El Gobierno firmó con las autoridades chinas el contrato para la construcción de la cuarta central nuclear argentina, Atucha III. Se trata del proyecto de inversión más ambicioso del país asiático en territorio nacional, por un monto de 8.300 millones de dólares. Se prevé que las obras comiencen a fines de este año.
La central contará con un reactor de tipo Hualong, de diseño chino, que utiliza uranio enriquecido como combustible y agua liviana como refrigerante y moderador. Es una tecnología poco conocida por Argentina, a diferencia de las centrales tipo CANDU. Atucha III será la primera central nuclear en construirse en el país desde 1981.
Este martes, las autoridades de Nucleoeléctrica Argentina y la Corporación Nuclear Nacional de China (CNNC) firmaron el contrato que da el puntapié formal para el proyecto de la cuarta central nuclear argentina, que se instalará en el Complejo Nuclear Atucha de la localidad de Lima, provincia de Buenos Aires. El crédito para la construcción de la central se pagará una vez que comience la generación de energía.
El evento se realizó de manera virtual y, junto con las autoridades de ambas compañías, José Luis Antúnez y Yu Jianfeng, estuvieron presentes el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, el embajador chino en Argentina, Zou Xiaoli, su par argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, y el subsecretario de Energía Eléctrica de la Nación, Federico Basualdo.
La firma se concreta días antes de que el presidente, Alberto Fernández, visite China por primera vez. El mandatario arribará en la madrugada del viernes, previo paso por Moscú, al gigante asiático. Participará de distintas actividades vinculadas a los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing y se reunirá con Xi Xinping, líder chino, el domingo.
El proyecto
La historia de la cuarta central nuclear se remonta varios años atrás. En 2014 y 2015 se firmaron acuerdos para la construcción de dos centrales nucleares de potencia y la idea era que una de las centrales fuera de tipo CANDU, en donde la industria nuclear nacional tiene experiencia a partir de la central Embalse, que usa la misma tecnología. Asimismo, habría otra central con un reactor nuclear de tecnología de uranio enriquecido y agua liviana de diseño chino.
Ambos proyectos se enfriaron durante el gobierno de Mauricio Macri, que adoptó una política que incluso puso el juego la continuidad de la construcción de las represas hidroeléctricas de Santa Cruz. En la reanudación del proyecto quedó postergada la central tipo CANDU, que podría retomarse dentro de dos años según fuentes oficiales, aunque sí avanzó el proyecto que era prioridad para China, porque lleva su tecnología. Ahora, el financiamiento será aportado por un consorcio de bancos chinos encabezado por el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC).
El contrato firmado "prevé la provisión de la ingeniería, construcción, adquisición, puesta en marcha y entrega de una central del tipo HPR-1000, que utilizará uranio enriquecido como combustible y agua liviana como refrigerante y moderador", informó el Gobierno. Tendrá una potencia bruta de 1200 MWe y una vida útil inicial de 60 años. Las centrales que funcionan en el país no utilizan esta tecnología, aunque sí lo hace el reactor prototipo argentino CAREM.
En cuanto a la participación del complejo industrial nuclear argentino, la apuesta es que las empresas nacionales se puedan insertar en el eslabón de la fabricación de elementos combustibles, es decir, del uranio enriquecido, que actualmente no se produce en el país. De todas maneras, se calcula una integración de proveedores nacionales del orden del 40 por ciento del presupuesto, que impactará en la creación de 7 mil puestos de trabajo en empresas mayormente dedicadas a la ingeniería y la construcción.
Atucha III estará a cargo de Nucleoeléctrica Argentina S.A., la empresa pública que opera y construye centrales nucleares en el país. Tiene a su cargo la operación y comercialización de la energía eléctrica generada por las centrales Atucha I, Atucha II y Embalse. También provee servicios de ingeniería a otras empresas nucleares del mundo, entre las que se encuentran empresas subsidiarias de la CNNC.