“Cuando recién empezaba a tocar, soñé que Eddie Vedder y Charly García me enseñaban una canción. Eso representa un poco el estilo de la banda: el grunge, el rock anglo; y el lado argentino, que es rock, pero sin embargo Charly hace una búsqueda más interior.” No habla un músico porteño describiendo influencias ineludibles para las nuevas generaciones, sino Michael Spitzer, guitarrista y cantante de Gaia, una de las bandas más importantes de Perú. “Tratamos que el español en el rock suene bien, que es algo complicado”, suma el guitarrista Jorge “La Roja” Alvarez.
Los peruanos, que escucharon “mucho a Soda Stereo, Spinetta, Divididos”, confirman que el rock argentino es referencia fuerte para las bandas que incursionan en el rock en español e informan: “En Perú muchas bandas hacen rock en inglés”. Con el acento puesto en la melodía, Gaia se alimenta tanto del grunge y el nü metal como del pop y la música de estas tierras.
En una fugaz visita por Argentina y Uruguay, y con la promesa de volver en septiembre, presentaron su séptimo disco, 2001, trilogía conceptual que celebra sus 15 años y reúne nuevas composiciones y versiones en vivo. “Encontramos muchas similitudes con Odisea en el Espacio para hacer este viaje de tres singles. El primero es la presentación, Galaxia. El segundo el viaje, Años luz. Y el final el destino, Contacto”, describe el vocalista.
Entre canciones eléctricas y acústicas, hay una versión de Cariño malo, clásico folklórico del compositor Augusto Polo Campos, popularizada por el reconocido guitarrista Oscar Avilés. “El modernizó la música criolla peruana en los años ‘40, la sacó de las peñas y la llevó a los teatros”, ilustra Alvarez. “Fue nuestra primera visita a la música autóctona peruana. La adaptación fue muy bien recibida y queremos sacar un disco dedicado a la música criolla, que ha sido olvidada en el terreno comercial”, dice el guitarrista. Y la cosa no quedó ahí: el año pasado tocaron esa versión en una cena privada para los Rolling Stones, en Lima. “Ni en nuestros sueños adolescentes lo imaginábamos”, dicen, y también hablan por Raúl Saba (bajista) y Said Saba (baterista).
¿Cómo es la escena rock peruana?
Spitzer: –Emergente. En estos últimos quince años hubo progreso. Eramos de la generación que se quejaba de que las radios y el gobierno no apoyaban. Pero ahora hay más apoyo del gobierno y surgieron más festivales. Antes las grandes bandas del Perú tocaban en bares muy chiquitos y hoy tocan en estadios. Como Frágil, una banda legendaria. O Amén, Libido o Mar de Copas.
Alvarez: –Hay una industria porque hay gente, aunque no toda, que vive de esto. Se ve una luz al final del túnel.
Spitzer: –Lo que está mal en Perú es la radio: pasan solo música de los ‘70 u ‘80. ¡Por día suena quince veces El auto rojo de Vilma Palma! La gente, por ende, no está acostumbrada a digerir música actual.