Iemanja es una divinidad que tiene sus raíces profundas en África. La reina de las aguas o la diosa de los mares, cruzó el océano junto con los esclavos, quienes la llevaron como acompañamiento espiritual ante los padecimientos inhumanos recibidos en las colonias.
Los yorubas son un pueblo que denomina a sus deidades como orishas (seres mortales que devinieron seres divinos), y Iemanja es la orisha más importante de toda la religión: la madre de todas.
Es por eso que los negros en el nuevo continente acunaron este rasgo cultural como una necesidad de conservar sus propias deidades inclusive ante la prohibición manifiesta, situación que generó un forzado sincretismo.
Así es que cada 2 de febrero se conmemora Iemanja, utilizando la Virgen Stella Maris (Estrella de mar) como resguardo ante una represalia en el pasado, y hoy ya como fecha instalada y apropiada.
Con ofrendas, pedidos y agradecimientos por lo concedido, al tiempo que se pueden escuchar toques de tambor y rezos, transcurre la ceremonia en la que abundan las flores, frutas y perfumes, dando un marco de color y alegría a la celebración.
Cultura y culto afro en Salta
Reunidos en un templo Umbanda del Barrio autódromo, preparando sábalos en ofrenda a la mai Iemanja, se encuentran varios pai y mai de las distintas casas religiosas de Salta.
El pai Álvaro es uno de los primeros en tomar la palabra: “Como los esclavos no podían adorar a sus santos, porque los católicos les cortaban la cabeza, hicieron un sincretismo y decían ‘estamos adorando a Stella Maris o estamos adorando a San Jorge’. Por eso nosotros tomamos los días de los católicos, pero en sí estamos celebrando Iemanja. A ella en distintas culturas alrededor del mundo la adoran cambiando su nombre. Desde que el mundo es mundo, y mas aún la parte de los marineros, siempre se la ocultó con diferentes nombres o formas. Digamos entonces que no solamente es una entidad de África”.
Álvaro vincula este culto con la llegada de africanos a la Argentina. “Con la esclavitud llegaron muchísimos negros a América y nosotros tenemos datos de que en la parte del norte de Argentina, en Salta, en Jujuy, había muchos de ellos. Ese es el primer antecedente que tenemos de lo afro”.
Otro de los pai presentes en el encuentro de casas religiosas es Sergio, quien comenta la serie de celebraciones que le ofrendaron a Iemanja: “Hoy hicimos una primera celebración en el Dique Campo Alegre. Una pequeña ceremonia porque después teníamos este encuentro donde se estaba preparando una celebración compartiendo con otros pai y mai. Nos juntamos a ofrendarle un pescado, o sea, a devolver algo de lo que se le saca a Iemanja. Le agregamos flores, perfumes, se le canta y se le reza... Y el sábado hacemos otra celebración más grande en Coronel Moldes, donde se acerca más gente que hoy no está presente por cuestiones laborales”.
Nicolás es otro de los pai que forman parte del Consejo Afro-Umbandista de Salta. Comenta en relación a este día tan significativo: “Hoy nos juntamos para conmemorar una fecha muy importante para nosotros, que la tomamos para unir todas las casas religiosas. Iemanja para mí y para todos los que profesamos esta religión representa la madre de todos, la unión de la familia. Iemanja dentro del panteón yoruba es la madre de todos los santos, por eso lo celebramos así”.
La mai Magui ocupa un lugar importante dentro de la celebración, mostrando que el culto no solo el propiedad de los hombres. “Iemanja es la madre de todos, ella armoniza la familia. Por ejemplo, cuando entre madre e hijos no hay buena relación muchas veces se le pide que afiance este vínculo. Es una mai que tiene mucho amor y es amplia, ya que es quien alberga la maternidad. Muchas mujeres que tienen problemas para tener hijos le han pedido a ella”.
Si bien a Iemanja se la vincula directamente con el mar, los pai y mai comentan como transitan la celebración lejos del océano: “Nosotros vamos al río, que es lo más cercano al agua que tenemos aunque sea agua dulce. De todas maneras sentimos que alcanza porque también el orisha sabe que no estamos en condición de tener el mar cerca. De igual forma todos los ríos van al mar, así que la energía está”.
En este sentido el pai Álvaro agrega: “Cada orisha tiene un lugar, y si bien Iemanja es de agua salada, consideramos que como todos los ríos van al mar y la naturaleza está intercomunicada y es energía, funcionan nuestras ofrendas”.
Presente, futuro y estigmas
“En Salta el tema afro cuesta un poco porque es algo nuevo, aunque el pai Álvaro lleve 30 años caminando con la bandera del Umbanda”, comenta el pai Sergio y agrega: “Sin embargo, poco a poco hay otras casas de religión que comparten la creencia. Hoy sentimos que está un poco mas visibilizada en Salta, entonces el propósito nuestro es tratar de mantenernos unidos entre los diferentes templos”.
“Nosotros formamos el Consejo Afro-Umbandista de Salta, donde también hay gente de Jujuy y de Tucumán. Nuestra idea es unir al NOA. Últimamente abrimos redes sociales para mostrar lo que hacemos ya que muchas veces nos apuntan diciendo que somos una religión mala, que adoramos al diablo, cuando no es así. La única forma para sacar el estigma de la religión es simplemente explicar de qué se trata, comentar que buscamos una evolución espiritual y terrenal de unión, fe y amor como cualquier otra creencia”, añade Nicolás.
En este sentido continúa haciendo énfasis en la discriminación que sufren muchas veces por desconocimiento: “Nosotros nos mostramos para que vean que no es lo que todos piensan. Las diarios y noticias amarillistas cuentan casos donde entran a un templo Umbanda y encuentran tal o cual cosa que no es positiva y esto se generaliza. Hay cuestiones que están mal, hay gente que hace las cosas mal, es cierto, pero como también están los católicos, sean curas o sacerdotes, que también cometen errores. No tiene que ver con la religión sino con las personas”.
Los pai y las mai tienen una vida común y corriente como cualquier otro ciudadano. Hay quien tiene un comercio, quien lleva adelante una academia de danza o trabaja en una empresa médica. Inclusive está el caso de Geruza, nacida en Brasil y profesora universitaria, quien encontró un lugar en el grupo donde seguir profesando sus creencias y prácticas afro.
Así transcurren los días de los umbanda en Salta, entre los estigmas y el desconocimiento, pero también uniendo lazos y fortaleciéndose con el fin de visibilizar la temática.
El pai Álvaro lo resume de forma certera: "Para nosotros más que una religión es una filosofía de vida".