La cascada 7 puntos
The Falls; Taiwán, 2021.
Dirección: Chung Mong-hong.
Guion: Chung Mong-hong y Yaosheng Chang.
Duración: 129 minutos.
Intérpretes: Alyssa Chia, Gingle Wang, Chen Yi-Wen, Lee-zen Lee y Renzo Liu.
Estreno: en Netflix.
"Tal vez no sea muy educada, pero no entiendo como una familia puede terminar así", le dice la empleada doméstica a Xiao Jing (Gingle Wang) cuando está claro que la vida puertas adentro de la casa que comparte la adolescente con su madre Pin-Wen (Alyssa Chia) se ha vuelto tumultuosa y con imprevistos no precisamente agradables: a la conflictiva relación entre ellas, que data desde una traumática separación con el padre, se suma el deterioro mental de la madre y, claro, la pandemia.
Uno de los aspectos más llamativos de la taiwanesa La cascada –que, además de representar a su país en la carrera por el Oscar a Mejor Película Internacional, compitió en la sección Orizzonti del Festival de Venecia y luego pasó por el de Toronto– es la integración de la coyuntura sanitaria a la trama sin recargar las tintas sobre ella aun cuando las primeras escenas sugieran que el núcleo dramático girará alrededor de la enfermedad y sus consecuencias vinculares.
Aunque el relato comienza con un caso positivo en el aula del colegio secundario de Xiao Jing que la obliga a aislarse en su casa, no hay en La cascada un hincapié particular en la pandemia. Los barbijos se colocan y se sacan con la misma naturalidad que cualquier mortal con una mínima conciencia social. Las noticias de hospitales colapsados en Europa llegan sin que nadie se altere. Y desde ya que el hecho de aislarse es un problema para ambas, en tanto Pin-Wen debe faltar durante varios días a su trabajo en una importante multinacional, pero no uno fuera del radar de lo posible ni que las tome por sorpresa. Esa impronta de “realismo sanitario”, esa búsqueda de registrar su tiempo sin que se note, que también permeaba a la rumana Sexo desafortunado o porno loco, de Radu Jude, implica que elenco actúe con el rostro semicubierto durante un buen tramo del metraje, depositando el peso interpretativo en las miradas, las palabras y los gestos corporales.
El aislamiento funciona más bien como la chispa que termina de encender la mecha de Xiao Jing, que no solo se aísla en la habitación, sino que aprovecha la ocasión para ignorar olímpicamente a su madre y, de paso, demostrarle su desprecio escribiéndole “bitch” con las sobras de su comida, entre otras delicias. Pero los verdaderos problemas –al menos para la película– comienzan cuando una noche Pin-Wen se convenza de que su hija se escapó y salga en su búsqueda bajo una lluvia torrencial.
Una llamada a Xiao Jing -que jamás había salido de su casa- desde el hospital alertando que encontraron a su madre perdida en un puente es el primero de varios episodios que ilustran una profunda crisis psicológica que la lleva a pasar varios días en un psiquiátrico. Tapada de deudas por sostener el departamento familiar con la secreta esperanza de que el marido –que formó otra familia y tiene un hijo cuya existencia las mujeres desconocen– y echada de un trabajo al que siguió yendo aunque no la dejaran entrar, será la jovencita quien finalmente deba hacerse cargo de la situación, apuntalando la endeble relación con esa mujer que intenta salir adelante trabajando en su un supermercado.
El realizador Chung Mong-hong (su film anterior, El sol que abrasa, también está en Netflix) construye ese cambio de roles con paciencia, enhebrando viñetas de una nueva normalidad –por usar otro término del argot pandémico– que registran cómo las protagonistas bajan la guardia y empiezan a mostrar sus fragilidades y temores con franqueza y una honestidad por momentos brutal.
La cascada funciona como un melodrama familiar femenino, casi como un exponente tardío del cine de Douglas Sirk, pero sin la intensidad emotiva habitual del director de Imitación de la vida, que por momentos apela al humor como válvula aliviadora. Sobre el desenlace, una situación límite enciende las luces de alerta de un posible golpe bajo, pero su resolución encamina a La cascada hacia la pudorosa mesura que había sostenido hasta entonces.