El ex ministro de Economía del gobierno de Mauricio Macri, Nicolás Dujovne, responsable junto a su jefe político por el crédito de 44.500 millones de dólares que la actual administración renegoció con el FMI, volvió a defender su gestión y calificó como "positivo" el principio de acuerdo anunciado la semana pasada. Sin embargo, se puso a la derecha del organismo al lamentarse que el programa no incluya reformas estructurales en el terreno laboral y previsional.
En declaraciones radiales, Dujovne dijo que "es un primer paso preliminar, no puedo no calificarlo como positivo. Nadie discute en el mundo que hay que tener el fisco en orden y remover el financiamiento monetario del Banco Central. La economía argentina está plagada de problemas: tenemos mucha pobreza, mucha inflación y cepos. Si agregábamos un default íbamos a estar mucho peor”.
Un poco de historia
En junio de 2016, cuando aún no era ministro de Economía, Dujovne participó de un encuentro público organizado por la fundación Fernando Henrique Cardoso en donde comentaba que "Argentina tiene niveles de endeudamiento bajísimos tanto a nivel del gobierno como a nivel de las empresas como el nivel de las familias. Es una deuda realmente muy baja. Las empresas tienen un endeudamiento inferior a un tercio de su patrimonio. Son niveles de apalancamiento bajísimos en cualquier medida regional o internacional. No conozco ningún país que tenga niveles tan bajos. Tal vez algún país del África subsahariana o Corea del Norte".
Sin embargo, el pasaje de la economía de 2016, según la descripción de Dujovne, a la actual, ahogada por la deuda, no amerita autocrítica. “No me arrepiento de haber ido al Fondo, los problemas de la Argentina son muy grandes, el FMI nos estaba ayudando a resolverlos en un costo menor”, dijo este lunes.
Como explicó recientemente el número tres del BCRA, Jorge Carrera, las políticas de Cambiemos produjeron un drástico cambio en la composición de la deuda hacia un mayor porcentaje de deuda en dólares, menor porcentaje de deuda intrasector público y más deuda externa. En otras palabras, una deuda que se volvió menos manejable al estar mayormente nominada en moneda extranjera, y además insostenible luego de la devaluación, que redujo ingresos del Estado medidos en dólares.
Los dólares del FMI se utilizaron sobre todo para permitir que los fondos que habían ingresado al país en 2016 y 2017 pudieran "salir del peso" y en alguna medida para evitar el financiamiento monetario por parte del Banco Central. "Los dólares no se evaporaron, los usamos para estar al corriente de la deuda mientras mejorábamos la posición fiscal. Llegamos al equilibrio sobre el final e íbamos a tener superávit en los años siguientes", aseguró Dujovne.
Para el ex ministro, el objetivo posterior era "reemplazar financiamiento del Fondo por financiamiento del mercado”. Es decir, pagar al Fondo emitiendo deuda en los mercados. Sin embargo, desde abril de 2018 la economía nacional ya estaba afuera de los mercados financieros, de ahí que el Gobierno haya apelado al FMI.
En cambio, Dujovne se lamenta que "puede ser que no hayamos ido lo suficiente rápido con la corrección fiscal. Creo que íbamos por el rumbo adecuado". En su lectura, el duro informe emitido por el propio FMI en relación al crédito implica "una crítica a la sociedad argentina que no acompañó la continuidad de un programa que nos estaba ayudando a resolver problemas estructurales”.
Además, el ex ministro consideró que el Fondo se quedó corto con las exigencias al país. "Yo estoy convencido de que para crecer, hay que cambiar. La economía argentina ya no tiene tierra para crecer, necesita que la fertilicemos con reformas. Tenemos que ir hacia una reforma laboral, previsional, tributaria y abrirnos al mundo”, dijo.