El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, adelantó que la inflación de enero estará en niveles similares al 3,8 por ciento registrado en diciembre y las consultoras prevén que incluso podría llegar a ubicarse por encima de 4 por ciento. PáginaI12 consultó a distintos economistas sobre por qué la inflación sigue siendo alta y que se proyecta para los próximos meses: el dólar, el acuerdo con el FMI y las tarifas aparecen como las tres claves para pensar la inercia inflacionaria del último tiempo.
"Lo más riesgoso de la inflación de enero es que esta inercia inflacionaria que se viene dando se presenta con tres anclas: la cambiaria del tipo de cambio oficial, el ancla tarifaria y, a esto se le suman, distintos esquemas de acuerdos o controles de precios. La preocupación reside entonces en que a pesar de todas estas anclas la inflación está muy elevada y eso es un riesgo", señaló a PáginaI12 Martín Vauthier, economista de Anker Latinoamérica.
Vauthier hace hincapié en el desequilibrio monetario, "tiene que ver con una demanda de pesos que es débil por una cuestión de expectativas muy deterioradas sobre todo en función de cuál va a ser el programa económico. Y también con un balance del Banco Central que está muy deteriorado. Entonces es ahí donde se configura una situación de tensiones cambiarias y en este escenario se termina pasando factura, tanto en la inflación, como eventualmente en el nivel de actividad si el cepo se tiene que mantener tan estricto. Es claro que ni el ancla cambiaria del tipo de cambio oficial, ni el ancla tarifaria están funcionando para anestesiar la inflación”.
Por su parte, Nicolás Pertierra, economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), pone el eje en la inercia inflacionaria y el aumento del combustible para explicar la inflación de enero. “El problema es que se sigue manteniendo una velocidad crucero muy alta, arriba del 3 por ciento y no se ve que en los próximos meses vaya a bajar. En febrero hubo un aumento del 9 por ciento en combustible y están pidiendo más. Eso te agrega para la inflación de febrero un 0,5 por ciento y eventualmente cuando vuelva a aumentar en abril o marzo será otro 0,5 por ciento sólo por los combustibles. El aumento de combustibles es fundamental porque impacta en otras cadenas” explica Pertierra.
En línea con los aumentos, Martín Kalos, director de EPyCA Consultores, recuerda que “en enero hubo subas en prepagas, en alimentos y bebidas, particularmente en algunas bebidas que han aumentado mucho, en el sector turístico -que se relaciona con una cuestión estacional donde siempre en este momento del año se da una actualización de precios- y el aumento de precios cuidados e indumentaria. Son todos ítems que aumentan por encima del resto y que tiran al alza la inflación de enero”, aporta Martín Kalos,
“Se ve una inercia inflacionaria muy alta, lejos quedó la idea que se manejó durante 2021 que se podía tener un piso de 2,5 mensual. Eventualmente sospecho que se logrará pero no es automático y no va a darse de por sí. El año tiene prácticamente garantizada una inflación mayor que la de 2021. Esto es una proyección a los primeros días de febrero faltando 11 meses enteros y mucha definición de política económica", agrega Kalos.
“Lo que esperamos es que, en el mejor de los casos, se mantenga un piso de inflación elevada. Es difícil pensar que la inflación del 2022 se ubique por debajo del 51 por ciento que tuvimos en 2021. Fundamentalmente porque si Argentina logra anclar expectativas y un acuerdo con el fondo que funcione, es decir, que permita estabilizar la macroeconomía eso se daría en una corrección de precios relativos, un tipo de cambio oficial que tenga un movimiento mayor y con corrección de tarifas como uno de los instrumentos para bajar el déficit fiscal. Incluso en un buen escenario tendríamos un piso de inflación alto”, señala Vauthier.
"Hay variables como la evolución del dólar oficial y de las tarifas de servicios públicos, así como de los salarios, que van a incidir mucho en esto. Son decisiones políticas en función de las restricciones que imponga la demanda de dólares, el acuerdo con el FMI y la necesidad o no de reducir significativamente los subsidios energéticos. Faltando esas variables por definirse, por ahora el escenario base es al menos igual y probablemente varios puntos superior al 50 por ciento del 2021", concluyó Kalos.