Las pruebas para determinar si una persona tiene covid-19 ya no se realizarán únicamente en los centros públicos dependientes de las autoridades sanitarias de cada jurisdicción. Después de la autorización de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), los autotest empezaron a repartirse en las droguerías del interior del país desde el viernes pasado y desde este lunes ya están llegando a las farmacias de la Provincia de Buenos Aires y de la Ciudad. El laboratorio chino Jayor SRL --bajo la marca Immunobio-- fue el único de los seis autorizados que está distribuyendo las primeras 100.000 unidades de su autotest a un precio oficial de 1.650 pesos, según confirmaron a Página/12 fuentes de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA). Roche anunció que iniciará esta semana la distribución y el resto de los laboratorios (Asserca, Abbott, Vyam Group y el único argentino, el rosarino Wiener Lab) lo harán a partir de la segunda quincena de febrero.
Cortar los contagios
María Isabel Reinoso, presidenta de COFA, cuenta que el laboratorio Jayor prometió entregar unos 100.000 autotest por semana en las 7.500 farmacias adheridas en todo el país. “Es importante decir que es un test que viene preparado para una toma de muestra nasal o de saliva, dependiendo de lo que sea más cómodo para la persona”, explica Reinoso y pondera que es “una herramienta más” para sumar a las estrategias que se vienen desarrollando en el contexto de esta tercera ola. “La principal virtud que tienen estos test es que si una persona es positiva se aísla rápidamente, corta la cadena de contagios y pueden ir bajando los casos. Cuando una persona es contacto estrecho de un positivo, la recomendación que hacemos es que espere cuatro días para que la carga viral suba y no dé un falso negativo”, plantea la presidenta de COFA, entidad que informó que durante el lunes 31 se vendieron 1.117 autotest en todo el país.
El envase del autotest tiene una etiqueta con un código de barras; con ese elemento se registrará quién compró el producto y cuál fue el resultado del diagnóstico. “Nosotros tenemos que informar al ministerio de Salud los casos positivos, los negativos y los test inválidos. También vamos a reportar a aquellos pacientes que se nieguen a informar el resultado, pero no creo que se dé mucho esa situación. Y si sucede va a ser minoritario”, confía Reinoso. Los autotest --que no estarán cubiertos por los planes de las obras sociales ni las prepagas-- son test rápidos orientativos para la autodetección de antígenos de Sars-CoV-2 y no de PCR, por lo que los médicos pueden pedir un test profesional para confirmar el resultado.
Descomprimir la tensión
“No soluciona el problema de fondo, que tenemos una baja capacidad de testeo, pero es una medida positiva porque ayuda a descomprimir la tensión sobre los centros de testeos”, dice Jorge Geffner, bioquímico e investigador del Conicet en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida. “Si el test te da negativo puede ser que estés cursando la infección; tiene menos sensibilidad que el PCR. Hay una fracción importante de gente, entre un 30 y un 40%, que puede estar cursando la infección y que tenga un resultado negativo. Esto tiene que ver con la sensibilidad de la técnica y con que el hisopado no lo hace un profesional”, aclara Geffner y comenta que la principal ventaja es que a los quince o veinte minutos se obtiene el resultado. Geffner cuestiona que se esté testeando poco. “Yo no hubiera sacrificado la capacidad de testeo, sino que la hubiera incrementado para tener una fotografía real de lo que está pasando; para eso necesitás saber el número de casos y no solamente el número de internaciones hospitalarias --precisa el bioquímico e investigador del Conicet--. Ahora con el retorno de la actividad escolar, cuando va a empezar a circular también el virus influenza, ¿cómo hacés para discernir cuándo se levantan las burbujas en la escuela? Más allá de que toda persona con síntomas compatibles se tiene que aislar hasta tanto pueda testearse (y si no se testea tiene que completar el aislamiento en función del esquema de vacunación que tiene), como apuesta estratégica yo hubiera invertido más en capacidad de testeo”.
Soledad Gori, bióloga y doctora de la Universidad de Buenos Aires, subraya que “está bien” contar con la posibilidad de hacerse el autotest, aunque las personas tienen que saber cuáles son las limitaciones, y los responsables en las farmacias deben controlar que la persona que compró el test comunique el resultado. “Considerando cómo fueron cambiando la cantidad de casos y el ciclo de infección, que es más corto en el caso de Ómicron, el autotest es una herramienta más para evitar el colapso de los centros de testeos, como se vivió en las últimas semanas. Las personas que sí o sí necesitan testearse para tomar alguna decisión deben saber que el autotest no tiene un valor diagnóstico sino que es orientativo, con lo cual si eso está claro para la población no hay por qué estar en contra. El punto es que se informe adecuadamente y que las personas sepan las limitaciones que tiene --reflexiona Gori--. El autotest llega a ser bueno en un 90 por ciento cuando es tomada una alta carga viral y se la puede detectar en esas muestras nasofaríngea o de saliva”.
Barbijos de calidad
Por su parte, el ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, afirmó que el gobierno bonaerense se encuentra trabajando en un protocolo para poder garantizar la “presencialidad absoluta” para el nuevo ciclo lectivo y una de las medidas será proveer a los chicos de barbijos de “buena calidad”. Sol Minoldo, doctora en Ciencias Sociales e investigadora del Conicet, destaca que se está avanzando en los temas pendiente de la pandemia. “La estrategia de prevención de usar barbijo es una de las más efectivas y menos aprovechadas precisamente porque nos hemos quedado con la primera indicación del comienzo de la pandemia, que era usar lo que se pueda. De usar lo que se pueda a usar algo de calidad hay un margen enorme en la eficacia que tiene. Un barbijo de calidad es un barbijo que cumple dos características fundamentales: una es tener un buen ajuste a la cara y la otra es que tenga una buena capacidad de filtrado. Esa capacidad de filtrado depende por un lado de la composición del barbijo y por otro lado de la cantidad de capas”, enumera Minoldo. “Los barbijos quirúrgicos, que en general tienen tres capas y una capacidad de filtrado mediana, son mejores que un barbijo casero. Después hay barbijos que tienen materiales que cumplieron con el estándar de filtrar el 95 por ciento de las partículas y esos son barbijos que nos protegen durante mucho más tiempo. Entonces cuanto más tiempo dura la exposición, como es el caso de una clase, en un aula, siempre lo mejor es levantar el estándar de la calidad del barbijo”.
¿El Estado debería distribuir barbijos de calidad en las escuelas públicas de todo el país? “Sería un cierto hacerlo porque las escuelas tienen todas las características para que la transmisión sea alta, si no tomamos precauciones”, responde Minoldo. “El hecho de que las escuelas no hayan sido lugares de tanta transmisión en las olas previas, o no más que otros lugares, tuvo mucho que ver con los cuidados. En este momento los cuidados se han relajado muchísimo, pero sigue siendo riesgoso el aumento de la transmisión en espacios cerrados donde estamos mucho tiempo compartiendo el aire que respiramos. En una circunstancia de alta transmisión con la actual ola de Ómicron, las aulas podrían ser lugares de gran riesgo, si no mejoramos los cuidados”, advierte la doctora en Ciencias Sociales e investigadora del Conicet. “Usar barbijos de calidad nos permite sostener la presencialidad y hacer mucho menos riesgosa la permanencia en el aula”, concluye Minoldo.