Rubros claves de la industria metalmecánica, uno de los sectores manufactureros que más valor agregado genera y que demanda mayor cantidad de mano de obra calificada, alcanzaron una capacidad ociosa del 60 por ciento. La producción de la industria textil sigue cayendo a un ritmo constante y avanza el ingreso de indumentaria del exterior. La importación de bienes de consumo final de países como Taiwán subió casi un 40 por ciento en los últimos meses. El Gobierno afirma que ya llegaron los brotes verdes y que pronto se apreciará la recuperación. Para los funcionarios del equipo económico el rebote empieza a notarse en muchas actividades. Los argumentos son muy similares a los que se usaron en la primera mitad del 2016, cuando se hablaba del despegue para el segundo semestre, el cual nunca se concretó. Los informes sectoriales a los que accedió este diario tampoco ven recuperación para este año.
“La producción del complejo metalmecánico continúa sin exhibir señales de recuperación”, precisa el informe de la consultora Radar, que conduce la ex subsecretaria de Comercio Exterior Paula Español. Agrega que “la reactivación de la obra pública y la mayor producción de bienes de capital para el sector agropecuario no logran compensar la caída de la demanda producida por la contracción del consumo, la industria, la actividad petrolera y la inversión privada. Adicionalmente, el aumento de las importaciones afecta la producción local de diversos sectores del complejo”. En ese documento se detalla que la producción metalúrgica bajó en marzo un 5 por ciento en relación con igual mes del año pasado y las expectativas de los empresarios para lo que resta de 2017 volvieron a deteriorarse.
La línea blanca es uno de los rubros de la metalmecánica con fuertes tensiones. La importación de calefones, termotanques y calentadores, rubros en los que existe presencia de productores nacionales, se siguió acelerando en el primer trimestre de este año, al registrar un avance del 27 por ciento medido en cantidades. El 77 por ciento de las importaciones de estos productos fue de origen chino. Se destacó además la llegada de calefones de Chile y de termotanques de Egipto.
El sector de equipamiento médico es otro de los afectados por la política de apertura comercial y los problemas de consumo en el mercado interno. La producción de este segmento cayó 13 por ciento en 2016 y un 5 por ciento en el primer trimestre de este año. “La menor demanda se debe, principalmente, al bajo número de licitaciones por la ausencia de nuevos proyectos de construcción de hospitales y sanatorios públicos. En tanto, las obras sociales y las prepagas privadas, ante un menor dinamismo en la incorporación de beneficiarios, también redujeron el ritmo de construcción de nuevos establecimientos”, explica el documento de Radar.
El Centro de Economía Política (CEPA) presentó un extenso documento en el que se analiza el impacto que sufrió la rama textil a partir de 2015, con la caída del consumo del mercado interno, la apertura comercial y la suba de los costos para los productores locales. El informe menciona que este año la situación del sector no mejora y que la competencia de las importaciones está generando un golpe letal contra los productores nacionales de indumentaria. Las compras del exterior habían subido un 29,5 por ciento en 2016 y en el primer trimestre de 2017 se aceleraron al 37,9 por ciento.
La caída del empleo registrado en la rama textil, según el informe del CEPA, explica casi el 10 por ciento de los despidos industriales. Los trabajadores del sector sufrieron una reducción del salario real del 11 por ciento en 2016, cuando en el promedio de la economía los asalariados registrados perdieron un 7 por ciento. El Gobierno viene incentivando la desarticulación del sector textil en el país y apoya la llegada de importaciones, en particular, del sudeste Asiático. Se reactivaron, por caso, las líneas de crédito para importar productos de consumo final de Taiwan. En 2016 se compraron a ese país 3 millones de kilos en mercadería, cuando la cifra había sido de 2 millones en 2015, es decir un alza del 50 por ciento.