El diario La Nación se resiste a informar quiénes son los verdaderos dueños del paquete accionario del multimedios que estaba en manos de Bartolomé Mitre hasta su muerte en 2020. Mientras Esmeralda Mitre exige su parte de la empresa que conducen los hermanos Saguier y afirma que detrás de “KMB Sociedad Anónima” –que presidía su padre y es dueña del 20 porciento de La Nación SA– habría “un montón de empresarios amigos del expresidente Macri”, los representantes legales de esa firma aseguran que los accionistas son dos fideicomisos constituidos en Nueva York en 2010 pero se niegan a brindar información sobre los beneficiarios reales alegando pérdidas de libros contables. “Resulta palmaria la intención de KMB a lo largo de las presentes actuaciones de no revelar quién o quiénes son los verdaderos titulares del capital accionario”, destacó Ricardo Nissen, titular de la Inspección General de Justicia (IGJ).
La resolución de la IGJ se dio en el marco del expediente que inició el abogado Santiago Yofre, apoderado de Esmeralda Mitre, hija de quien durante años presidió la sociedad La Nación SA e integró el directorio hasta su fallecimiento. Según su denuncia, su padre creó KMB SA en 1996 junto con su hermana María Elena del Rosario Mitre, alias Kinucha (de allí KMB, Kinucha-Mitre-Bartolomé), y con esa firma adquirieron la quinta parte de las acciones del multimedio, que incluye a las revistas Chacra y Caras y al canal La Nación+. Inscribieron a la sociedad en la IGJ y designaron como síndico a Mariano Gagliardo, abogado de confianza del tataranieto del ex presidente.
Tras la muerte de Mitre, Esmeralda le pidió sin suerte a Gagliardo y a Fernando Carregal, apoderado de KMB SA, que le mostraran la documentación de la sociedad. Ante la negativa accionó judicialmente reclamando la “exhibición de libros”, causa que está a cargo de la jueza comercial Milagros Paz Posse. En su presentación ante la IGJ señaló que las acciones de su padre figurarían a nombre de dos fideicomisos celebrados en el extranjero denominados BLM I New York Trus y BLM II New York Trust (BLM es la sigla de Bartolomé Luis Mitre). También manifestó su sospecha de que toda la maniobra “contaría con la complicidad del multimedios La Nación”, que pretendería “mantenerla totalmente al margen de las sociedades que integran el grupo dada su posición crítica respecto de la gestión de la familia Saguier”, que dirige el diario.
El 15 de diciembre pasado, ante una serie de planteos confusos y elusivos de los denunciados sobre los sucesores de Mitre como accionistas, la IGJ intimó a KMB a exhibir en un plazo de 72 horas sus libros contables, los contratos de los citados fideicomisos, y a informar sobre la eventual transferencia de acciones, entre otros puntos. El lunes 20, cuando vencía el plazo, llegó la respuesta de Carregal. En ella menciona primero una supuesta transferencia de acciones en 2003 a una sociedad en las Islas Vírgenes Británcias denominada “Star Venture Holdings Inc” y, en el punto que Nissen subraya, que los accionistas actuales serían las citadas BLM I y II pero que “no obra en poder de KMB SA copia de los contratos de fideicomisos” porque “la última venta y cesión acaeció hace más de 18 años”; y otro punto clave: “que la sociedad KMB SA extravió su libro de registro de accionistas nro. 1”. “Star Venture Holdings Inc” –remarca la resolución– estuvo inscripta en la IGJ entre el 25 de mayo de 2003 (como representante en la Argentina figuró Sergio Daniel Piris) y la misma fecha de 2005, aunque nunca declaró quienes eran sus accionistas ni sus beneficiarios.
“KMB SA no cumple de modo alguno las cuestiones tan simples como básicas a las que se la intimó”, concluye Nissen. Su representante “omite aportar prueba documental alguna” y no responde en sus escritos quiénes son y/o quiénes eran en vida de Mitre los beneficiarios finales de la sociedad. “Resulta palmaria la intención de KMB a lo largo de las presentes actuaciones de no revelar quién o quiénes son los verdaderos titulares del capital accionario, limitándose en negarle tal carácter al Sr. Bartolomé Luis Mitre y a sus herederos, pero sin aportar la más mínima información sobre la transferencia de sus acciones a los supuestos nuevos accionistas”, advierte la IGJ.
En línea con el reclamo de Esmeralda Mitre, la resolución señala que “la totalidad de las acciones que conforman el capital accionario de la sociedad KMB desde su constitución y hasta su fallecimiento siempre fue de propiedad de Bartolomé Luis Mitre y de su hermana María Elena del Rosario Mitre, siendo las sucesivas estructuras jurídicas utilizadas a lo largo de los años meros instrumentos para disimular su condición de verdaderos propietarios”.
“Ante la hipótesis de que realmente hubiera otra u otras personas ajenas a la familia Mitre que actualmente fueran los verdaderos titulares del capital accionario de la sociedad KMB, resultaría evidente que estos ya hubieran presentado los contratos de fideicomiso para su registración a los efectos de poder hacer valer sus derechos emergentes de su posición de accionistas”, añade la IGJ.
La resolución deja abiertos dos escenarios: que Esmeralda Mitre, tal como reclama, sea efectivamente dueña de una parte de La Nación, o que el dueño de ese paquete accionario sea otra persona con muy buenas razones para permanecer oculta.