Afectados por la sequía unos, y el granizo otros, tanto los productores de tabaco del Valle de Lerma reunidos en la Cooperativa de Productores Tabacaleros de Salta (COPROTAB), como los que integran la Unión Cañeros Independientes de Salta y Jujuy, solicitaron a los gobiernos nacional y provincial distintas medidas de ayuda para sostener sus sectores.

En el caso de los tabacaleros de Salta y Jujuy, elevaron un pedido a Nación a través de legisladores y funcionarios provinciales para que, antes de la negociación del precio al que se venderá la producción, que se debe definir en estos días, se los exima de las retenciones por un plazo de un año. Ese tributo es hoy del 12% sobre el precio de exportación.

El gerente de la COPROTAB, Germán Martos, enumeró en diálogo con Salta/12 algunas de las aristas que afectan en el precio, y por lo tanto en sus ganancias, y que terminan repercutiendo en la producción. Entre ellas, mencionó la situación macroeconómica del país, la inflación, y el tipo de cambio ante la inestabilidad del dólar. A lo que agregó que el mercado del tabaco no es como el de otros productos agrarios “que cotizan en bolsa”, sino que vienen con precios “deprimidos desde hace dos o tres campañas”. Por lo que concluyó que como todas esas son variables que son más difíciles de manejar, “el gravamen del precio de exportación, que es otro de los que suben el costo al precio final, es uno de los que sí se puede manejar y nos permitiría un alivio”.

Por otro lado, sostuvo que tienen argumentos para pedir la suspensión o al menos una reducción de la alícuota a las exportaciones ya que “ésta es una economía regional que a su vez genera agregado de valor en origen, tanto en el campo mismo, con el presecado, como posteriormente en las empresas tabacaleras, que separan las láminas del palo”.

Las economías regionales con algún nivel de industrialización tributan por ley el 5%, y en algunos casos están exentas de ese cobro. Para ejemplificarlo, el productor utilizó el caso de la soja, en el que “al granito se le aplica el derecho, pero si se exporta como aceite no”. Y recordó que en este caso se debe contemplar que el tabaco toma más mano de obra y que las ganancias derraman mucho más localmente.

Martos detalló que de los 90 millones de tabaco que se producen anualmente en las dos grandes variedades regionales, se consumen unas 2.000 toneladas en el mercado local. Es decir que el 85% de lo producido termina en el exterior y por ello es tan importante “alcanzar al menos un año de garantía para llevarle una recomposición al productor, que es el que necesita paliar los costos de producción para que siga produciendo en esta actividad netamente exportadora y que en definitiva van a redundar en más divisas para el país y en dinero que se reparte en las economías locales”.

Para el dirigente de la COPROTAB, “ese dinero, en lugar de verse reflejado en el derecho de exportación, se va a transformar en una recaudación del impuesto al IVA, a las ganancias y a las actividades económicas”.

A través de la Cooperativa que los nuclea y de las autoridades provinciales, ya se solicitaron audiencias con el ministro de Agricultura de la Nación, Julián Domínguez: “Sabemos que está atendiendo temas de coyuntura como los de Corrientes y otras provincias”, dijo el dirigente tabacalero, pero confió que entre la semana que viene y la otra podrá recibirlos para transmitirle sus necesidades. Esa actividad ronda el 7% del PBI de Salta.

Con respecto a la campaña, señaló que este es un año “con mucha implicancia de eventos climáticos”, y fundamentalmente de granizo, que es el que más afecta la calidad de la hoja, y si bien es un evento esperado, esta vez superó la media anual con creces, “hoy tenemos un 20% de hectáreas afectadas cuando normalmente es de un 8”, indicó. A lo que sumó el período de seca, que demoró la plantación y ocasionó que se perdiera tiempo de desarrollo, por lo que consideró que la merma será “de no menos de 8.000 toneladas que se llevó el granizo”.

La caña en jaque por la sequía

Los productores de caña de Salta y Jujuy, nucleados en la Unión de Cañeros Independientes, pintaron una realidad aún peor, debido a que las sequías generaron perjuicios millonarios, y que la falta de macollos (brotes secundarios) y de dinero para renovar las plantaciones podría generar la pérdida de más del 50% de la producción para la zafra 2022.

Uno de sus integrantes, René Macina, contó a este medio que el sector está en emergencia desde el año pasado, y que ya llevan contabilizada una pérdida del 30% en la producción, aunque aclaró que es la de los cañeros particulares y no de los ingenios, “que tienen una situación diferente por su capacidad económica para renovar sus plantaciones”.

“Nosotros tenemos cañaverales de más de 10 años que ya no tienen productividad”, indicó Macina. Y si a eso se le suma la intensa sequía que ya vienen soportando en los últimos años, “esa caña reacciona aún peor y en lugar de dar cuatro o cinco macollos (por donde crecen las nuevas plantas), dio uno o dos”. Por lo que en esta ocasión afirman que la perdida superará el 30%.

Según Macina, en las zonas donde se produce caña en la provincia, Güemes y Orán en Salta; Ledesma y los Valles de Perico en Jujuy, ni en enero ni en lo que va de febrero llovió lo suficiente, “en la ciudad llovió pero en el campo no”.

A lo que agregó un agravante, que en los últimos años se detectó raquitismo en las plantas, que ataca sobre todo los cañaverales más viejos y que se combate solo con nuevas semillas libres de esa enfermedad, “pero no tenemos semillas tampoco”, se lamentó. Por lo que sostuvo que lo único que falta es que se produzca un incendio para que el daño sea total.

Por eso solicitaron medidas urgentes a los gobiernos de Salta y Jujuy para que los ayuden a renovar sus cañaverales a través de créditos blandos o ayudas puntuales como el diferimiento de algunos impuestos, “porque si no, prontamente nos vamos a quedar sin caña, y si eso sucede, repercute en la mano de obra y la economía de muchas localidades”.

En el pedido que elevaron a los ministerios de Producción solicitan planificar medidas a mediano y largo plazo, “ya tuvimos reuniones con los técnicos, y ahora esperamos que vengan a visitar nuestros campos para corroborar lo que les decimos”, relató el productor. Hoy tenían previsto un encuentro entre los representantes de la Unión y los equipos del Ministerio de la Producción de ambas provincias y del INTA.

Macina explicó que cuando se producen sequías como la que está afectando esta campaña, también hay heladas tempranas que afectan el crecimiento de la planta. La cosecha de caña comienza en mayo y termina a finales de octubre, “y este año terminamos a principios de octubre, es decir, casi un mes antes por la falta de plantas”. Esa pérdida representa el 30% que calcularon en 2021, que este año podría llegar a ser del 50%.