Pronto se cumplirán veinte años de la primera publicación de este libro, que resultó casi un milagro en medio de la debacle desencadenada por la crisis de diciembre de 2001 en Argentina. […]
Si bien se reimprimió varias veces, el libro está agotado desde hace años. […] Hoy se reedita en medio de otro escenario de crisis, esta vez global, de incalculables alcances y destino incierto. Este nuevo escenario invita a volver a dedicar una mirada crítica a aquel período clave de nuestra historia cultural. […]
Al momento de la primera publicación de Los primeros modernos, el tramo final del siglo XIX era la zona más ’oscura’ de la historia del arte argentino, se veía lleno de `betunes` y copias poco originales de las tendencias más conservadoras de los salones europeos. Desarmar los prejuicios respecto de un completo período artístico requiere no solo nuevas ideas, sino también un sólido manejo de fuentes documentales para sostenerlas. Cuando encaré la investigación para este libro, gracias a la sabia y generosa dirección de José Emilio Burucúa para mi tesis doctoral en la Universidad de Buenos Aires, el acceso a archivos documentales era realmente una odisea. No solo los archivos privados se encontraban cerrados o accesibles apenas a algún crítico o historiador amigo, sino que los archivos públicos eran a menudo manejados de ese modo. Sin embargo, algunas familias de aquellos artistas vieron con agrado la revaloración de sus antepasados ilustres y me brindaron acceso a sus papeles y colecciones familiares. Pero el trabajo hemerográfico fue crucial. […] Gracias a iniciativas pioneras, como la de Mauro Herlitzka con la Fundación Espigas (hoy alojada en la Universidad Nacional de San Martín), y sobre todo gracias a la democratización que las colecciones digitalizadas han impuesto a la circulación de la información, los archivos hoy son muchísimo más accesibles.
Durante estos casi veinte años, además, nos dedicamos junto con colegas, restauradores e investigadores, discípulos, becarias y becarios, estudiantes de Historia del Arte y de Restauración, en el Instituto de Investigación sobre el Patrimonio Cultural de la UNSAM, al rescate, la organización, el cuidado y la digitalización de archivos de artistas e instituciones artísticas […] La figura y constancia de investigadores, restauradores y auténticos rescatadores de archivos, como Luis Priamo y Nora Altrudi, han sido y siguen siendo cruciales inspirando con su ejemplo y construyendo equipos.
En estos veinte años, se han multiplicado y complejizado los estudios críticos sobre diferentes aspectos de las artes y la vida cultural en estas décadas finales del siglo XIX y un poco más allá, en el período llamado “de entresiglos”. Trabajos como Los dueños del arte, de María Inés Baldasarre, sobre la formación del coleccionismo y su paso a la esfera pública; los de Marta Penhos sobre las relaciones entre arte y ciencia en la construcción de las imágenes de los pueblos originarios, del paisaje y la cartografía; los de Roberto Amigo sobre la pintura de tema histórico; el de Verónica Tell sobre la fotografía del período, el de Georgina Gluzman sobre las mujeres artistas; el de María de Lourdes Ghioldi sobre representaciones y autorrepresentaciones de la comunidad afroporteña; los de Sandra Szir y Claudia Roman sobre artes gráficas y cultura visual; los de Patricia Corsani y Carolina Vanegas Carrasco sobre la escultura; el de Laurens Dhaenens sobre la crítica de arte en el contexto internacional; además de los trabajos de Marcelo Nusenovich y Tomás Bondone en Córdoba, y otros tantos artículos, tesis doctorales y de maestría, entradas razonadas de catálogos y monografías que sería difícil enumerar aquí, han contribuido muchísimo a complejizar y ampliar el interés por el período de entresiglos, tanto en Argentina como en otras naciones latinoamericanas. En estas dos décadas, se ha desplegado en Brasil, Chile, Colombia, México, Paraguay, Perú y Uruguay un importante volumen de investigaciones y valiosos aportes al estudio de diversos aspectos de las artes plásticas en la segunda mitad del siglo XIX latinoamericano […]
Entre las exposiciones que han contribuido a dar visibilidad a diversos aspectos de aquel fin de siècle porteño, cabe mencionar “Primeros modernos en Buenos Aires” (MNBA, 2007), “Mirar, saber, dominar, imágenes de viajeros” (MNBA, 2007), “Las armas de la pintura. La nación en construcción” (MNBA, 2008), “Entresiglos. El impulso cosmopolita en Rosario” (Museo Castagnino+Macro, Rosario, 2012), “Memoria de la Escultura 1895-1914” (MNBA, 2013), “Collivadino, Buenos Aires en construcción” (MNBA, 2013) “La seducción fatal. Imaginarios eróticos del siglo XIX” (MNBA y Biblioteca Nacional, 2014), entre otras. Pero tal vez fueron las tres exposiciones conectadas que llevamos adelante en 2016 en homenaje a Ernesto de la Cárcova (MNBA, Museo de Calcos y Escultura Comparada Ernesto de la Cárcova de la Universidad Nacional de las Artes y edificio de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales en el campus UNSAM) el proyecto más significativo que nació en este libro y lo trajo al presente de la mano no solo de las investigadoras y restauradores que participaron en él, sino también de los artistas, colectivos de artistas y organizaciones sociales que formaron parte.
Sin pan y sin trabajo, de Ernesto de la Cárcova, cuyo proceso de elaboración y problemática recepción son analizados en el capítulo VIII, se volvió tempranamente un icono de la protesta social. Sujeto de innumerables citas y reapropiaciones a lo largo del tiempo -de Antonio Berni a Carlos Alonso, entre otros-, en el ambiente convulsionado de la crisis de 2001 comenzó a verse en las calles en obras de colectivos de artistas solidarios con los hombres y las mujeres que nuevamente quedaban sin pan y sin trabajo en Argentina.
En 2016, se cumplieron ciento cincuenta años del nacimiento del artista que nunca más, desde la exposición póstuma organizada por su viuda en 1928 en la Asociación Amigos del Arte, había tenido una retrospectiva. En el contexto de una ola de despidos de empleados del Estado, y en particular de empleados de museos, bibliotecas e instituciones culturales, con la que cerró 2015 y comenzó 2016, un gran equipo de investigadores, educadores y artistas trabajamos en una propuesta que integró tres ámbitos bien distantes entre sí, todos ellos vinculados con la obra del autor. En el Bellas Artes, se exhibió la reedición de aquella exhibición póstuma en una sala, y en la sala contigua, Sin pan y sin trabajo, exhibida por primera vez junto a su boceto y a una imagen radiográfica que reveló su largo y trabajoso proceso de creación, acompañada de numerosas reapropiaciones y citas de artistas a lo largo del tiempo hasta ese momento, incluyendo creaciones para las redes sociales y trabajos de los niños del barrio La Cárcova. Al mismo tiempo, en el Museo de la Cárcova de la UNA (ex Escuela Superior de Bellas Artes, fundada por Ernesto de la Cárcova en 1923), se inauguró la exposición “Las Bellas Artes de la Cárcova”, que recuperaba el proyecto educativo de aquel “dandi socialista”, sus primeras iniciativas y discípulos, y los lujosos mobiliarios donados por él para aquella antigua caballeriza municipal que habían destinado para su escuela.
* Decana de la Escuela de Arte y Patrimonio de la UNSAM, doctora en historia del arte, académica de número de la Academia Nacional de Bellas Artes, investigadora principal del CONICET y profesora universitaria. Fragmento editado del prólogo a la nueva edición de su libro Los primeros modernos. Arte y sociedad en Buenos Aires a fines del siglo XIX (564 páginas), recientemente publicado por el Fondo de Cultura Económica.