“Sin acuerdo con el FMI, hoy el tema sería el desabastecimiento. La batalla cambiaria hubiera llevado a la paralización de la economía y a la aceleración de la inflación. Nadie vende sin saber si va a perder, o en todo caso se cubre con aumentos de precios. Hubiera reinado la incertidumbre, el miedo a la devaluación”, interpretan en el gabinete económico, a una semana del anuncio del principio de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Febrero, advierten, es de por sí un mes desafiante en materia cambiaria por razones estacionales, y este año viene especialmente complicado. El crecimiento de la economía tomó velocidad en diciembre y en enero, al punto que se anticipan registros record para numerosas actividades. “Enero fue impresionante. Hay que remontarse muchos años para encontrar alguno igual”, aseguran. El despegue del turismo resultó fundamental, con importantes encadenamientos de demanda hacia la industria y la construcción.
La contracara de esa situación es que el Banco Central registró una fuerte suba en la solicitud de divisas por parte del sector importador, con la industria a la cabeza. Eso se convirtió en un factor adicional de presión, en un escenario dominado por las tensiones financieras y cambiarias por el acuerdo, todavía con puntos por discutir con el FMI.
En ese contexto, insisten los funcionarios, sin el principio de arreglo de hace una semana, en este momento se vivirían horas dramáticas. “Los que luchan contra el Fondo Monetario hoy estarían peleando en los supermercados para que pongan una botella de aceite en la góndola”, afirman. Las empresas hubieran retraído la oferta a la espera de la resolución de las negociaciones con el organismo, en un clima social y económico que podía tornarse explosivo, con probables embestidas de la oposición y la prensa dominante.
“Nadie quiere tener al Fondo en el país. Nadie quiere este problema. Si tuviéramos los 45 mil millones de dólares les pagábamos y listo. En los próximos tres o cuatro años podremos juntar 10 mil millones, pero la deuda son 45 mil millones más intereses. Esa es la mala noticia. Pero la culpa no la tiene Alberto, la tiene Mauricio. Y tenemos compañeros que en lugar de identificar claramente a los responsables, confunden a la población”, reprochan en el gabinete económico.
Soluciones mágicas a la deuda que dejó Cambiemos
También protestan porque se lanzan al debate público supuestas soluciones al problema de la deuda que son irreales, como pedirle los 45 mil millones de dólares a China y Rusia para desembarazarse del Fondo. "China y Rusia te mandan primero a arreglar con el FMI. No existe lo que proponen. El mundo no funciona con la lógica bipolar de otros tiempos", descartó Alberto Fernández antes de su gira por esos países, adonde recogió apoyos, avanzó en acuerdos de inversión y planteó, justamente, que hay que "salir de la dependencia del FMI y Estados Unidos".
Otra supuesta solución al problema de la deuda con el Fondo sería acudir a la Corte de La Haya o algún otro tribunal internacional para denunciar la estafa de un crédito que violó los estatutos del propio Fondo Monetario, ya que cerca de la mitad de los 45 mil millones de dólares desembolsados se fugaron con la especulación financiera. El economista Emmanuel Alvarez Agis recordó que la pulseada que dio el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner contra los fondos buitre duró años, con 20 mil millones de dólares de reservas de libre disponibilidad en el Banco Central, en tanto que en este momento rondarían los 2000 millones. "Sería lanzarse a lo desconocido", analizó. Además, no hay antecedentes que permitan abrigar esperanzas de una sentencia favorable, más allá del tiempo que llevaría la resolución del conflicto.
El ajuste de Macri en el espejo
Finalmente, los funcionarios del área económica marcan diferencias entre lo que fue un verdadero programa de ajuste del FMI, el acuerdo que firmó Mauricio Macri, y el entendimiento que está negociando el gobierno del Frente de Todos. En aquel caso se fijaron metas de déficit fiscal cero y emisión monetaria cero, se cerraron ministerios, se impusieron retenciones a las exportaciones a la industria y los servicios y se aumentaron para el agro, recrudecieron los tarifazos de servicios públicos, se echaron empleados estatales y el Banco Central dejó correr la devaluación. "Juntos por el Cambio firmó un plan ortodoxo de ajuste fiscal y monetario, nosotros avanzamos hacia un acuerdo razonable", señalan.
"Hoy la mística es que las industrias crezcan, ponernos de pie. La mística es generar trabajo, es la alegría de un pibe de 21 años que te dice 'jamás pensé que iba a estar en una línea de producción'", argumentan en el gabinete económico. "La mayoría de los argentinos nos pide que resolvamos el tema para volver a crecer con fuerza. Con certidumbre y estabilidad cambiaria, incluso con la alta inflación actual, que necesitamos resolver, la economía funciona. La gente vende, estructura costos, planifica, maneja su política comercial. Llevamos muchos años de crisis, es necesario llevar un poco de tranquilidad", enfatizan.
Es el dólar, estúpidos
Para que la economía crezca, es fundamental el acceso a las divisas. "Una mayor disponibilidad de dólares podría relajar las restricciones sobre el crecimiento de 2022. El reintegro de DEG del FMI, un desembolso extra de organismos internacionales y/o el ingreso de inversión extranjera directa en energías verdes y recursos naturales propiciarían condiciones favorables para ello", indica el último informe de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE).
En el gobierno tienen una visión similar. "En febrero tenemos que bajar el nivel de actividad porque no tenemos los dólares suficientes para responder a la demanda que se presenta. Es momento de pisar el freno porque se viene la curva. Pero si en marzo logramos cerrar el acuerdo con el FMI, la economía tiene todo para crecer 6 por ciento este año", proyectan.
El economista Sergio Chouza, de la Universidad de Avellaneda, resumió esa idea en tweet: "Se discute mucho sobre la tasa de interés y la política fiscal, pero la principal variable que definirá si la rueda de la economía se sigue moviendo, y a qué velocidad, es la disponibilidad de dólares. Por eso es tan importante un período de gracia amplio para el pago de deuda".
El posteo incluyó un artículo periodístico que advirtió que en enero cayeron casi 40 por ciento las ventas de camionetas en zonas rurales. No fue por falta de demanda, ya que el sector agropecuario atraviesa una etapa de bonanza con precios internacionales elevados, sino por la escasez de vehículos, debido a las trabas para la importación que se impusieron a las terminales automotrices. Este mes el sector está siendo forzado a postergar pagos de importación para abril y mayo, de modo de ahorrarle unos 300 millones de dólares a las reservas del Banco Central. “Si en marzo cerramos con el Fondo, la producción automotriz subirá más de 30 por ciento en el año. Afectar el crecimiento, en definitiva, haría más daño y tornaría más difícil cumplir con las metas fiscales”, completan en el gabinete económico.