Con dos citas en el año, enero y septiembre, Maison&Objet se perpetua como uno de los encuentros más fuertes del calendario internacional del diseño. No sólo porque reúne en más de 130.000 metros cuadrados a más de tres mil expositores de todo el mundo especializados en mobiliario, iluminación, textiles, vajilla, equipamiento de cocinas, accesorios y objetos, sino porque su sección destinada a diseñadores emergentes resulta siempre un gran semillero. Además de la de “Diseñador del año” con la que homenajean a prestigiosos profesionales contemporáneos.
La edición 2017, que tendrá lugar del 20 al 24 de enero, eligió al francés Pierre Charpin como diseñador del año. Escenógrafo y artista, Charpin nació en Bourges, hijo de un famoso escultor –Marc Charpin– y tuvo el privilegio de experimentar con todo tipo de materiales desde pequeño. Después de trabajar en Milán en el estudio del diseñador inglés George Sowden, uno de los fundadores del emblemático grupo Memphis, regresó a París desde donde desarrolla su amplia producción de todo tipo de mobiliario y objetos para marcas de la talla de Post Design, Zanotta, Montina, Venini y Alessi, entre otras. Desde 1998 a 2008 enseñó en la Ecole Superieur d’art de Reims y en la Ecal de Lausanne. En 1998 produjo una serie de objetos de vidrio en el Centro Internacional de Investigación sobre el Vidrio y las Artes Plásticas, en Marsella y dos años más tarde trabajó sus propuestas pero enfocadas con cerámica.
En 2011 diseñó Intervalos, una vistosa colección de vasos y una jarra de cristal de estética minimalista para Cristalleries Saint Louis. Y en 2012 un programa de residencias en Villa Kujoyama en Kyoto, Japón, le abrió nuevos horizontes. También ganó el concurso convocado por la Societé Anonyme de Gestion des Eaux de París para el diseño de su jarra “Eau de Paris”. En el mismo año, su florero Triplo, producido por Venini, es seleccionado para la edición 2005 del Compasso D’Oro, el mismo año en que es elegido autor del año en la Feria del Mueble de París. Además de sus exposiciones personales, muchas de sus creaciones forman parte de la FNAC (Fundación Nacional de Arte Contemporáneo), del Centre Pompidou y del Museo de Artes Decorativas de París.
Además de una exposición con sus trabajos suman la selección de talentos emergentes y por supuesto la propuesta de todos los diseñadores participantes.
Esta edición
El reciente encuentro internacional organizado por Dara, Diseñadores de interior Argentinos Asociados, fue la oportunidad de conocer a Gastón Isoldi, director para las Américas de la feria, y preguntarle de primera mano lo que se viene en la próxima cita importante que tiene la agenda global.
–¿La feria sigue con más fuerza y presencia que nunca?
–Realizada desde hace más de veinte años en París, con dos ediciones, una en enero y la otra en septiembre, Maison&Objet no para de crecer. Nació siendo una feria de objetos y después viró a todo lo que hay en una casa, desde muebles, blanquería, lámparas, alfombras. Cada edición tienen unas tres mil marcas distribuidas en más de 130.000 metros cuadrados de stands que buscan superarse año a año porque lo importante de aclarar es que es una feria curada. Los participantes deben someterse a un proceso que es bien interesante porque tienen que calificar y para eso tenemos un equipo de especialistas que trabaja arduamente en la selección. Sobre todo lo que se busca es que sean diseñadores o marcas que tengan algo original que contar. Que haya una historia detrás. El equipo de curadores está centrado en París porque la realidad es que hoy tenemos equipos para el salón en todo el mundo ya que organizamos otro en Singapur y otra en Miami.
–¿Cómo fue mutando el salón conforme los años?
–Creo que se fue dando un proceso muy natural de cambio, algunas veces de escala o de tipo de objetos, que más que con el salón, tiene que ver con la propia evolución y cambio de los participantes. Conforme el diseño va mutando, esas transformaciones se evidencian en el evento. Todas las innovaciones en cuento al empleo de nuevos materiales para los que tenemos reservado un sector especial, la ecología y por supuesto la nueva artesanía, tienen su espacio privilegiado. Además cada edición tiene su diseñador del año y un espacio reservado a talentos emergentes que atraen mucho a la gente y a la prensa porque son los que suelen marcar la tendencia. Los últimos años esos sectores fueron copados por ejemplo por los finlandeses que vienen en alza y obvio por todos los asiáticos. Lo enriquecedor es que pones todo sobre la mesa en un mapeo genial. Otra cosa que la gente valora mucho de la propuesta es el ciclo de conferencias dictadas siempre por absolutos referentes. La verdad ambas fechas son muy esperadas por todo el escenario del diseño.
–Me interesa particularmente el espacio dedicado a la artesanía, que es donde podemos competir los latinoamericanos…
–Entiendo que siempre el temor por acá, porque soy argentino así que conozco de lo que hablo, es que el diseñador no tiene relación con la industria y eso dificulta el competir. Sobre todo poder cumplir con encargos de dimensiones importantes, más a camino de la producción en serie. Aunque debo decir que no necesariamente es así. Nosotros cada vez más destinamos un espacio al binomio artesanía y diseño con ejemplos claves como Artesanía de Colombia, por ejemplo, al que considero una iniciativa a imitar. Sobre todo porque si bien el sistema de retail exige grandes series, cantidad, los locales de diseño más pequeños de todo el mundo, manejan otros volúmenes a los que diseñadores latinoamericanos puede dar respuesta con productos con mucha identidad. El mundo está ávido de redescubrir materiales, historias, colores y esa es la gran oportunidad para Latinoamérica.
–¿Tienen participación latina?
–Va creciendo. Tuvimos mucha presencia de Brasil, ahora con la crisis que están viviendo menos participantes. Para nosotros es super importante que puedan participar diseñadores y empresas latinas porque siempre aportan aire fresco y buenas ideas. Cada país tiene su particularidad. A la Argentina, lamentablemente, le falta continuidad, políticas de estado, lo digo de nuevo como argentino que se apena con estas dificultades. Esperemos que las cosas comiencen a darse porque, como sabemos, talento sobra.