Mientras que el terremoto de la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque mantiene paralizada la actividad en la Cámara de Diputados, el oficialismo se esfuerza por reanimar la labor parlamentaria en el Senado. Allí es donde Cristina Fernández de Kirchner - presidenta en funciones mientras Alberto Fernández está en el exterior - sentó ayer su base de operaciones y dio el visto bueno para comenzar a negociar con la oposición. El Frente de Todos busca hacerse con el control de las comisiones clave y, si bien desde Juntos Por el Cambio arguyen que las elecciones legislativas modificaron la correlación de fuerzas, la expectativa es que se queden con la mayoría de las comisiones. La presidencia de algunas, a su vez, irá para aliades clave del oficialismo, cuyos votos se revalorizaron luego de que el FdT perdiese el quórum propio en la Cámara Alta. La relación con la oposición, mientras tanto, continúa siendo conflictiva, al punto que ni el oficialismo ni JxC creen que se pueda avanzar con la aprobación de la reforma del Consejo de la Magistratura. El proyecto clave del Ejecutivo para estas extraordinarias amenaza, así, con morir en el Congreso.
El martes comenzaron oficialmente las sesiones extraordinarias en el Congreso de la Nación. Y si bien no se anticipa que habrá mucha actividad parlamentaria durante el mes de febrero - ya sea por las pujas internas del oficialismo o por la tensa relación con la oposición -, el bloque del Fdt en el Senado comienza a dar batalla por el control de las comisiones. El objetivo del oficialismo, que perdió la mayoría absoluta luego de la derrota legislativa de noviembre (reduciendo su bancada de 41 a 35 senadores), es conservar la mayoría en todas las comisiones, al igual que hizo ya con la de Presupuesto a fines del año pasado. "Nosotros tenemos la responsabilidad de gobernar y que el Parlamento funcione. Ellos (por la oposición) ya nos demostraron que van a hacer todo posible para trabar el funcionamiento, como hicieron con Presupuesto y con Bienes Personales. Entonces, ¿para qué les vamos a dar una comisión?", resaltó una de las principales espadas oficialistas del Senado.
Esta estrategia - validada por Cristina Fernández durante una reunión de una hora y media que tuvo ayer con el jefe de la bancada oficialista, José Mayans- es resistida por Juntos Por el Cambio que exige que un mayor número de integrantes. "El reglamento sostiene que deben respetarse las proporciones. Es lógico que las comisiones más importantes sean para el gobierno, pero a cambio deberían darnos alguna mayoría para aquellas que no les resulten tan importantes", deslizó uno de los senadores de JxC que suele negociar con el oficialismo. JxC cuenta con 33 senadores propios, dos menos que el FdT, pero el oficialismo insiste en conservar el control de las comisiones de la única cámara sobre la que, pese a la derrota electoral, continúa manejando el quórum gracias al acompañamiento de dos aliades clave: Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro) y Magdalena Solari Quintana (Frente de la Concordia de Misiones). "El que tiene la mayoría manda", repiten desde el FdT.
Como gesto de reconocimiento hacia su acompañamiento, el FdT le dará a Weretilneck y Solari Quintana la presidencia de dos comisiones: la de Agricultura, Ganadería y Pesca al rionegrino y la de Legislación General a la misionera. La comisión de Asuntos Constitucionales, por otro lado, irá para el jujeño Guillermo Snopek, uno de los senadores que, molestos tras la ola de renuncias post derrota electoral, amenazó con armar un "sub-bloque" dentro del FdT con otros legisladores. El entrerriano Edgardo Kueider, por otro lado, es otro de estos senadores peronistas "disidentes" que también encabezará una comisión (en su caso la de Comunicación Audiovisual).
Debate reforma Consejo de la Magistratura
Uno de los proyectos clave que el presidente Alberto Fernández envió para ser tratado durante las sesiones extraordinarias es la reforma del Consejo de la Magistratura. La iniciativa del oficialismo - que incrementa de 13 a 17 la composición del cuerpo y que busca reajustar el escenario de incertidumbre que dejó el fallo de la Corte Suprema tras declarar la inconstitucionalidad de la ley sancionada en el 2006 - se debatirá primero en el Senado. Si bien el oficialismo demostró ya durante la sanción de la modificación del impuesto a los Bienes Personales que tienen los números suficientes para aprobar cualquier proyecto que venga del Ejecutivo, el panorama no termina de estar todo claro para el caso de esta ley, ya que Weretilneck respalda su propio proyecto. "No hay acuerdo aún para sacar lo del Consejo de la Magistratura. Y aunque lo hubiera en el Senado, qué te garantiza que no pase lo mismo con la Reforma Judicial que terminó muriendo en Diputados", advierte un senador del oficialismo.
En algunos sectores de JxC, la postura es más tajante: "No hay chance de que salga. Es imposible conciliar las posiciones y los más probable es que lleguemos al 15 de abril (fecha límite marcada por el fallo de la Corte) teniendo que volver al otro proyecto", aseguró un referente del Pro. JxC tiene planeado presentar este jueves un "decálogo" de puntos básicos que unifique todos los proyectos presentados hasta ahora por sus senadores, sin embargo, más allá del reconocimiento de que el Congreso tiene que resolver la situación dejada por el fallo de la Corte, oficialismo y oposición coinciden: No va a avanzar y, aunque logre hacerlo en el Senado, la reforma perecerá en Diputados.