Daniel Callejas, un odontólogo de 28 años del colectivo LGBTQI+ fue salvajemente golpeado el domingo 23 de enero a la salida del boliche Mandarine Park en Punta Carrasco. El joven denunció el ataque homófobo a través de un comunicado en sus redes sociales y pidió que se tomen medidas para detener la violencia sistémica que padece la comunidad.
Alrededor de la 1 de la madrugada, dos patovicas lo sacaron por la fuerza del local donde se estaba realizando la fiesta Río Electronic Music. "Nunca me invitaron a salir, sólo dijeron que algunos clientes se habían quejado de mi forma de bailar y me sacaron violentamente a la calle", contó Daniel Callejas.
El joven le pidió al personal de seguridad volver a ingresar para recuperar su riñonera con su DNI y dinero que habían quedado adentro del boliche, pero se lo negaron.
Mientras Daniel esperaba en la vereda, se acercó un hombre a hablarle. Acto seguido, llegaron otros dos jóvenes y lo empezaron a insultar y golpear. "Me dijeron 'puto de mierda, te vamos a matar'. Me pegaron hasta que quedé inconsciente. No sé si me atacaron con un arma porque me dejaron marcas profundas", relató.
El joven odontólogo se despertó tirado entre los autos y percató que en el ataque le habían robado el celular. "Me di cuenta que mi cara estaba sangrando, intenté hacer presión en la herida para detener la hemorragia y caminé unos metros hasta donde estaban los de seguridad para pedirles ayuda, pero nadie hizo nada", expresó Callejas.
Cerca de las 2 de la madrugada, una chica, al ver el estado de Daniel, se acercó a ofrecerle ayuda y así pudo contactar a una amiga que se encontraba adentro del boliche, quién lo acompañó hasta el Hospital Fernández.
Callejas manifestó que no es la primera vez que sufre un ataque homófobo. "Me pasó hace un año y medio. Cuando salíamos de un boliche en Palermo con mi exnovio, cinco hombres nos pegaron y en ese momento no denuncié por miedo -recordó-, pero esta vez siento la responsabilidad de no quedarme callado, porque la violencia que vivimos las personas de la comunidad LGBTQI+ es sistémica".
El director de la asociación civil 100% Diversidad y Derechos, Ricardo Vallarino, aseguró a Página/12 que "es un hecho inadmisible y no lo podemos naturalizar. Pedimos la intervención de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia de Género para que se investiguen las lesiones 'motivadas por el odio a la orientación'. Los patovicas no sólo lo discriminaron, sino que habilitaron para que con pretextos homofóbicos otras personas lo atacaran".
"Los organizadores de la fiesta y la empresa de seguridad son responsables de no haber tomado las medidas de prevención de violencia contra el colectivo LGBTQI+, y es importante que colaboren en proporcionar evidencia e identificar a los patovicas", sostuvo Vallarino.
No es la primera vez que sucede en Mandarine Park. El 18 de octubre de 2018, la fiesta de egresados del Colegio Paideia, ubicado en el barrio de Villa Crespo, terminó en discriminación homófoba, persecución y amenazas del personal de seguridad hacia les estudiantes, y el ingreso de la Policía Metropolitana al establecimiento. Según el testimonio que recogió el diario Prensa Obrera, "los patovicas echaban a las pibas si las veían dándose un beso, les decían que las llevarían a la comisaría si no se quedaban quietas. Hasta llegaron a decirle a una chica: 'la sacaste barata porque estás acá adentro, si no no sabés cómo te mataría'".
Informe: Karla Góngora.