Los estudios sobre las vinculaciones entre el deporte y la sociedad crecieron de forma exponencial en las últimas décadas. Esta asociación fue fecunda porque refleja aspectos de la sociabilidad con decisivas implicancias para interpretar sucesos históricos y culturales de una época determinada. Norbert Elías fue uno de los investigadores pioneros en abordar la temática en cuestión. El autor relacionó las actividades deportivas con el proceso de civilización fijando el inicio de esa asociación en Inglaterra a partir de la segunda mitad del siglo XIX, a la par del advenimiento del capitalismo. Una de las características centrales en el transcurso de estas transformaciones fue el intento de disminuir la violencia social por medio de la morigeración de las pasiones.
El tenis fue uno de los primeros deportes en que estas cuestiones pudieron advertirse de forma acabada mediante la introducción de reglamentos y torneos en los que participaban jugadores de todo el mundo. Cabe mencionar que si bien existieron casos resonantes de jugadores exitosos que se retiraron a edad temprana de la competencia profesional como Bjorn Born, José Luis Clerc y Gabriela Sabatini, las enormes presiones existentes en el ámbito del tenis permanecieron durante muchos años solapadas. De ese modo, las decisiones de las citados deportistas fueron interpretadas como individuales y no como parte de un sistema en el que, como en el capitalismo, es muy difícil sobrevivir.
En el plano de la literatura deportiva, Open, la autobiografía deportiva de André Agassi profundiza estas cuestiones y narra como el tenis se había convertido en un sufrimiento para la psiquis del destacado jugador estadounidense. Agassi comparte sus penurias con Steffi Graf, quien le dice que a ningún jugador profesional le gusta el deporte que practican. Esto alivia al tenista, pero es revelador de un conjunto de presiones que crece de forma continua.
Dos series actuales, disponibles en la plataforma Netflix, dan cuenta de forma descarnada y describen con precisión las coacciones que deben atravesar los y las tenistas profesionales para poder tener éxito deportivo, lo que redundará en un éxito económico. Se trata de Naomí Osaka y Al descubierto: punto de break.
La primera de las mencionadas series se concentra en el recorrido cultural de Naomi Osaka. Hija del fruto de la relación entre un haitiano y una japonesa, la discriminación la acompañó desde que nació, ya que su padre no era aceptado por la familia de la madre debido al color de su tez. Por este motivo, la familia se radicó en Estados Unidos cuando ella tenía solamente tres años. Allí, su padre comenzó a pergeñar su plan de lograr que Osaka sea una profesional del tenis en un futuro basándose en el ejemplo del padre de las hermanas Williams. Esta gigantesca y cruel presión paterna, también presente en el caso de Agassi, y extensible a la música como en el caso de Britney Spears, fue una marca duradera en la mente de Osaka y, como se aprecia, es bastante habitual en Estados Unidos. La serie cuenta diversos episodios como el destrato del público cuando obtuvo un resonante triunfo en el US Open ante Serena Williams, su declaración de admiración por esta rival (sorprendente en un ambiente híper competitivo) y su toma de posición ante los asesinatos raciales en el país estadounidense.
Al descubierto: punto de break, trata sobre las vicisitudes deportivas de MardyFish, un tenista que estuvo siempre a la sombra de Andy Roddick, el gran tenista de su generación. Pese a lograr una interesante carrera en la que llegó a situarse entre los diez primeros del ranking internacional, el esperado éxito nunca arribó y de hecho intentar alcanzarlo le provocó serios problemas de salud a Fish. La gran tradición tenística de Estados Unidos, adonde se habían retirado figuras de la talla de Connors, Mc Enroe, Courier y Chang, crearon un vacío que debía ser llenado por Roddick y Fish. La serie cuenta los episodios de pánico y los ataques de ansiedad que sufrió el tenista por alcanzar esa meta.
Ambas series, y las trayectorias de Osaka y Fish, le dan la razón a Eva Illouz cuando afirma que el capitalismo transformó la vida emocional de millones de personas. El rostro menos difundido y más cruento del tenis profesional encuentra un acabado retrato en las citadas producciones.
* Doctor en Educación. Universidad Nacional de Hurlingham.