Esta tarde el médico Jorge Rachid regresó a Bariloche en helicóptero desde la montaña y los episodios sucedidos en esa suerte de "República de Lewis" --las 12.000 hectáreas que posee el magnate inglés cerca de El Bolsón-- se conocieron en detalle: 50 encapuchados --la mitad a caballo-- enfrentaron al grupo de 22 expedicionarios que habían recorrido un escarpado sendero habilitado por la Justicia para llegar al Lago Escondido de uso público. Terminaban de atravesar el lago Soberanía en cinco kayaks inflables, cuando apareció la banda privada. Estaban por desembarcar para seguir a pie hasta Lago Escondido, cuando comenzaron a recibir amenazas: "Acá está la patria y ustedes son extranjeros, los vamos a pinchar… si bajan van a saber quiénes somos nosotros". Entonces llegaron treinta más a caballo y los dos grupos enfrentados estuvieron a un metro de distancia. Uno de los encapuchados pinchó el kayak de Rachid. Pero al mismo tiempo los obligaron a volver sobre su propia estela y los iban siguiendo por la costa. Debieron remar de regreso a la otra costa mientras iban reinflando el kayak averiado y sacando agua. Hace dos años, en Lago Escondido, la 5ta. Marcha por la soberanía fue rodeada en las aguas de ese lago por lanchas de Lewis y dos manifestantes cayeron al agua, algo que lejos de la costa puede ser mortal. Este año, la situación se calmó un poco cuando llegaron dos policías sin armas: “nada podían hacer contra esas cincuenta personas, los entiendo”, dijo Rachid.
Jorge Rachid aseguró que los amenazaron con escopetazos
El doctor Rachid declaró en Bariloche que terminaron acampando en la zona de Los Laguitos y fueron amedrentados toda la noche con escopetazos al aire, obligando a los manifestantes a organizar rondas nocturnas en prevención a un ataque. La serie de coincidencias con el ataque que derivó en la muerte de Santiago Maldonado es notable. Rachid subrayó que la actitud de los dos policías de montaña que había asignado el Estado provincial fue siempre de neutralidad y además se retiraron.
En paralelo a las declaraciones de Rachid, el abogado Sergio Cuestas --era parte del grupo interceptado y bajó sólo-- radicó una denuncia penal en un escrito detallando que al momento de la intercepción de los kayak, los cincuenta agresores se formaron militarmente uno al lado del otro, cubriendo toda la costa machetes en mano, amenazándolos con que "se van a ir al fondo del lago", "de acá no salen" y "esta noche los vamos a visitar y hacer asado de vikingo" (en referencia a Alejandro "Vikingo" Meyer quien está al frente de la movilización). Encabezando el ataque estaban Nicolás Mandinga y Nicolás Van Ditmar, administrador de Hidden Lake S.A. También identificaron a un señor de apellido Puchi, propietario de un comercio en el paraje El Foyel sobre la Ruta 40.
Un hecho significativo es que en su retirada el grupo se encontró con unos turistas que también querían ir a lago Escondido y fueron rechazados por la vigilancia.
Rachid –quien según declaró en chiste lleva encima “varias capas geológicas”-- fue quien peor la pasó: “yo estaba muy mareado y no podía ya caminar; estaba insolado, con estrés e hipertensión. No podía mantenerme parado y me llevaron a la carpa. Y a la mañana seguía igual. Por eso me tuvieron que rescatar en helicóptero. Pero hemos fundado el campamento Dignidad en la playa del lago Soberanía y desde ahí iremos a reclamar nuestro derechos. La agresión fue contra todos los que se atrevan a confrontar con Lewis, una suerte de Yabrán de hoy, quien no se deja ver, es poderoso y amenaza. Si esto no se resuelve, estamos cediendo soberanía. Aquí estuvieron diversas organizaciones sociales –CGT, ATE, el PC, excombatientes y otros— en un hecho solidario para rescatar la soberanía sobre el lago. Al lago Escondido lo vamos a recuperar para la patria”.
El poder de Joe Lewis
Según Sebastián Miquel --vocero de Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua (FIPCA)-- Lewis ha logrado establecer una cierta relación de vasallaje al estilo feudal con algunos habitantes de la zona: "tiene su castillo-mansión al fondo del campo y aquellos quienes le prestan servicios, responden fuertemente a él; algunos de ellos amenazaron incluso a manifestantes y yo vengo observando una naturalización de la violencia alrededor del hecho de cercenar el camino. Es notable el control que Lewis esgrime sobre muchos sectores de la provincia de Río Negro. Una jueza que había fallado, a veces a favor y otras en contra de Lewis llamada Érica Frontera, fue echada mediante un jury. El terrateniente tiene llegada a todos los poderes del Estado provincial y un legislador municipal o un intendente local tienen un poder ínfimo al lado del señor Lewis. Nosotros siempre estuvimos abiertos al diálogo; hemos propuesto desviar el camino para que no pasara por el fondo de su mansión. Pero el hecho es que el camino estaba desde mucho antes que él comprara las tierras, por cierto con trampas legales".
El camino que teóricamente reconoce Lewis es el de alta montaña que insume tres días de caminata y atravesar dos lagos a remo. Pero ni siquiera este camino habilitan, a juzgar por los acontecimientos recientes. Lo concreto es que el Lago Escondido funciona de hecho como una propiedad privada cuando no lo es, independientemente de la nacionalidad del dueño. Y la justicia provincial –el juez Pablo Lorenz rechazó el recurso de amparo para poder entrar-- demuestra una lentitud e indiferencia que contrasta con la celeridad con que suele reaccionar ante los conflictos a partir de la problemática del pueblo mapuche.