El canciller alemán Olaf Scholz, a quien se le atribuye cierta complacencia ante Rusia, visitará Washington este lunes para despejar las dudas sobre la postura de Berlín frente a la crisis ucraniana. En la previa de su reunión con el presidente estadounidense Joe Biden, Scholz dijo que el propósito del encuentro es "concretar" detalles de una doble estrategia que pasa por hacer que una agresión militar por parte de Rusia tenga "un alto costo" y promover "que se vuelva a hablar" para "evitar una guerra en Europa".
Washington rechaza hasta el momento la posición de Berlín por su negativa de permitir un embarque de armas a Ucrania, su mensaje a veces confuso sobre las posibles sanciones a Rusia, y sobre todo su negativa de cancelar el gasoducto que llevaría gas ruso barato a Alemania.
Entrevistado por la cadena pública ARD, Scholz se defendió también de las críticas de la oposición, que lo acusa de haber estado poco presente y de falta de liderazgo en tiempos de crisis. "No se trata de decir algo cada día, sino de hacer cada día algo para poder asegurar la paz en Europa", planteó quien llegó al poder en diciembre al frente de una compleja coalición entre los socialdemócratas, los verdes y los liberales.
El acuerdo de gobierno en Alemania establece que enviar armas a zonas de conflicto, como el caso de Ucrania, podría agravar la situación. Pero varios socios europeos y Estados Unidos han argumentado que eso deja a Kiev vulnerable ante las fuerzas rusas desplegadas en su frontera.