio Randazzo al armado aunque advirtió que “la apertura” no puede significar que “nuevamente hombres y mujeres ocupen lugares en la lista y después terminen levantando la mano para aprobar” proyectos del oficialismo contrarios a los intereses populares.
En el mismo sentido habló Mario Secco (Ensenada): “Siempre tuvimos la idea de incorporar a Randazzo. Es un buen compañero, no tiene nada que ver con los que criticamos nosotros, que dejaron mucho que desear, que votaron barbaridades en el Congreso haciéndole la segunda al liberalismo para avanzar con el ajuste, con el endeudamiento”, dijo, apuntando contra algunos senadores y diputados del peronismo. “Con ellos no queremos ninguna unidad. Ahora el Flaco es un crítico, tiene su manera de pensar, pero no deja de ser un buen compañero”, completó.