Según Diego Brancatelli su apellido se ha vuelto un neologismo. “Me lo han dicho mucho. El verbo es brancatelear, aparentemente se usa en charlas familiares porque defiendo apasionadamente algunas cosas, así que me usan como mojón de ciertas discusiones”, dice en la entrevista con Página/12. Con Branca de vuelta, el programa que desde este lunes se podrá escuchar en la AM 750 (18 a 21), la intención es ir más allá de esa acepción. “Se juega con el horario porque es el regreso a casa. Así que estamos de vuelta. Pero vamos a buscar sacar buenos títulos, lograr alguna polémica, ir de frente y ser políticamente incorrectos. Entonces surge otro sentido: 'Branca, de vuelta, otra vez con eso'. La idea es hablar mucho, con dirigentes de todo el arco político. Más allá de que siento que estoy del lado correcto, y todos saben lo que pienso, la apuesta es a dialogar y visibilizar lo que nos pasa”, agrega el periodista.
Cruzar la agenda cotidiana con un clima distendido, hablar de política y economía “desde lo terrenal y a la par del oyente”, discutir sobre la realidad con convicciones. Ahí están los objetivos del proyecto radial que renueva la programación de la AM 750. Más allá de poner el nombre y estar al frente del envío, Brancatelli promete una mesa participativa. David Cufré - periodista de este diario- se encargará de la sección económica. “Más que analizar la macro o cuestiones técnicas vamos a hablar de la diaria, del bolsillo de la gente, de los problemas que tenemos, sí encontrar los porqué pero para poder entender dónde estamos parados. Y es muy importante su rol, porque ahí está el perfil del programa”, asegura Brancatelli. En Deportes va a contar con Hernán Castillo. “Es de los que tiene más injerencia en tema Selección, y de los que más y mejor relación tiene con cuerpo técnico y jugadores. Va a estar en el próximo Mundial así que la mesa tiene un personaje fuerte”, recalca. Diego García Saéz será el responsable de Policiales, segmento al que se le buscará una mirada amplia. “Todos los días hay noticias de este tipo. Vamos a ir a las causas, hacer un seguimiento real de los casos y con un especial interés en la agenda de género que es parte de la línea editorial de la radio. También vamos a trabajar lo que son las estafas y cuentos del tío. No vamos a ir por el policial que chorrea sangre, ni nos vamos a guiar por el impacto de inseguridad para que luego ese hecho pase al olvido”, advierte. Finalmente, Vanesa Olivieri será su coequiper y llevará su propia agenda en Cultura. “Voy a pivotear entre todos pares. Llevo la conducción, pero Hernán, Diego, David y Vanesa van a tener la misma importancia con su voz”, asevera. En definitiva, Branca de vuelta será un programa informativo con un perfil que buscará brindarles otros sentidos a quienes estén detrás del micrófono. “Como un confesionario diario”, desliza el periodista.
-El lema de AM 750 es “objetivos pero no imparciales”. ¿Qué te dice esa idea y como se vincula con Branca de vuelta?
-Es un tema muy lindo para discutir. No soy de creer mucho en la imparcialidad y pongo en duda también la objetividad a la hora de opinar y tener una postura tomada. Entiendo el principio de objetividad como no callarnos cuando sabemos que algo pasa. Y hablar de todo desde una mirada desde la cual estamos parados. Para mí, y comparto algo con el resto de los compañeros de la emisora, estamos del lado correcto de la vida y de un proyecto político. Por eso creo que sí: hay que plantarse frente a la realidad. Y sí: te tienen que indignar ciertas cosas. No podemos relativizar y que todo nos dé lo mismo. En este sentido, soy honesto porque la gente sabe desde qué lugar hablo porque no soy imparcial. Muchos periodistas se escudan en la independencia y están operando o ideológicamente están plantados desde un lugar que no reconocen. Yo sé desde donde estoy. Esto no implica que si hay un hecho de inseguridad en la provincia de Buenos Aires no vamos a hablar porque es parte de nuestro patio. No. Esas cosas la gente las sufre y hay que decirlas. Tampoco voy a hacer una caza de brujas y sensacionalismo para sacar partido de eso. Seamos objetivos, hablemos de todo.
-El acuerdo del Gobierno con el FMI sería el gran ejemplo de estos días. ¿Cómo lo abordarían desde su programa?
-Fue justamente lo que hablamos con David Cufré. Quiero saber cuáles son las exigencias del acuerdo, todo lo referido a los plazos para alcanzar el déficit cero, en qué cede Argentina y en qué el FMI. Y principalmente cómo impacta en la vida de la gente. Eso hay que explicarlo de manera sencilla y con lenguaje claro. Ahí me apoyo en David. A la vez, estoy muy atento a que ese acuerdo no sea nunca a costa del sacrificio del pueblo y del trabajador. Ni recortar derechos ni ajustar a la clase trabajadora. Eso lo expresó el Presidente y creo que es la piedra fundamental de cualquier acuerdo. Después si el FMI pide nuevas condiciones y con eso se vienen aumentos y despidos, obviamente seré crítico y mostraré mi disgusto. Mientras tanto lo que hago es estar atento a lo que sucede. Y hay algo, que no es menor, quiero que se llegue a fondo con los que tomaron esa deuda. Eso no puede ser gratis. Cuánto nos prestaron y por qué. Si se usó para fugarla, para pagar a bancos, negocios privados o financiar la campaña de Mauricio Macri. Si la oposición afirma que fue para pagar deuda anterior, estaría bueno que lo demuestren. Quiero saber la verdad y que se investigue. No necesitamos un Ministerio de la Venganza pero si memoria, verdad y justicia en materia económica y de deuda.
-Imaginate que estás en plena producción del programa. ¿A qué figura de la oposición y del gobierno te gustaría entrevistar?
-Siempre apunto a todos y de todos a los más importantes. Todos queremos entrevistar a Cristina (Kirchner) porque es una fuera de serie y siempre quisiera charlar con ella. Todos queremos entrevistar al Presidente. Todos queremos entrevistar a Massa y a Máximo Kirchner. Y también a los de la oposición, empezando por Mauricio Macri, Rodríguez Larreta, Vidal, Ritondo, Garro, Milei, Espert, Carolina Losada. Soy respetuoso, pero me gustaría preguntarles lo que nadie les pregunta por blindaje, protección, porque no se animan. Es simplemente tener respuestas frente a lo que todos se preguntan. También está el desafío de hacer preguntas que incomoden a los entrevistados que son parte del proyecto político al que uno adhiere. Nos tenemos que permitir preguntar y que no sean solo centros a un Axel (Kicillof) o a Alberto Fernández. Ahí está la objetividad a la que apunta el slogan la radio. Hay que permitirse ser críticos sabiendo que la lealtad no se negocia por una pregunta incómoda que uno pueda hacer.
-¿Sentiste eso en algún momento?
-A mí me acusaron de estar arreglado cuando María Eugenia Vidal vino a Intratables. Fue una tendencia en redes. Simplemente hice una pregunta desde el corazón y la razón. Hoy creo que ella traía la respuesta pensada, pero en ese momento dudaron de mi lealtad al proyecto porque creen que ayudé a Vidal a proyectarse en la gobernación. Si le pregunto a Alberto Fernández sobre inflación, no significa que no crea en el proyecto nacional y popular. Quiero permitirme preguntarle eso. Hay que animarse a preguntar.
-Vos tenés una larga trayectoria como columnista en Deportes. ¿Cómo te imaginás este segmento?
-La Selección va a tener un lugar preponderante. Estamos en año de Mundial y Argentina viene de jugar en las Eliminatorias sin Messi. Venimos de un año excepcional y este va a ser el último mundial con Messi. La Argentina viene superando pruebas de fuego de cara a Qatar. Hace mucho tiempo que no se ve a una Argentina tan favorita, está en un momento de madurez ideal, la expectativa es grande para lo que pueda pasar en ese torneo, así que hay muchas cosas por analizar. El 31 de marzo se van a conocer los rivales de grupo y de ahí en más vamos a poder hilar más fino. Todos los días aparecen temas en lo que me gustaría que la gente opine. Pongo un ejemplo: está el interés de renombrar el Monumental por una importante suma de dinero. ¿Por 20 millones de dólares dejarías que tu estadio lleve el nombre de un supermercado? ¿Aceptarías las cargadas de los rivales por tanta guita? Son esa clase de temas que generan debate en toda mesa. Y la gente va a aportar su condimento.
Más que un intratable
Branca de vuelta llega en un momento crucial para el periodista de 45 años. Fue coequiper de Santiago del Moro durante varias temporadas en programas de alta rotación como Mañanas campestres y Terapia Despareja. A eso se suman las nueve temporadas de La rosada no se mancha en la radio on line donde enseña un perfil más ligado a lo musical. El 2021 lo encontró como columnista en la 990, solo por mencionar algunos proyectos de su trayectoria. “Hoy cuesta asociarme con Longobardi. Sí, estuve con él en su mejor momento en Radio 10. Tenía mi columna dedicada a deportes y paralelamente surgió el trabajo con Santiago del Moro. Todos los programas eran de los más escuchados. Soy de trabajos largos y me enorgullezco de eso. Hace una década que doy clases en la Universidad de Lomas. Bueno, provengo de medios comunitarios y zonales. Soy un ejemplo de eso. Empecé en una radio de Pilar, hacía absolutamente de todo. Relataba, hacía magazines, producción y ahora llego con mi programa a la AM”, repasa.
-¿Qué análisis hacés de este camino profesional en relación a este nuevo proyecto?
-En el balance soy más de FM, lo que me gusta de este Branca de vuellta es que voy a conducir en AM. Va a ser mi debut en este formato. Ahí siempre fui siempre parte de una mesa, con Longobardi, el Negro Oro, Teté Coustarot, Adrián Puente, y la AM tiene una impronta que me apasiona. Y en este caso en particular tiene algo que no me limita a hablar de deportes o política. Son más de veinte años en radio y este desafío llega en un momento de madurez radial, personal e ideológica.
-El gran público te conoce por la televisión, como panelista en Intratables y por en transmisiones deportivas. ¿En este medio hay lugar para otro Brancatelli?
-Me lo dicen muchísimo. “Che, en Intratables no te banco, pero en la radio sos otra persona”. Se dijo mil veces y no deja de ser verdad, en radio está todo inventado y la radio es más de cercanía, te muestra tal cual sos, te permite darte a conocer, compartir tus alegrías, tristezas y problemas. Van a ser tres horas por día y vamos a abordar todos los temas. Puedo defender de manera muy apasionada cada una de mis posturas y la radio me da más tiempo para poder expresarme mucho mejor. En Intratables es distinto, obviamente. Muchas veces siento que no pude explayarme como quería por falta de tiempo y por el formato. Ahí eran ocho contra uno y yo era ese uno. Si empezaba a decir algo me pisaban o cambiaban de tema. La radio tiene otros tiempos y te muestra tal cual sos. El éxito de un programa de radio, en buena parte, se explica por eso. Cuando la gente se siente más identificada frente a ciertas injusticias, es cuando pasa a ser tu compañera todas las tardes. Y a eso apuntamos. Queremos mostrar el lado común y sensible, estamos en la radio pero somos un compañero que va a buscar acompañarte e informarte de la manera más comprometida y honesta posible.
-¿Quién va a ser tu Paulo Vilouta en la mesa?
-No sé si lo voy a tener. Debería, ¿no? El contrapunto es lo que siempre enriquece el debate. Lo vimos en 6, 7, 8, eran todos grandes profesionales que en su mayoría opinaba desde un mismo lugar. La gran discusión que nos tenemos que dar es que en las mesas las discusiones sean parejas. No que sean todos del mismo palo, está bueno que cada uno pueda decir lo que piensa sin sentirse perseguido y si le toca a Hernán Castillo, creo que tal vez pueda tener una mirada distinta, se lo voy a agradecer. Quiero que haya miradas distintas, de cualquier tema. No pretendo que todos opinen de la misma forma. Lo podría invitar a Vilouta, ahora que lo pienso (risas).
-Mencionaste tus contrapuntos virales con María Eugenia Vidal. Por tu rol, tu nombre se transformó en un emblema que seguramente nunca hubieras imaginado. ¿A qué lo adjudicás?
-Lo sé, me doy cuenta, y trato de no pensar mucho en eso. Ni en lo bueno ni en lo mano. Uno al hacer pública su postura está sujeto a que lo critiquen o lo halaguen. Cada vez que voy a un supermercado o a un restaurante me preguntan por el dólar o por lo que cobran los jubilados. Me han contado que cuando dan algunas charlas de periodismo en Clarín me ponen de ejemplo o disparador en diferentes cuestiones. No quiero ser voz autorizada de nada ni nadie. No soy el portavoz del kirchnerismo, ni el vocero de Cristina, no tengo injerencia ni poder de decisión de las medidas que toma el gobierno. No soy funcionario. Soy un espectador al que le gusta discutir muy apasionadamente. Sí sé que desde el lugar que me tocó ocupar con sentido común, convicciones y sabiéndome parte de un proyecto nacional y popular, las discusiones están para ser ganadas. Cada programa es una nueva chance para apostar por eso. No soy imparcial y no me gusta que me pongan en duda. Me convertí en un periodista del quien la gente sabe desde dónde habla. Y eso me encanta.