El Centro Nacional de Mariposas de Texas, cerca de la frontera con México, se vio forzado a cerrar sus puertas de forma indefinida debido a las continuas amenazas procedentes de grupos de extrema derecha, en especial de los seguidores del movimiento conspirativo QAnon, que acusan -sin pruebas- al centro de ser un refugio para el tráfico de personas y la inmigración ilegal.
"No son conspiraciones, son mentiras descaradas", dijo a The Guardian la directora ejecutiva del Centro Nacional de Mariposas, Marianna Treviño-Wright.
La Asociación de Mariposas de América del Norte (NABA, por sus siglas en inglés), responsable del centro, decidió cerrarlo el miércoles de manera indefinida como medida de precaución. Sucede que, durante una manifestación en apoyo de la construcción de un muro fronterizo, organizada por el grupo anti inmigración We Stand America, recibieron amenazas. Se les advirtió que debían "estar armados en todo momento, o cuando salieran de la ciudad".
"Esto ha ido en aumento, no solo los ataques contra nosotros, sino también la agenda del panorama político; creo que tiene sentido que la junta de la NABA eche el freno; si esta locura va a seguir hasta las elecciones de medio mandato o, Dios no lo quiera, más allá, necesitamos tener un plan. Necesitamos personal para protegernos lo mejor posible y estar preparados para esta situación", aseguró Treviño-Wright.
El Centro Nacional de las Mariposas atrajo por primera vez la atención de la extrema derecha en 2017. Ese año Treviño-Wright y la NABA fueron noticia por demandar a los grupos que estaban detrás de la construcción de una parte del muro fronterizo de Donald Trump, que pretendían atravesar los terrenos de la reserva de mariposas.
Entre las organizaciones denunciadas figuraba We Build the Wall, dirigida por Steve Bannon (exasesor y responsable de la campaña presidencial de Trump) y por Brian Kolfage, el fundador, acusado corrupción y fraude.
El inicio de las amenazas
Los falsos rumores de “actividades ilegales” en el centro de mariposas se multiplicaron después de que Kolfage publicara una serie de tuits en los que afirmó que el lugar estaba dirigido por "matones de izquierdas con un falso interés en las mariposas" y aseguraba, sin ninguna prueba, que en la propiedad tenía lugar un "comercio sexual desenfrenado".
Según Treviño-Wright, los ataques por Internet y en persona aumentaron inmediatamente después de la publicación de aquellos mensajes. E incluso relató que, en una ocasión, de las amenazas se pasó a las agresiones físicas. La ejecutiva contó, además, que Kimberly Lowe, la extremista y candidata al Congreso por el Partido Republicano de Virginia, visitó el centro de mariposas en enero y exigió ver a los "ilegales cruzando en balsas".
En una grabación de audio de la visita, se oye a Lowe asegurar sin ningún fundamento que Treviño-Wright estaba "de acuerdo con que se trafique con niños, se les viole y se les asesine". "Es totalmente ridículo, en lugar de demócratas en una pizzería, son inmigrantes y un centro de mariposas", señaló la funcionaria en alusión a la operación denominada Pizzagate que se difundió en 2016 para hacer parecer a la entonces candidata a presidenta Hillary Clinton como partidaria del tráfico de personas.
La construcción de estas secciones del muro fronterizo y el posterior acoso por parte de simpatizantes de Trump y seguidores de QAnon han tenido un efecto grave sobre el centro de mariposas y sobre su personal. "Es muy difícil seguir con el día a día como si no pasara nada cuando eres el blanco de leyes diseñadas con el objetivo de destruir", aseguró Treviño-Wright. "Ha sido perturbador, ha sido destructivo, y ha hecho muy difícil que nos centrásemos en la conservación y la educación medioambiental, que son nuestras misiones", enfatizó.
"Espero que el Centro Nacional de las Mariposas tenga un futuro maravilloso, pero mientras esta gente se salga con la suya, no estoy segura de nada; no solo en esto, sino en todo nuestro país”, añadió.