Xenia Itté, la viuda del líder tupamaro Raúl "Bebe" Sendic que también fue presa durante la dictadura que se extendió en Uruguay entre 1973 y 1985, falleció este lunes en Montevideo a los 80 años. "Itté estuvo presa en la cárcel de Cabildo en 1971 y luego desde 1972 a 1985 en Punta de Rieles durante el terrorismo de Estado. A ella, nuestro sincero homenaje y reconocimiento. Hasta siempre, Xenia", informó la asociación de ex presos políticos Crysol en un comunicado.

Itté fue la última pareja de Sendic, fallecido en abril de 1989. Trabajaba en una radio de Bella Unión, ciudad de la que era oriunda, y allí conoció al fundador del MLN-Tupamaros. En ese momento ella era no tenía una orientación política definida. En una entrevista con Montevideo Portal, Itté recordó que en ese entonces "no era nada, pero tuve el presentimiento de que Raúl iba a cambiar mi vida".

Luego de la instalación de un campamento de la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas, bajo el liderazgo de Sendic, Itté empezó a apoyar las movilizaciones de los "cañeros" (o "peludos", como también se les llamaba). Desde entonces no dejó de comprometerse con la militancia social y política hasta pasar a formar parte activa del MLN-T, según recordó La Diaria.

Itté fue detenida por la policía el 17 de marzo de 1971 y recluida en la cárcel de Cabildo, de donde se fugó el 30 de julio del mismo año junto con otras 37 presas políticas, protagonizando la "Operación Estrella", una fuga planificada con acciones desde adentro y afuera de la cárcel, a través de un túnel que comunicaba con la red cloacal.

Fue detenida nuevamente el primero de setiembre de 1972 y permaneció en la cárcel de Punta Carretas hasta 1985. Fue una de las últimas presas políticas en ser liberada y es protagonista de una icónica foto que registra su salida de la cárcel, en una camioneta de la policía con furgón, desde donde dos mujeres saludan gritando con los puños en alto a la multitud que las esperaba afuera.

"Recuerdo perfectamente ese día, los milicos decían 'no saquen los brazos porque se los van a arrancar'. Salimos en la camioneta desde el subsuelo de Cárcel Central, por la rampa que da a San José y justamente, yo abrí rápidamente la ventanilla y saqué la mano… Casi me arrancan el brazo, efectivamente, me quedó lleno de hematomas. Pero bueno, era muy lindo porque fue la gente la que me hizo eso, no fueron los milicos", relató una sonriente Itté en 2014, al tiempo que recordó que en ese preciso instante estaba diciendo: "Gracias pueblo".