Este viernes, Spoon pondrá en circulación en las plataformas digitales uno de los discos de rock más contundentes de los últimos tiempos, bajo el título Lucifer On the Sofa. Y no es una típica hipérbole del periodismo musical: la propia banda se encargó de instalar semejante afirmación en el imaginario colectivo. "Es el disco de rock and roll más puro hasta la fecha", había advertido Britt Daniel (Austin, 1971), cantante y guitarrista del quinteto estadounidense, en octubre del año pasado.
Aunque ahora, a pocos meses de haber estrenado 2022, el frontman se siente traicionado por su arrebato: "Alguien más me comentó hace poco que había dicho eso, pero sabés que no me acuerdo... Es divertido porque no soy capaz de decir esas cosas. Tal vez lo hice y me olvidé", amaga el músico.
"De cualquier forma, podemos seguir adelante y decir que estoy en lo cierto. No hay duda de que se trata de nuestro álbum de rock and roll más puro. Fue lo que nos propusimos cuando entramos al estudio, porque no se están haciendo suficientes discos de rock and roll a los que puedas considerar como trascendentes".
Antes de continuar reflexionando sobre el rock y Lucifer On The Sofa, el artista texano interrumpe la entrevista para preguntar por Buenos Aires. "Es una ciudad a la que extraño", confiesa. "Me encantaría ir con más frecuencia." Spoon debutó en la capital argentina en el Lollapalooza 2018, donde ofrecieron una performance con tintes chamánicos, pero antes el cantautor estuvo con otro proyecto musical suyo: Divine Fits, como parte del Personal Fest 2012.
"Y luego fui una vez más, por mi cuenta, con un amigo. Nos quedamos un mes de vacaciones", sorprende. "Nada que ver con la última ocasión en la que estuve allá. Fueron 24 horas pero, al igual que las otras veces, la pasé fantástico. Fuimos a Bar Sur, y se volvió una de las noches más hermosas de la historia."
► Hoteles y demonios de ciudad
Más allá de su vehemente encanto por Buenos Aires y de esa bohemia que lo atraviesa, Britt Daniel es, más que un orgulloso texano, un apasionado austinés. Tanto que su ciudad, y lo que fluye en ella, fue la fuente de inspiración del décimo álbum de estudio de Spoon. "En algunos discos nuestros estuvo presente esa intención, pero creo que en esta oportunidad fuimos demasiado evidentes", reconoce. "Este trabajo se relaciona con la ciudad todo el tiempo, y con lo que hacemos en ella."
--¿A qué te referís?
--Teníamos un asado y luego volvíamos al estudio a trabajar en las canciones. Lo mismo pasaba cuando íbamos a ver en vivo a Dale Watson (notable músico de country establecido en Austin) o a algún evento en el Hotel Vegas Bar. Tomábamos la energía de lo que sucedía allí, y la usábamos para grabar. Funcionó bien durante algunos meses hasta que, a causa de la cuarentena, no nos permitieron juntarnos.
--¿De eso tratan las letras del álbum?
--Cada canción tiene su propio pequeño instante. Hay un tema llamado My Babe que trata sobre la grandeza del amor, lo celebra. No sé si escribí antes un tema como ése. Después, el que le da título al disco, Lucifer On The Sofa, no podría haberlo compuesto en otro momento que no fuera en abril de 2021: el mundo estaba encerrado y Austin estaba encerrado, por lo que refleja lo que era yo en esa época.
--¿Y cómo estabas vos en esa época?
--Tratando de superar a Lucifer. Caminaba por Austin y por el desierto, y ahí estaba. Así son los pequeños momentos…
--Es un título muy visual, casi terrorífico…
--Estaba pensando en un título que aterrorizara a mi madre. Le dije ése y se volvió loca. Se puso de todos los colores y luego me respondió: "¿Me estás jodiendo? ¿Así lo vas a llamar?". Cada disco necesita un gran título, y la letra de esa canción es muy buena. Deja en evidencia otra faceta de mi personalidad. Es en lo que puedo convertirme en un momento muy malo, cargado de mucha ansiedad. Trata sobre superar a esa persona y no volver a vivir esa situación.
--¿Qué lugar ocupa hoy Lucifer en el imaginario del rock?
--Cuando era niño, había mucho miedo sobre la música satánica. Incluso estaban preocupados de que reprodujeras un disco al revés, porque seguramente habría un mensaje esperando por vos. Ese temor fue subliminalmente dañino no solo para los niños, sino para todos. No hago discos para el PMRC (Parents Music Resource Center, comité creado en 1985 por esposas de diputados estadounidenses, que buscaban censura la música) pero tampoco hago discos para gente que no pueda soportarlo. Lo hago para adultos, y me parece que pueden tomar y entender un título así. Aunque mi mamá no está incluida (un dato: ella es protestante).
► Ideas calientes sobre el alma del rock
En la primera década del siglo, Spoon ya era una de las bandas estadounidenses más respetadas del indie gracias a la sazón y completitud de sus discos. Pero antes que regodearse en su suerte, los texanos decidieron dejar de lado esa experiencia e ir a por más. Así, de repente, en 2014 sorprendieron al mundo con They Want My Soul: octavo álbum de estudio (el de la tapa con la palma iluminada), para el que entró el tecladista Axel Fisher y donde tras 21 años de carrera mostraron su sonido más emocionante.
Ese disco los llevó al top 10 de lo mejor del año, y consagró a Daniel como uno de los mejores compositores de su generación. Lo que una vez más demostró con el lanzamiento de su siguiente álbum, Hot Thoughts, en 2017: una oda al rock bailable que los trajo por primera vez a la Argentina, a un año de su salida.
Después de la aparición de ese material, el cantante afirmó que deseaban hacer de su próximo álbum un trabajo más rockero, algo que los sacara del ambiente futurista en el que decantaron. Pero pocos tomaron en serio esa necesidad. "Siento que el mundo precisaba un gran disco de rock and roll, y eso es lo que nos propusimos hacer ahora. Me parece que prácticamente lo logramos", celebra Daniel. "Tengo la sensación de que volvimos a las raíces del rock and roll."
--Vos hablás de rock and roll, pero éste es más bien un disco de rock clásico.
--Cuando estábamos haciendo este disco, pensé que sería demodé hacer rock. Me preguntaba cosas como si tiene algún sentido económico, o si el mundo quiere o necesita un disco así. Sin embargo, desde que lo terminamos, hablé con mucha gente que me dijo que la música de guitarras volvió. Y me alegra escuchar eso. Parece que realmente están tomando en cuenta otra vez a las bandas de rock.
--¿Cómo te llevás con el rap y el trap?
--El trap no me interesa, pero sí el hip hop. Quizá suene a viejo choto, pero para mí la esencia del rap tiene que ver con Public Enemy, A Tribe Called Quest y con los Beastie Boys. Ese es el tipo de artista que me gusta. Aunque capaz estoy desfasado, y ya no es así.
► La cuchara llena
Diez canciones dan forma a lo nuevo de Spoon. Mientras Held apela por la música contemporánea para saltar hacia el rock, The Devil & Mister Jones recupera el riff seductor y On the Radio evoca la cantina, pero desde un lugar contemporáneo. Después, Astral Jacket se vuelca hacia el folk psicodélico, Satellite desempolva las estructuras del doo wop y la taciturna Lucifer On The Sofa trae impronta tarantinesca y saxo a lo Morphine.
The Hardest Cut, amén de ser el primer single del disco, fue la canción con la que se inauguró la confección de este repertorio. Surgió en la ruta, en medio de una serie de actuaciones de la banda. Pero la terminaron apenas regresaron a Austin. "¿Hubo otras canciones que definimos en un tour? No que yo recuerde. Yo soy de acá, pero Alex (Fischer, el otro compositor de la canción) se tuvo que mudar de California a Austin. Salimos a la ruta, y escribimos esta canción que suena como música de carretera de Texas. Estuve escuchando ZZ Top últimamente, y puede que tenga esa marca."
--¿En qué cambió la banda para este disco?
--Hacer el disco en Austin condicionó todo, pero también hubo muchas diferencias en la forma en que hicimos el disco. Hot Thoughts, por ejemplo, fue mucho más producido, y escribimos los temas mientras los grabábamos. Aunque luego terminás con un tipo diferente de canción y con un sonido distinto. Esta vez, desde el principio teníamos la intención de hacer algo más rockero. Ni siquiera discutimos lo que eso significaba. Simplemente sabíamos que se trataba de que hubiese más guitarras, y que íbamos a tocar mucho los temas antes de grabarlos.
Con su acento texano, desde su hogar en Austin, a Britt Davis se lo nota muy confiado con lo que está por develar mañana. O quizá es un poco extraño escuchar tanto optimismo en medio de una pandemia como la que aún se experimenta. "No sé cómo lo va a percibir el resto de la gente. Lo que sé es que algunos de los conceptos básicos están acá. Hicimos buenos videos, y lo están pasando en la radio de Estados Unidos."
--¿Creés que este disco volverá a ubicar a Spoon entre lo mejor del año?
--Me gusta escuchar eso, y creo que podría estar. Cuando sacamos un disco estoy muy dentro de la burbuja, haciendo estas entrevistas y preparándome para la gira. Pero desearía que tengas razón.