La Selección Argentina ganó sus dos partidos de la penúltima ventana de las Eliminatorias Sudamericanas. Pero el saldo positivo de este tránsito supera largamente la bondad de los resultados deportivos. Las dos victorias ante Chile en Calama y Colombia en Córdoba sucedieron sin que haya jugado Lionel Messi, la máxima estrella y referente. En el último encuentro incluso, tampoco estuvieron dos pilares de la media cancha como Leandro Paredes y Rodrigo De Paul y uno de los marcadores centrales titulares como Nicolás Otamendi.
Con otros jugadores y a pesar de los emparches, la idea de juego, la convicción, la personalidad y el funcionamiento no se borronearon, fueron idénticos. Y eso es lo que realmente vale. A nueve meses y 19 días del comienzo de la Copa del Mundo en Qatar, la Selección que conduce Lionel Scaloni expone una identidad nítida. Hasta cuando no juega bien, el equipo sabe qué debe hacer y como hacerlo. Acaso por eso, porque primero hay un equipo y recién después están las individualidades.
Di María, indiscutido e indiscutible
La ausencia de Messi no hundió a la Selección en la melancolía sino todo lo contrario: potenció liderazgos. Ángel Di María, tantas veces cuestionado y ahora idolatrado, se hizo cargo de la capitanía y mostró un notable agrande anímico y futbolístico. Volcado sobre la derecha, abrió el marcador con un golazo ante Chile y demostró una caja de recursos que no tenía en procesos anteriores en los que lo único que le pedían era tirar la pelota adelante, correr y lanzar centros desde la izquierda. Cada vez que Di María encaró, pasó y cuando pasó, generó riesgo con sus diagonales y remates cruzados. Si alguna vez se lo acusó y se lo discutió, ahora el crack del PSG milita en el selecto bando de los indiscutibles.
Bienvenido Lisandro Martínez
Además de la ratificación de Di María, el zaguero del Ajax fue la mejor aparición del segmento que terminó el martes por la noche en Córdoba. Mas allá de su baja estatura para el puesto de segundo marcador central (1,75 metro), el exDefensa y Justicia mostró notables aptitudes para sacar la pelota bien jugada desde el fondo, mediante pases rectos o cruzados a los costados. No tiene problemas en arriesgar con el juego largo porque no tira pelotazos a dividir sino que pasa el balón con fuerza y certeza. Como también puede jugar como volante central, la impresión es que Lisandro Martínez se ha ganado un puesto en el plantel y es gran candidato a ser uno de los 23 jugadores que irán a Qatar.
Lautaro nunca deja de a pie
El delantero del Inter a veces queda despegado del resto del equipo y le llega menos juego de lo que debería. Pero resulta fundamental aplicando presión sobre la salida de los rivales. Además, el olfato y la puntería del goleador están intactos: aprovechó la única oportunidad que tuvo ante Colombia y marcó el gol del triunfo en Córdoba.
Papu, Guido y Gio
Ubicuo para colocarse en la cancha y seguro para manejar la pelota, Alejandro "Papu" Gómez fue desde lo posicional, acaso el reemplazante inesperado de Messi. Más adelantado o más retrasado, hizo casi todo bien y sería una rareza que no vaya al Mundial. Al igual que Guido Rodríguez, quien viajó de apuro para el segundo partido y cumplió. Sin la elegancia de Leandro Paredes, repartió bien el balón en el medio y abrió buenas pelotas a los costados. Giovani Lo Celso ratificó su importancia ante Colombia: cuando él juega bien, el equipo juega mejor. Fino y talentoso, debería tener en Villarreal la continuidad que le faltó en Tottenham para poder llegar bien al Mundial.
La única duda
El punto flojo de la Selección en los dos partidos fue el lateral derecho. Nahuel Molina (1,75) padeció la altura del chileno Ben Brereton (1,85) y los pelotazos que le tiraron. Desnudó carencias en el juego aéreo. Gonzalo Montiel lo reemplazó ante Colombia y debió recurrir al juego fuerte para detenerlo al colombiano Luis Díaz. Los dos irán al Mundial. Pero deben aportar más. Argentina no tiene nada mejor por allí.
Los cordobeses deben esperar
Se esperaba que la ausencia de Messi, le diera a Paulo Dybala el espacio que hasta aquí no había tenido. Pero no resultó así. No jugó contra Chile y estuvo solo 22 minutos contra Colombia. Tuvo más suerte en el reparto que Julián Álvarez que apenas participó de 13 minutos ante los chilenos. Ninguno de los dos está descartado, y deberán seguir participando. Pero el Mundial por ahora les queda a los dos más lejos que al resto de sus compañeros.