EL MÉDICO DE NOCHE - 5 PUNTOS

Médecin de nuit, Francia, 2020

Dirección: Elie Wajeman

Guion: Àgnes Feuvre, Vincent Macaigne, Elie Wajeman

Duración: 82 minutos

Intérpretes: Vincente Macaigne, Pio Marmaï, Sara Giradeau, Sara le Picard

Estreno en las plataformas QubitTV y Mubi, como parte de My French Film Festival.

La actuación de Vincent Macaigne, uno de los actores contemporáneos más capaces de transmitir la desesperación extrema, en sin duda el punto alto de este film de Elie Wajeman, uno de cuyos coescritores es el propio Macaigne. El papel consagratorio de este parisino con aspecto de oso bueno pero acorralado es sin duda el de la notable La batalla de Solferino (2013), donde intentaba retener a sus hijxs mientras su ex cubría, como movilera, las caóticas elecciones presidenciales de 2012. 

Arrastrado por las circunstancias, Macaigne parece siempre empujado fuera de sí, sin tiempo para comprender que lo que hace no está bien. En El médico de noche se dedica a proveer de recetas a toda clase de adictos farmacológicos, con la actitud del buen samaritano que ayuda al prójimo que lo necesita.

El médico de noche empieza en una clave próxima a la del film que consagró al actor, con el Dr. Mickael Kourtchine (Macaigne) angustiado, firmándole dos o tres recetas a uno de sus clientes fieles. Alguien le avisa a Kourtchine que esas recetas, que él cree salvadoras, van a parar al mercado negro. Pero el médico, siempre transpirado, no parece procesar esa información. Como trabaja de noche (de día, su “especialidad” es más riesgosa de ejercer), a su esposa e hijxs los ve poco y nada. Ultimátum de la esposa. Kourtchine tiene una amante (una subtrama carente de toda relación con la película), quien, para su desorientación, anuncia su boda con el dueño de la droguería (nunca mejor utilizado el término). Éste, a su vez, necesita de recetas urgentes, para saldar una deuda con un traficante. Pero las recetas son de fentanilo, droga que ha causado 60 mil muertos en Estados Unidos, y hasta allí llega el permiso moral que Kourtchine se concede. Fentanilo, no.

Presentada en Competencia Oficial en Cannes 2020 (el que no llegó a realizarse, por la pandemia), El médico de noche desarrolla una serie de líneas narrativas trajinadas: el buen tipo metido en algo que se pone cada vez más turbio, el conflicto familiar debido a las exigencias de su “trabajo”, el roce demasiado próximo con gente que no es de confianza, el conflicto ético, la toma de una decisión cuando tal vez sea demasiado tarde. 

La película de Wajeman-Macaigne-Agnès Feuvre bebe de algunas fuentes bastante visibles: el hombre que trabaja de noche porque no se lleva bien con la luz del día, como Travis Bickle en Taxi Driver, el ambulanciero de Vidas al límite (Bringing Back the Dead, también de Scorsese-Schrader), que más que salvar vidas ajenas parece querer redimirse de todos los pecados cometidos, y el Adam Sandler de la reciente Diamantes en bruto (puede verse en Netflix), que se pasa la película corriendo para intentar cubrir una deuda astronómica. En todas ellas, la noche y la ciudad son el infierno mismo.