El uso del programa de ciberespionaje israelí Pegasus generó grandes controversias en varios países pero ahora, como un búmeran, también impacta en Tel Aviv. Según el diario económico Calcalist, la policía israelí pirateó a gran escala los teléfonos de personalidades públicas, periodistas y hasta uno de los hijos del exprimer ministro Benjamin Netanyahu, unas revelaciones que hacen recordar a lo peor del espionaje macrista. El gobierno de Mauricio Macri estrechó los lazos con Israel en materia de armas y ciberseguridad, e incluso recibió a representantes de NSO Group, la empresa desarrolladora del software, en la visita de "Bibi" Netanyahu al país en 2017.
Desde mitad de enero la prensa israelí venía revelando que el programa no solo se usó en el extranjero. La lista de afectados presentada por Calcalist sugiere que la policía articuló una vasta red de vigilancia donde "nadie era inmune", recabando detalles de los espiados sin autorización judicial, lo que podría condicionar uno de los juicios por corrupción contra Netanyahu, al haber indicios de rastreo de los celulares de varios acusados y testigos en uno de los casos de corrupción que lo salpican. Este martes Yediot Aharonoth, el diario más vendido del país, graficó la situación en una de sus columnas principales: "Si el Estado realmente funciona así, estamos como en la Rumania de Ceausescu o el Chile de Pinochet".
Cómo funcionaba el sistema de vigilancia
Según el diario Calcalist, "desde los directores de gabinete ministeriales, hasta periodistas y empresarios, la infección masiva con Pegasus afectó a todo el mundo, desde militantes para derechos de minusválidos y de etíopes, hasta directivos de grandes empresas y familiares del primer ministro". Fue tal el impacto en la opinión publica que el jefe policial israelí, Kobi Shabtai, interrumpió este martes una visita oficial a Emiratos Árabes Unidos.
El medio israelí reveló que Pegasus se usó para robar información personal a docenas de personas, incluso antes de abrirse una investigación judicial, y que fue "la herramienta más útil para recopilar inteligencia" por parte de una unidad especial policial llamada Cyber-Sigint, que "penetró los teléfonos de ciudadanos en secreto, en contra de la ley y asumiendo que los jueces no aprobarían tal actividad".
Dicha unidad policial se usó para espiar al círculo más íntimo de Netanyahu, incluido su hijo Avner y dos asesores, y contra testigos y acusados en uno de los tres casos por los que se juzga al exjefe de gobierno, el "Caso 4.000". En este, "Bibi" es acusado de haber hecho favores entre 2012 y 2017 al gigante de telefonía israelí Bezeq a cambio de cobertura favorable a él y su mujer en el portal digital de noticias Walla, ambos controlados por el mismo empresario, Shaul Elovitch, también acusado.
Esto pone en cuestión el juicio por corrupción contra el exprimer ministro y el resto de acusados, ya que la investigación que derivó en su acusación se habría podido basar en informaciones recabadas de forma irregular. Ante esa situación, la defensa ha pedido que se pare el proceso judicial hasta esclarecer los hechos.
La investigación presentada por Calcalist también revela que Pegasus se usó para espiar a activistas que en los últimos años del mandato de Netanyahu organizaron manifestaciones periódicas para pedir su renuncia al estar imputado en varios casos de corrupción. La policía recopiló "la ubicación de las protestas, el plan para las movilizaciones, cuántas personas asistirían y qué cruces podrían estar bloqueados", según el diario económico.
Investigaciones en curso
Ante las explosivas revelaciones el ministro de Seguridad Pública, Omar Bar Lev, anunció que formará una comisión de investigación gubernamental para esclarecer las actuaciones de la policía, después de que la Fiscalía General y el Controlador del Estado ya abrieran sendas investigaciones al respecto semanas atrás.
Por su parte, el primer ministro Naftali Bennett prometió "una respuesta" de su gobierno. "Lo que se alega que ocurrió aquí es muy serio", aseguró Bennett, aunque consideró que el programa Pegasus es un instrumento "importante en la lucha contra el terrorismo". Netanyahu, por su parte, exigió la creación de una "comisión de investigación independiente".
Pegasus alrededor del mundo
En julio de 2021, un consorcio de medios internacionales reveló que los teléfonos de al menos 600 políticos, incluyendo a los actuales presidentes de Francia y México, Emmanuel Macron y Andrés Manuel López Obrador, 180 periodistas, 85 activistas de derechos humanos y 65 jefes de empresas habían sido espiados gracias al programa Pegasus de la sociedad privada NSO, considerada como un "arma" por el ministerio de Defensa israelí.
De hecho, la exportación del programa requiere la aprobación de la Agencia de Control de Exportaciones de Defensa, que autoriza la venta a gobiernos extranjeros (no a empresas o particulares) de esta tecnología que permite acceder a los datos de un teléfono inteligente e incluso controlar la cámara o el micrófono.
Desde el surgimiento de estas revelaciones, la empresa NSO repite que ha obtenido las licencias para exportar sus programas informáticos y que éstos, destinados a luchar contra el terrorismo y la delincuencia, pueden haber sido "desviados" de su uso previsto por algunos clientes. Frente a la polémica disparada en Israel, la compañía aún no desmintió ni confirmó haber vendido el software a la policía.