Como recompensa y resultado de una experiencia decidida –el viaje– así como abierta a las eventualidades y sus rasgos fortuitos, las canciones de La Casa del Árbol –el dúo que componen Olivia Color y Pacho Benetti– modelaron un primer disco espléndido: Renascente (Kuikatl, 2021), que se presenta hoy en Distrito Siete (Lagos 790) a las 21. La noche será compartida junto con Cata Torres, quien continúa en la presentación de su reciente álbum Primavera qué maldad.

“Nos fuimos en 2018 a Europa, luego a Marruecos, y ahí nos agarró la pandemia. A partir de allí y durante el tiempo transcurrido, poco más de un año, trabajamos en el disco. Íbamos a ir luego a México, pero por cuestiones de protocolo nos terminamos volviendo a Argentina”, comenta Pacho Benetti. “Si bien fue algo inesperado, volver fue hermoso, extrañábamos a nuestras familias, y es lindo compartir el disco aquí y tener la posibilidad de tocarlo”, agrega Olivia Color en diálogo con Rosario/12.

Renascente propone diez canciones que mixturan ritmos, voces, de manera plural y equilibrada, sea desde el disco como totalidad pero también en cuanto al interior de cada composición: Benetti y Color se alternan y acompañan, desde el canto o los instrumentos, en función de una lírica, una poética, que mira al entorno y le canta desde una preocupación que encuentra su respuesta en una sensibilidad compartida, que debe (re)construirse, como un camino sabiamente válido por el cual retornar a lo que se perdió: la comunión con lo natural. Su presentación en Distrito Siete significa varias cuestiones, entre ellas, la posibilidad de tocar junto a los músicos y las músicas que intervinieron y a distancia, a razón del viaje durante el cual Renascente nació, pero también porque en el horizonte inmediato el dúo ya se dispone a reemprender el viaje inconcluso para recalar en México.

“Cuando viajamos a Europa, no sabíamos muy bien cómo íbamos a realizar el viaje, teníamos poquitos ahorros, y como no teníamos ciudadanía sabíamos que nos íbamos a tener que estar moviendo constantemente. Nos fuimos con dos proyectos, uno de ellos audiovisual –los dos somos también realizadores audiovisuales–, con el fin de registrar a otres músiques en los distintos lugares donde estuviéramos; el otro era La Casa del Árbol, con la que tocamos algunos temas nuestros. Tuvimos algunas presentaciones en Santa Fe y Rosario, pero empezamos muy lentamente; de hecho, nos fuimos de Rosario habiendo grabado sólo la batería de uno de los temas para tenerlo como demo y mostrar lo que podíamos hacer, pero sin la intención de que fuera un disco. Pacho es también productor y técnico en sonido, así que podíamos grabar y hacer maquetas, y la oportunidad de tener un grabador me emocionaba muchísimo”, explica Color.

“A partir de la idea del demo, nos propusimos grabar unos temas más, pero siempre nosotros dos solos, con guitarra y voces, a lo sumo con alguna percusión. Pero se fue transformando a partir de la gente que grabó a distancia y se sumó con instrumentaciones”, señala Benetti.

-El nombre del disco guarda una historia, ¿cuál es?

Pacho Benetti: -Es una palabra que nosotros de alguna manera “castellanizamos”. La vimos escrita es un cartel en Lisboa, donde estuvimos durante un día, en una escala entre Barcelona e Irlanda, y fue medio mágico. No sé por qué nos quedó esa palabra, es medio portuguesa y no estoy tan seguro de que se use actualmente. Pero lo que transmite fonéticamente es bastante claro y a nosotros nos resonó.

Olivia Color: -Justamente, a la primera canción que compusimos y veníamos de tocar en la calles de Barcelona, le faltaba nombre y eso me ponía mal. Le decíamos “la canción esa, la nueva”. Y cuando vi ese nombre me resonó (NdR: El disco incluye una canción con este título). Por otro lado, el nombre del disco en un principio era otro y tenía que ver con esto mismo, con “renacer”. Siempre fui muy fan y melómana, y como mi acercamiento a lo audiovisual fue desde la música siempre hubo una devoción con eso, así que reencontrarme haciendo música para mí fue algo mágico, un renacer.

Benetti: -Y para mí también, porque si bien hago música desde muy chico y formé parte de muchos proyectos, entre ellos Pacho Benetti and The Concubinos, en un momento no quise hacerlo más y elegí ser productor, quise estar del otro lado. Al encontrarme con Olivia y hacer música juntos fue un descubrimiento, un renacer. Más allá de lo personal, también a la hora de terminar el disco nos dimos cuenta de que estábamos en un momento muy especial de la historia de la humanidad, muy atravesados por la muerte, y quisimos buscarle un significado que fuera distinto al de un final y más cercano a un renacer, a un ciclo. Por eso la estética y el concepto que quisimos plasmar. Es por eso que en la tapa estamos haciendo una especie de danza y rito con máscaras de huesos de animales.

Color: -Para celebrar a la muerte y entenderla como una oportunidad de volver a iniciar, como lo hacen los días y los ciclos de la naturaleza. Vivimos disociándonos de la naturaleza, y la intención de las canciones es la de conectarnos con el entorno.

A partir de la tarea mancomunada entre Pacho Benetti (voz, guitarra acústica y eléctrica, programación, sintes, piano, percusión) y Olivia Color (voz, guitarra eléctrica y acústica), las canciones de Renascente cuentan con las participaciones de Matías Monestés (batería), Franco Noguera (bajo Fretless), Martín García Facal (bajo eléctrico), Martín Valci (bajo), Juan Carabajal (bombo legüero), Claudio Cardone (piano, sinte), Fernando Uñates (quena); y el cuarteto de cuerdas que integran Claudia Di Giannantonio (violonchelo), Lucas Maldonado (viola), Briseida Alejo Ortega (violín) y Hernán Rodríguez (violín), a partir de arreglos de Pacho Benetti con asistencia técnica de Martín Tessa.