El secretario de Comercio, Miguel Braun, dijo ayer que “el trabajo del Gobierno es mejorar las reglas y el contexto para que las empresas y las personas se desarrollen y no decidir cuál sector es competitivo y cuál no”. Planteó además que ninguna empresa puede mejorar si no mira lo que hace el mundo. Las declaraciones del funcionario despliegan el manual de recetas ortodoxas vinculadas a la no intervención del Estado en la economía y la necesidad de apertura comercial.
“Argentina tiene que ir al círculo virtuoso del mundo desarrollado, a competir con los mejores del mundo. Ningún equipo, empresa o país mejora si se encierra sobre sí mismo. Pero para eso hay que mejorar nuestra calidad institucional y también mejorar la inserción en el mundo, y eso es a lo que apuntamos con este Gobierno”, indicó. El funcionario expuso ayer en la Fundación Libertad y Progreso, uno de los centros de estudios económicos más conservadores del país, en donde se lanzó el Indice de Calidad Institucional 2017.
Braun mencionó que uno de los objetivos del Gobierno es hacer las obras de infraestructura que “no se hicieron por décadas”. Planteó además que “la apuesta es generar un marco de más apertura y un contexto más sólido para que vengan las inversiones y para que las empresas y las personas prosperen”. El equipo económico adelantó una lluvia de inversiones a principios de 2016 que nunca se concretó, pese a que se realizaron las reformas que pedía el mercado, donde se destacó la unificación del mercado cambiario, la quita de retenciones y la desregulación de los movimientos de capitales. El resultado de esas medidas es que por cada dólar de inversión productiva que ingresa al país entran otros 5 dólares para especular.