Estamos ingresando al mes del comienzo de clases y me parece importante reflexionar sobre los dichos racistas y discriminatorios que expresó la ministra de Educación, Soledad Acuña. A mí no me sorprendieron, la señora Acuña nos tiene acostumbrados a declaraciones polémicas.
Repudio sus afirmaciones y debo confesarles que esperaba una réplica más contundente del ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk. Sus palabras sonaron más como un eslogan de campaña que como una respuesta a una problemática social grave. Como siempre que se habla de educación, mucha gente que se pronunció me pareció hipócrita y oportunista. La educación siempre debió ser una prioridad para todos los gobiernos (peronistas, radicales, liberales o de izquierda) y estamos cada vez más lejos de que lo sea. A mí, como a muchxs de mi generación, nos causa tristeza confirmar esto: pasaron décadas desde la histórica frase de Raúl Alfonsín: «Con la democracia se come, se cura y se educa» y aún es una gran deuda pendiente con nuestra sociedad.
El deber de nuestrxs gobernantes no solo es educar a lxs niñxs, también deben intentar asegurarles un futuro. Desde los 6 años escucho las mismas frases: «deuda», «Fondo Monetario», «inflación», «el peso no vale nada». Hoy, con 46 años la radio es la misma. ¿Cuándo va a cambiar el discurso? ¿Cuándo van a dejar de echarse la culpa unos a otros? ¿Quién piensa de verdad en lxs niñxs argentinxs?
De todos modos, la incompetencia de muchxs de nuestrxs politicxs no justifica el desprecio con el que la ministra habló de los barrios donde viven seguramente algunxs de sus alumnxs. Parece que ella conectase «villa» con «estar perdidos». Sabe una cosa, señora ministra, un niñx no anda perdidx en el pasillo de una villa: está en su casa.
Es una frase que no solo refleja lo lejana y ajena que se encuentra de estos chicxs de cuya educación usted es responsable, señora ministra, sino que además, manifiesta su poco interés. Ellxs son alumnxs que usted debería ir a buscar ayudar a educar. Si alguien se preguntaba por la definición de la palabra «gorila», esta acción la deja en evidencia: es aquel que desprecia lo popular, o sea, a más de la mitad de nuestra población.
Por otra parte, la violencia existe y no discrimina, abarca todas las clases sociales. Las cárceles también reciben a niños bien educados en escuelas privadas. Sin ir más lejos, no nos olvidemos de la patota de niños bien que mató a trompadas a Fernando Báez Sosa.
A lxs niñxs nunca hay que abandonarlxs, y cuanto más desamparadxs estén, ahí tienen que estar ustedes, buscándolxs para acompañar, contener, ayudar, con paciencia y amor. ¿Ustedes creen que la ministra representa la educación y la docencia? Yo no.
Señora ministra, en nuestro país todos los días hay pibes que se
pierden de muchas maneras, y no son solamente los que viven en un
barrio popular. Una de las funciones del ministerio que usted encabeza
es la de asegurar la educación pública para todos los niveles. Es decir,
es su trabajo. El día en que nuestros representantes dejen de echarse
culpas entre ellos y se pongan a actuar en conjunto,
comprometidamente y a largo plazo volveré a ilusionarme al escuchar la
frase de Alfonsín. Parece que estamos lejos, pero yo también creo que
nunca es tarde.