Febrero avanza y los bloques de legisladores de ambas Cámaras no logran llegar a un acuerdo para sesionar durante el período extraordinario que culmina el próximo 28. Esa falta de acuerdo se expresa también en la conformación de las comisiones que tiene cada cuerpo. No es preciso que se defina la conformación de todas las que existen sino por lo menos las necesarias para que se debatan los proyectos que envió el Poder Ejecutivo. En Diputados deben conformarse por lo menos 9 comisiones. En tanto que en la Cámara alta deben ser solo tres.

Siempre que se convoca a sesiones extraordinarias existe la posibilidad de que no todos los proyectos se lleguen a debatir. En esta oportunidad, el acuerdo con el FMI y la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque oficialista, le dieron un tinte ed dramatismo al trabajo parlamentario que se profundizó con la extensa discusión por la conformación de las comisiones.

La tarea de la integración de las comisiones recaen en las presidencias de cada Cámara. El titular de Diputados, Sergio Massa, negocia a contrarreloj con el objetivo de alcanzar un acuerdo entre el oficialismo y la oposición para por lo menos pode llevar al recinto algunos de los proyectos, sobre todo los menos conflictivos.

Si lograra darse el debate de todas las iniciativas contempladas en el temario del Ejecutivo, deberían ponerse en marcha nueve comisiones en Diputados y tres en el Senado. Desde la renovación parlamentaria en diciembre, las únicas que se constituyeron en ambas cámaras fueron las de Presupuesto y Hacienda.

En el caso de la Cámara de Senadores, se encuentra el Consenso Fiscal 2022 que fue girado únicamente a Presupuesto, comisión presidida por el riojano oficialista Ricardo Guerra. Por el otro, está el proyecto de Reorganización del Consejo de la Magistratura, que requerirá la puesta en marcha de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales --hasta ahora presidida por Oscar Parrilli-- y la de Asuntos Constitucionales. Asimismo, en caso de buscar la aprobación de pliegos, y según el decreto del Ejecutivo que menciona el “tratamiento de acuerdos”, también debería conformarse la Comisión de Acuerdos, en manos de la mendocina del FdT, Anabel Fernández Sagasti.

Las iniciativas restantes ingresaron por la Cámara de Diputados y, en algunos casos, deben ser analizadas por dos o tres comisiones. Muchas tienen giro a Presupuesto, pero también a la Comisión de Legislación General que condujo Cecila Moreau del FdT.

Otras comisiones que se deberían constituir para dar curso a los proyectos extraordinarios son la de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano por la creación de parques nacionales; la de Acción Social y Salud Pública para abordar la actualización de la ley de HIV y enfermedades infecciosas; y la de Agricultura y Ganadería, que juega su rol en la ley de cannabis medicinal e industrial, y en la de fomento a la agroindustria.

También serán necesarias la comisión de Industria, hasta el año pasada presidida por la oposición, a donde fue enviado el proyecto sobre industria automotriz; y Educación, por la creación de universidades nacionales y la ley de enfermería. Finalmente, la creación del Área Marina Protegida Bentónica “Agujero Azul”, que requiere ser analizada por Relaciones Exteriores y Culto; Defensa Nacional; e Intereses Marítimos, Fluviales, Pesqueros y Portuarios. En lo que respecta al proyecto de ley de electromovilidad, el último en ser enviado al Parlamento, los giros todavía se encuentran “en estudio”.