Las dos oficiales de la policía porteña involucradas en el crimen de Lucas González y que habían sido liberadas el 12 de enero por la Sala IV de la Cámara de Apelaciones porteña, vuelven a estar en la cresta de la ola: su rastro fue detectado en el arma de plástico plantada para desviar la causa hacia la hipótesis del enfrentamiento. El análisis del rastreo realizado por una pareja de perros de la Federal dio como resultado la presencia de los olores de las dos mujeres, Micaela Fariña y Lorena Miño, además del de Héctor Cuevas, cuya detención había sido confirmada. La nueva prueba permitió al fiscal Leonel Gómez Barbella solicitar al juez de Instrucción Martín del Viso la detención inmediata de las dos mujeres acusadas por encubrimiento.

El dictamen de la fiscalía ya fue presentado en el juzgado, y ahora es el juez del Viso  quien debe resolver si hace lugar. 

El 12 de enero último, la Cámara de Apelaciones había entendido respecto a Fariña y Miño que "la prueba recabada al menos hasta el momento no permite afirmar con convicción, a diferencia de lo sucedido con Cuevas, Inca, Du Santos y Romero, que estuvieran en conocimiento de lo realmente ocurrido y del plan urdido posteriormente por ellos y que así sus acciones -aprehender a los jóvenes y realizar el resguardo de la zona- estuvieran dolosamente dirigidas a colaborar en el teatro urdido". Por lo que ordenó su inmediata liberación.

Sin embargo, el fiscal recibió los resultados de un peritaje de la División Unidad de Búsqueda de Evidencia de la Policía Federal Argentina (PFA) que confrontó las muestras recolectadas sobre la réplica de arma de fuego encontrada dentro del auto en el que iban Lucas (17) y sus tres amigos "con los olores obtenidos" de nueve de los policías imputados, entre ellos, las dos oficiales.

"El procedimiento realizado por los agentes policiales junto a perros entrenados permitió que los animales marcaran la correspondencia entre el olor colectado de la réplica del arma y las muestras obtenidas de las dos mujeres y de uno de los imputados", indicó el Ministerio Público Fiscal (MPF) de la Nación a través de su página web (www.fiscales.gov.ar)

"Claro está que las nombradas la han manipulado, o al menos, la han tenido a la vista, en contacto y en su poder", sostuvo el fiscal y consideró que esta prueba "revierte el estado de duda que los integrantes de la Cámara de Apelaciones decretaron cuando formularon la falta de mérito".

Para la Fiscalía, esta evidencia "conlleva a sostener que formaron parte de todo el entramado corporativo" que se montó el día del hecho, por lo que corresponde "dictar sendos autos de procesamientos con prisiones preventivas". El requerimiento es de procesamiento por "falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin las formalidades de la ley, encubrimiento agravado por la condición de funcionarios públicos y por ser el delito precedente especialmente grave".

La misma Sala IV ya había confirmado la prisión preventiva de los policías Gabriel Isassi, Juan Nieva y Fabián López, integrantes de la brigada e imputados de cometer el homicidio de Lucas y la tentativa en perjuicio de los tres amigos del adolescente asesinado. 

En tanto, por el caso también permanecen procesados y detenidos por el encubrimiento del crimen el comisario inspector Daniel Santana, el comisario Rodolfo Ozán, el subcomisario Ramón Jesús Chocobar, y los oficiales Sebastián Baidon, Jonathan Alexis Martínez, Ángel Darío Arévalos y Daniel Rubén Espinosa, además de los cuatro antes mencionados.

El asesinato de Lucas (17) sucedió cerca de las 9.30 del 17 de noviembre último, cuando la víctima y tres amigos de su misma edad salieron de entrenar del club Barracas Central a bordo del Volkswagen Suran del padre de uno de ellos y fueron interceptados por un auto Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones de la Policía de la Ciudad sin patente ni signos de ser policial, del que bajaron tres efectivos armados y sin identificar.

De acuerdo con las pruebas recabadas, los adolescentes creyeron que eran ladrones que iban a robarles, por lo que huyeron del lugar, momento en que los policías les dispararon desde distintos ángulos. Al menos cinco tiros dieron en el auto y uno de ellos impactó en la cabeza de Lucas, quien horas más tarde murió.