Un viaje en ferry, una plaza, un casamiento, una feria callejera, una fiesta popular o una sala teatral. Babel Orkesta puede jactarse de presentarse en cualquier lugar sin perder la esencia ni desviarse del objetivo: que niños y grandes celebren, disfruten y bailen juntos. La compañía, como prefieren definirse, acaba de cumplir diez años en actividad y lo celebrará hoy a las 21 en Usina del Arte (Caffarena 1), con entrada libre y gratuita. “Lo importante es entender cuál es la identidad de la propuesta. Hasta cuando estoy solo siento que llevo el lenguaje de Babel. Entonces, podemos hacerlo en cualquier lado”, dice Zeta Yeyati, saxofonista y director de la compañía. “Hay una fuerza que nos une a todos y produce una explosión. Y hay algo de transgresión, de irreverencia. Hemos ido en el buquebús a Uruguay y sacamos espontáneamente los instrumentos. ‘¿Qué nos importan las normas?’. Si al final, sucede siempre que la gente la pasa bien y agradece. Y el que te dice que ‘no podés hacerlo’, termina bailando. ¡Es el poder de la música!”, grafica Laura Alonso, actriz y cantante.

Con la idea de “rescatar el espíritu de las fiestas populares y las orquestas ambulantes”, Babel Orkesta consiguió un lugar destacado en el circuito cultural con una propuesta original en la que se desdibujan los límites entre la música y el teatro. Una compañía integral que también busca romper la cuarta pared. “Queremos que el que viene a vernos sea parte de la propuesta, que se involucre”, resalta Yeyati. “Es la mezcla de la música y lo escénico lo que produce ese efecto. Acá las canciones son una excusa más, son una parte del todo. El disco no te representa, te representa ver el espectáculo y participar de lo que pasa ahí: de ese encuentro, esa comunión, esa ronda, esa mano que te invita a bailar un vals”, explica Alonso. “Es simple, es popular. Lo que pretendemos hacer es recuperar la fiesta y los bailes bien típicos, con lucecitas y banderines, que están medio en desuso”, completa el músico.

Sin embargo, la parte musical tiene peso propio y mucha diversidad. El repertorio va desde una tarantela y una cumbia a canciones de María Elena Walsh. Desde música europea hasta folklores latinoamericanos “El grupo nació con una referencia en la música de (Emir) Kusturica –cuenta Alonso–. Estaba más a mano esa música, la música judía, el klezmer. Y con la incorporación de determinados integrantes, se sumó la música más gypsy y la balcánica. Cada uno trajo un poquito. Y después incorporamos la música popular de acá, los valsecitos criollos o la tarantela, algunas compuestas por Mintcho Garrammone. Diego (Brizuela), otro integrante, es profesor de danza folklórica, entonces apareció el malambo. Y el acordeonista, Aníbal Barbieri, es santafesino y trajo el chamamé, que tocaba desde chiquito. Y así se fue armando el cóctel. Babel es para gente desprejuiciada”. El grupo se completa con Santiago Castellani (tuba y trombón), Valeria Maldonado (actriz y cantante), Camila Iorio (batería) y Nico Beroy (guitarra). Y en el festejo de hoy habrá varios invitados: Garrammone, el dúo Vecina (Marianela Cuzzani y Laura Ledesma), Pablo Giménez, una compañía peruana de ballet, el grupo de percusión Siete Octavos, bailarines de tango y muchas “sorpresas y regalitos”.

–¿Qué balance hacen de estos diez años?

Laura Alonso: –Es un desafío sostener en el tiempo un proyecto independiente, a pesar de los cambios internos que suceden y que generan un desgaste natural en los grupos. Babel empezó como un impulso, como una reunión de amigos y conocidos, y empezó a construirse una Torre de Babel. Tenemos una idiosincrasia que nos hace estar siempre dispuestos a lo que haya que hacer. El combo de orquesta itinerante permite determinadas cosas que no requiere un despliegue grande; por lo cual nosotros podemos juntarnos y decidir ir a tocar a la esquina o a cualquiera lugar que se nos presente.

Zeta Yeyati: –El paso del tiempo no nos sacó las ganas ni el entusiasmo. Seguimos con una energía fresca y hay gente que aún no nos conoce. Entonces, nuestra meta es que vengan a vernos.

–Ustedes usan el lema “tiempos difíciles, música alegre”, ¿Creen que en este contexto cobra más fuerza?

Z.Y.: –En la actualidad, Babel es una propuesta necesaria. Hay que defender la cultura y los espacios públicos. Nosotros trabajamos muy conscientes en el tema, pero estamos en el sistema e intentamos seguir funcionando. Uno tiene que tratar de estar atento y no dejarse llevar por ciertas dispersiones. Es un buen momento para estudiar, para no tragarse las cosas como las ves por televisión.