El intendente Pablo Javkin cargó contra el sistema federal de Justicia, espantado por el triple crimen de Ibarlucea y su telón de fondo. "Pareciera que Rosario no está en la Argentina. Un presidente de la Cámara Federal recomienda que no se otorgue prisión domiciliaria (a Brisa Leguizamón, novia de la boda trágica). La causa va a Buenos Aires, se otorga prisión domiciliaria y termina en el hecho que vimos el fin de semana", hilvanó. "En este evento tenemos no menos de cuatro personas con prisión domiciliaria involucradas, con condenas, con causas que llegan a la máxima apelación penal, y no se controló", reprochó por radio Sí 98.9.

También el secretario de Justicia, Gabriel Somaglia, expresó su contrariedad y acusó a los jueces porteños : “No me tiembla la voz para decir que si no ajustamos las garantías constitucionales a lo que sucede en la realidad y jueces de Capital Federal, que no comprenden la realidad que está viviendo Rosario, y dejan en libertad a personas que dentro de dos meses van a ser sometidas a juicio donde hay acabadas pruebas de su participación en empresas narcocriminales”, declaró en LT8.

El secretario de Seguridad, Jorge Bortolozzi, apuntó en la misma dirección y hasta con una mirada literaria o, al menos, de alguna serie por Netflix: El contexto de la matanza en Ibarlucea fue "un cantante, un hotel, un country, una fiesta ostentosa a la vista de todos, con una previa en lugares conocidos y con artistas conocidos (por el bailantero Sergio Torres). Todo al mejor estilo (de un cartel) mexicano o colombiano”, afirmó a una radio santafesina.

En ese sentido, señaló el funcionario que "la Justicia federal tiene que comprometerse más y desarticular este tipo de bandas”. Y, en línea con Somaglia y Javkin, advirtió que “se trata de delitos exclusivamente federales, no solo se dedican a la venta de droga sino al lavado de dinero, de activos". "Es gente que dispone de dinero del que nadie conoce su origen. Es un claro ejemplo de ostentación que no puede pasar desapercibido para la justicia federal", amonestó el responsable de Seguridad en Santa Fe.

Bortolozzi también tuvo reproches para con los empresarios que se sirven del dinero narco: “La colaboración y la responsabilidad social empresaria de aquellos que facilitan salones de fiesta, hotelería, etcétera porque ese es su negocio, pero para que se regodeen integrantes de las bandas de narcocriminales conocidas en Rosario y que ponen permanentemente en jaque a la sociedad”, reprobó al diario El Litoral.

 

“El caso de los narcos, el código es la muerte. Así disciplinan a su gente. Obviamente que esas personas fueron marcadas. Las interceptan a la salida de un casamiento, en plena ruta, en un auto que casi nunca usaban. La Justicia federal se debe hacer cargo de la función que tiene”, apretó Bortolozzi.

Javkin señaló que "esta situación no se aguanta más. Necesitamos que Rosario sea tratada en términos prioritarios y que los organismos que tienen que ver con el control de las personas condenadas, garanticen que efectivamente estén privadas de la libertad para no seguir cometiendo delitos", dijo.

Por otra parte, el vicepresidente de la Cámara de Apelaciones federal en Rosario, Aníbal Pineda, habló al sentirse interpelado por una situación que lo tuvo como juez. Y se despegó de sus colegas de Casación Penal, en Buenos Aires.

“Nosotros, desde la Cámara de Apelaciones de Rosario habíamos revocado la excarcelación y habíamos dejado a Esteban Rocha (el novio de la boda trágica) en prisión preventiva porque había pruebas suficientes de que esta persona participaba de una estructura de venta y distribución de droga”, aclaró el magistrado ayer por Radio Dos.

"Luego –explicó Pineda– intervino la Cámara Federal de Casación Penal, que son los superiores nuestros, y recurrió ese fallo. Aplicaron un criterio diferente al nuestro, consideraron que se debe aplicar el principio de inocencia y el derecho de estar en libertad del imputado cuando no hay pruebas suficientes sobre lo que se denomina riesgo procesal”.

El juez rosarino consideró que “ahí queda clara la diferencia de criterio que existe en la Justicia”. Y aseguró que “desgraciadamente hay otras personas que tienen otra mirada”.