En el marco del día mundial del hijab, que surgió para concientizar respecto a la discriminación que existe en diversos países contra las mujeres musulmanas, hubo una convocatoria también en Salta, en la plaza General Güemes frente a la Legislatura. La activista Aisha Cristal Amella, embajadora de este movimiento en Argentina, dijo que no pudieron realizar las actividades previstas porque la Policía les impidió permanecer en el espacio público pese a que tenían un permiso municipal.
Amella explicó a Salta/12 que el movimiento "WordHijabDay" nació en Nueva York, por iniciativa de la activista musulmana Nazma Khan, quien en 2013 pidió a otras mujeres "de diferentes religiones, y que creyeran o no en las religiones, se pusieran en sus zapatos como ella un día". "Ella quería mostrarle a otras mujeres lo que era estar con el hijab", sostuvo.
La activista nació en la provincia, su padre es migrante sirio musulmán y su madre es salteña y católica también con raíces indígenas calchaquí. Amella relató que ellxs le enseñaron sobre todas las religiones para que pudiera elegir y hace más de una década adoptó el islam y llevar el hijab.
En Salta "se piensa que hay muchas libertades, pero no es así", aseguró Amella. Dijo que ella y otras mujeres con hijab fueron discriminadas en instituciones salteñas. Por ejemplo, contó que hace seis o siete años tuvo sacarse el pañuelo para hacer trámites en la ANSeS, donde no la querían atender cuando llevaba el hijab porque "decían que yo era extranjera, porque eso es lo que se piensa. O sos extranjera o estás acá con tu marido que te oprime. Para que me atiendan tuve que ir sin pañuelo y volví angustiada, eso fue hace 6 o 7 años. Las mujeres musulmanas que usan hijab en Salta constantemente me están contando esos problemas, así que no cambió nada", contó.
Agregó que también en el Registro Civil tienen inconvenientes constantemente. "Nosotras tenemos la ley 169/2011 que nos permite sacar toda nuestra documentación con el hijab, pero no se actualizan en el Registro Civil", afirmó. El artículo 2 de la resolución 169/2011, de la Dirección Nacional del Registro Nacional de las Personas, sobre los requisitos para las imágenes fotográficas de los documentos de identidad, contempla entre las excepciones los "motivos de índole religioso o de tratamientos de salud" que requieren la cobertura del cabello "siempre que sean visibles los rasgos principales del rostro". Incluso otro inciso prevé que cuando por motivos religiosos la persona "cubra parcial o totalmente su rostro", puede solicitar que el trámite y la fotografía se obtengan en un lugar reservado y mediante agentes del mismo sexo.
"Hicimos denuncias ante el INADI (Instituto Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo) hace bastante tiempo pero no se resolvió nada", sostuvo Amella. Y añadió que por eso vienen pidiendo que se capacite a los agentes estatales, en particular a la policía.
"Hoy la policía vino y nos corrió. Nosotras les mostramos el permiso que teníamos autorizado para estar ahí (en la plaza frente a la Legislatura) y nos dijeron que no, que eso no estaba permitido y que nos vayamos. Mi marido estaba hablando árabe y creo que eso los asustó más a los policías. O ver a varias hermanas musulmanas en la plazoleta. Aún con permiso nos dijeron que no podemos estar acá, que nos retiremos", sostuvo.
"La idea era hacer que otras mujeres que estuvieran pasando se pusieran el hijab y hacerles fotos pero no lo pudimos hacer", lamentó. Contó que mostró el permiso a los policías, que inclusive les ofreció llamar a la persona que había dado la autorización, pero "Aún así nos pidieron que nos vayamos, las hermanas se asustaron porque empezaron a venir más policías".
La activista señaló que esa persecución se ejerce en diversos países, sobre todo desde 2001 con el atentado a las torres gemelas en Estados Unidos, donde después de esa fecha las mujeres eran insultadas y agredidas, por lo que el movimiento que integra, también les enseña defensa personal.
"En Salta hay más de 2.500 musulmanas, la mayoría son salteñas que conocieron el islam y se hicieron conversas", explicó Amella. Añadió que en los lugares de trabajo no se respetan los feriados musulmanes, "no les dan los días feriados, que deberían tener por ley en Argentina, como el día de Ramadám, que se lleva por el calendario lunar y constantemente cambia, después sigue la conmeración del 'sacrificio' y el año nuevo musulmán".
Para Amella, el hijab no significa opresión y las musulmanas que eligen llevarlo lo hacen por su fe, y esto significa que "elige mostrarle la belleza propia solo a la familia o a quien ellas quieren". "Tenemos muchas mujeres musulmanas que no quieren usar el hijab y ellas no lo usan. Es una elección de cada mujer", afirmó. La activista se define como feminista, a favor de la ley de aborto legal y voluntario.
En cuanto al uso del hijab en otras naciones, Amella recordó que en Francia está prohibido. "En otros países islámicos podés usarlo no. En Turquía lo suelen usar después de casarse, no antes. En Arabia Saudita, hay más restricciones. Está la Meca, es la casa de nuestro profeta", explicó.
Respecto al contramovimiento del "día sin hijab", que también se promueve este 1 de febrero por mujeres musulmanas de Afganistán frente al regimen talibán, dijo que en ese país están viviendo una dictadura. "En pocas palabras, es como acá cuando pasó la dictadura militar por eso las mujeres tienen más restricciones para usar el hijab o para hacer cosas", afirmó.