En medio de su primera gira como presidente, y mientras departe en Bruselas con los líderes de la OTAN, Donald Trump recibió una mala noticia: la Justicia mantiene el bloqueo al veto migratorio que afecta a seis países de mayoría musulmana. El Tribunal de Apelaciones del cuarto distrito, con sede en Richmond, Virginia, resolvió mantener el bloqueo al decreto presidencial.
Se trata de un veto al ingreso de ciudadanos de Yemen, Siria, Libia, Irán, Somalía y Sudán. La orden ejecutiva, equivalente a un decreto, se extiende en cada caso por 90 días, más la suspensión por otros 120 días del programa de refugiados. En el fallo de Virginia, 10 de los 13 jueces del tribunal votaron en contra del gobierno.
Según el fallo, Trump “habla con palabras vagas de seguridad nacional, pero en un contexto salpicado de intolerancia, animosidad y discriminación”. Además, los magistrados manifiestan no estar "plenamente convencidos" de que el decreto tenga más relación “con la seguridad nacional que con la promesa de campaña del presidente Trump de vetar el ingreso de musulmanes al país”. Así, rechazaron los argumentos de los abogados de Washington, que esgrimieron razones de seguridad, y no religiosas, para fundamentar la validez del decreto.
Los tribunales evitaron desde marzo la entrada en vigencia de la orden ejecutiva. En rigor, fue el segundo veto de Trump. El primero, mucho más limitado, fue suspendido a los pocos días.
La próxima batalla judicial será en San Francisco. Allí una corte de apelaciones que se supone más progresista aun que la de Virginia, deberá dirimir sobre otra presentación del gobierno. Con todo, lo más probable es que ambos recursos, el de Virginia y el de San Francisco, terminen en la Corte Suprema, donde el máximo tribunal decidiría sobre la validez de una de las medidas más polémicas del magnate republicano.