Una familia conformada por cuatro integrantes, dos mayores y dos menores, que vive en la ciudad de Buenos Aires, necesitó el mes pasado al menos 79.988 pesos para no ser pobre. Esta cifra implica un aumento del costo de vida del 5 por ciento respecto a diciembre, cuando se ubicó en 76.177 pesos. Además, supone un incremento interanual del 47,1 por ciento, algo por debajo de la marca de la inflación para el período.

Los datos fueron publicados este miércoles por parte del instituto de estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires. Están en línea con la última información suministrada por el Indec, que marcó para diciembre pasado que una pareja con dos hijos de entre seis y ocho años necesitó percibir 76.146,13 pesos para poder abonar alimentación y los servicios básicos y no caer debajo de la línea de pobreza.

En la última medición del Indec publicada en octubre sobre datos del primer semestre del año, se registró que el 40,6 por ciento de los habitantes estaban abajo de la línea de la pobreza, contra 40,9 por ciento de igual período del 2020. 

En el caso de la indigencia, el mismo grupo familiar requirió de 42.747 pesos mensuales para conseguir los alimentos básicos, por arriba de los 40.101 pesos de diciembre, lo cual implica un avance del 6,5 por ciento. Frente a enero de 2021, cuando la misma canasta cotizaba 28.791 pesos, el incremento es del 48 por ciento. Según el Indec, en el primer semestre del 2021 el 10,7 por ciento de la población argentina era indigente, frente al 10,5 por ciento que se había registrado en el primer semestre de 2020.

Por otro lado, de acuerdo al informe porteño, el ingreso total familiar teórico por estrato para un hogar compuesto por una pareja mujer y varón de 35 años de edad, ambos económicamente activos y propietarios de la vivienda, con dos hijos varones de 9 y 6 años se ubicó en al menos 124.250 pesos en la Ciudad para seguir estando dentro de la clase media, un presupuesto que es un 5,2 por ciento más que en el mes de diciembre. En el caso del "sector medio frágil", el piso es de 99.400 pesos.  

La estadística no incluye en el número final publicado los costos por el pago del alquiler de vivienda ni de las expensas comunes, los cuales son considerados gastos de consumo.

Para los primeros meses del 2022, la situación socioeconómica sigue muy complicada porque, según anticipó el secretario de Comercio, Roberto Feletti, la inflación está en línea con el registro de finales del año pasado. Por ejemplo, la suba de los precios enero sería similar al 3,8 por ciento que se verificó en diciembre. Además, el avance está impulsado por los alimentos, particularmente frutas y verduras.

La apuesta del Gobierno es moderar las subas mediante los diferentes acuerdos de precios en un cuadro macroeconómico más estable por el acuerdo con el FMI. Sin embargo, la necesidad de reducir el desajuste fiscal obliga a una baja de subsidios que puede ser inflacionaria en el corto plazo. A su vez, procurar que los salarios al menos no queden por detrás de los precios y sostener las jubilaciones y las asignaciones familiares para las personas de bajos ingresos.