Dos participantes directos en las negociaciones por la refinanciación de la deuda con el FMI hablaron este martes sobre las perspectivas económicas tras el acuerdo y los riesgos que generaba no arribar a una solución antes de los últimos vencimientos. Miguel Pesce, presidente del Banco Central, y Sergio Chodos, representante permanente del Cono Sur en el FMI y jefe del equipo negociador del acuerdo, destacaron las expectativas alentadoras que se abren para la economía productiva si el acuerdo logra despejar las incertidumbres previas.
"Haber entrado en cesación de pagos con el Fondo hubiera sido una señal negativa, por eso planteé la idea de que íbamos hacia un precipicio, no en referencia al corto plazo sino que los vencimiento que había para 2022 y 2023, de 18 mil y 19 mil millones de dólares respectivamente, eran dos precipicios cambiarios", señaló Pesce.
"Creemos que el acuerdo despejará algunas incertidumbres y tendrían que cambiar las expectativas; todo ello debería llevarnos a tener niveles de importaciones más normales, a recuperar el crédito comercial y a conseguir un mayor financiamiento neto de organismos multilaterales", refirió el titular del Banco Central. La referencia a "importaciones más normales", alude a lo que de fuentes oficiales se percibe como un exceso de compras de insumos en el exterior durante 2021, de quienes optaron y pudieron "sobreestoquearse" para cubrirse de una eventual megadevaluación. Según Pesce, estos temores deberían despejarse a partir del acuerdo.
"No tenemos previsto un salto cambiario ni un cambio en nuestra estrategia cambiaria", aseguró. Recordó que a partir de noviembre pasado se modificó la corrección cambiaria, que pasó de un ritmo del 2% mensual a otro del 3%, y que se continuará con esa política, "pero precisiones sobre el paso (ritmo de las correcciones) no vamos a dar".
En la misma entrevista que dio al diario financiero El Cronista, Pesce indicó: "Esperamos para 2022 un mejor resultado de la balanza cambiaria, y en lo que respecta a reservas (internacionales), estamos esperando que el FMI haga un desembolso al inicio del programa que sería mayor al vencimiento (de la deuda) en marzo. Eso tendrá impacto sobre las reservas".
Detalló que ese desembolso adicional sería de unos 4500 millones dólares, efectivizados en DEG (Derechos Especiales de Giro, que emite el FMI). "El programa viejo (el stand by del año 2018) tiene vencimientos por u$s 40.000 millones y vamos a recibir financiamiento por 44.500 millones. Esos 4500 millones (adicionales) podrán aplicarse a los pagos de intereses, (de los que) cubren unos tres años". Pero como el adicional se recibiría con el primer desembolso, quedarían en las Reservas del Banco Central hasta que venzan esos intereses.
Al ser consultado sobre el tema de la brecha cambiaria y si había sido una preocupación expresada por el Fondo, respondió "la brecha nos preocupa a todos, pero tiene que ver con que existen restricciones y a que ésta es una economía dolarizada; no es que estas regulaciones están porque nosotros las queremos, están porque las necesitamos. No es una cuestión ideológica o de voluntad nuestra, sino una cuestión de necesidad".
El director por el Cono Sur ante el Fondo, Sergio Chodos, afirmó que el programa acordado con el organismo de crédito permitirá "incrementar el gasto en términos reales", y estimó que no haberlo alcanzado hubiese provocado una "falta de dólares" necesarios para que el "aparato productivo pueda producir y consumir".
"Un default hubiera generado mayor escasez de dólares porque se nos hubiera interrumpido el crédito bilateral no solamente con los países centrales sino también con Rusia y China, hubiéramos tenido un problema adicional con el Club de París, y hubiésemos tenido una pérdida de flujo de los organismos internacionales de crédito como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)", afirmó Chodos en declaraciones a la AM 750.
"El préstamo de 2018 tiene tal gravedad que se termina de pagar, si todo sale bien, recién en 2034", detalló. Reiteró que el acuerdo permitirá "incrementar el gasto en términos reales en todos los años del programa entre 2022 y 2024". Y respecto a las metas de reducción del déficit fiscal, consideró como "algo sano para la Argentina ir hacia el equilibrio fiscal".